Jesús Vásquez, conocida como “La Chola” en sus primeros años, es una de las figuras más icónicas de la música criolla en el Perú. Su interpretación del vals “El Plebeyo” la consagró como la Reina y Señora de la Canción Criolla en 1939, un título ganado por su talento y su inconfundible voz, que tocó el alma de quienes la escuchaban.
A lo largo de su carrera, esta artista logró trascender las fronteras del país, llevando la música criolla a escenarios internacionales y grabando temas que se convirtieron en clásicos de la cultura peruana. Su legado sigue vivo a través de las melodías que interpretó y de las generaciones de artistas que se inspiraron en su carrera.
Inicios de una estrella
El destino de María de Jesús Vásquez comenzó a forjarse en un modesto rincón de Lima, en la calle Pachacamilla, cerca del santuario del Señor de los Milagros.
Nacida el 20 de diciembre de 1920, su pasión por la música se despertó a temprana edad, siendo guiada por su madre en los primeros pasos dentro del canto.
Si bien su formación tuvo un tinte familiar, ella misma reconoció que su impulso artístico fue una inspiración divina. Fue en su juventud, en el Colegio de Las Nazarenas, donde sus dotes vocales comenzaron a brillar. En 1939, con tan solo 18 años, debutó en el desaparecido Radio Grellaud, un hito que la lanzó a la fama casi de inmediato.
La consagración
El reconocimiento de la joven cantante llegó rápidamente. En el mismo año de su debut, Jesús Vásquez protagonizó un homenaje al compositor Felipe Pinglo en el Teatro Segura, donde su interpretación del vals “El Plebeyo” cautivó al público y marcó el inicio de su consagración.
A partir de ese momento, su voz no solo se escuchaba en las ondas radiales, sino también en películas, como “El gallo de mi galpón”, donde volvió a interpretar su célebre tema.
La revista La Lira Limeña organizó un concurso para elegir a la reina de la Canción Criolla, y el 19 de julio de 1939, Vásquez fue coronada con este título, un reconocimiento que consolidó su estatus como figura principal de la música criolla.
A medida que avanzaba su carrera, la cantante se convirtió en una figura central en los programas de Radio Nacional, Radio Victoria y Radio Lima. Sus presentaciones se expandieron por todo el país, y en 1944, realizó su primera gira internacional, llevando la música peruana a lugares como Argentina, Chile, Bolivia y Estados Unidos.
En cada país que visitaba, su presencia era aclamada por miles de admiradores que se emocionaban al escuchar las canciones que ya formaban parte del repertorio popular, como “Corazón”, “Todos Vuelven” y “Cholita”.
Reconocimientos eternos
Durante su carrera, Jesús Vásquez acumuló una impresionante cantidad de logros. No solo fue galardonada con distinciones nacionales, como la Orden del Sol y Las Palmas Magisteriales, sino también internacionales.
Fue condecorada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y recibió el reconocimiento por su aporte a la música criolla. Compartió escenarios con artistas de la talla de Celia Cruz, Libertad Lamarque y Pedro Infante, dejando una huella imborrable en el mundo de la música.
A pesar de su éxito, Vásquez siempre se mantuvo fiel a su esencia y a sus raíces, nunca perdiendo la sencillez que la hizo tan querida por el público. A los 87 años, después de una vida dedicada al arte, decidió retirarse de los escenarios, pero su voz nunca desapareció.
En 2010, a los 89 años, su partida fue lamentada por toda la nación, pero su legado sigue vivo, no solo en sus grabaciones, sino en la memoria colectiva de los peruanos.
Su legado continúa siendo preservado por su familia, especialmente por su hija Pochita Vásquez, quien sigue trabajando para difundir la obra artística de su madre. En 2005, se fundó la Fundación Jesús Vásquez con el fin de conservar y promover la música de la cantante. Además, se creó la Casa Museo Jesús Vásquez, que alberga su discografía, fotografías y otros recuerdos que celebran su vida y carrera.