Esta era la fiesta pagana de la que la Iglesia se apropió para celebrar la Navidad

El Sol Invicto fue una deidad central en la religión romana. Su culto alcanzó su apogeo bajo el emperador Aureliano, quien estableció una festividad en su honor el 25 de diciembre

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El Sol Invicto fue un
El Sol Invicto fue un nombre adoptado por otro dios, El-Gabal, quien reemplazó a Júpiter en el panteón romano. (Composición Infobae: sobrehistoria.com / Difusión)

La Navidad es un momento en el que se celebran los lazos familiares, se comparten sonrisas y gestos de cariño, y el espíritu de solidaridad se hace presente en cada rincón. Pese a que se asocia principalmente con el cristianismo, esta festividad no surgió de una sola cultura, sino que es el resultado de una mezcla de tradiciones y costumbres de diferentes pueblos.

A lo largo de la historia, distintas culturas han experimentado encuentros y transformaciones, incorporando costumbres de otras civilizaciones y ajustándolas a sus propias tradiciones. En la Edad Antigua, por ejemplo, las conquistas y las migraciones trajeron consigo la fusión de tradiciones, como ocurrió cuando los romanos adoptaron algunas culturas de los pueblos conquistados.

Estos procesos de sincretismo cultural ocurren principalmente cuando un pueblo entra en contacto con otro, ya sea por conquistas, comercio o evangelización, y adopta aspectos de la otra cultura por conveniencia, respeto o necesidad de cohesión social.

El choque entre dos culturas
El choque entre dos culturas da lugar a un proceso de conflicto y transformación mutua. (www.rutasconhistoria.es)

Ahora bien, para comprender el origen de la Navidad, es preciso retroceder hasta la Edad Antigua. El cristianismo llegó al Imperio romano en un contexto de expansión territorial y diversidad cultural. Nacido en Judea, una provincia dominada por Roma, se extendió gracias a las redes comerciales y la movilidad dentro del imperio. Los apóstoles y primeros misioneros difundieron sus enseñanzas en ciudades como Antioquía y Roma.

Inicialmente considerado una secta marginal, el cristianismo enfrentó persecuciones por desafiar el orden religioso oficial. Sin embargo, su creciente número de adeptos y su estructura organizada le otorgaron fuerza social.

El giro decisivo ocurrió en el año 313 d.C., cuando Constantino y Licinio, emperadores de Occidente y Oriente, acordaron una medida trascendental: el Edicto de Milán. Este decreto garantizaba a los cristianos y a otros grupos religiosos la libertad de practicar su fe sin restricciones dentro del Imperio romano.

Precisamente, fue el emperador Constantino quien, con el apoyo del papa Julio I, estableció oficialmente el 25 de diciembre como la fecha para conmemorar el nacimiento de Jesús en el Imperio romano. Esta elección no fue fortuita; se hizo con la intención de que coincidiera con uno de los momentos más importantes del calendario romano: la fiesta del Sol Invicto, una festividad pagana dedicada al dios del sol.

Constantino no solo legalizó el
Constantino no solo legalizó el cristianismo, sino que también fomentó su colaboración con el Estado. (BITE)

La Navidad tiene sus raíces en una festividad pagana

En la Antigua Roma, el politeísmo regía la vida religiosa, con un panteón de dioses vinculados a diversos aspectos de la naturaleza y la sociedad. Entre ellos se encontraba el Sol Invicto, una deidad que simbolizaba la fuerza y la permanencia del sol. El 25 de diciembre, día dedicado a este dios, fue la fecha elegida por la Iglesia para establecer la celebración de la Navidad.

Pero, ¿quién era esta divinidad? En diálogo con BBC Mundo, el historiador y biblista español Javier Alonso dijo que “no era uno muy predominante dentro del catálogo de divinidades romanas”. Es decir, no estaba a la altura de Apolo, dios de la música y la profecía, ni de Venus, diosa del amor y la belleza, por mencionar solo algunos.

Lo cierto es que el culto a este dios llegó a Roma desde el Oriente, específicamente desde la región que hoy conocemos como Siria. Fue introducido por el emperador Marco Aurelio Antonino Augusto, conocido en la historia como Heliogábalo.

El Sol Invicto fue un nombre adoptado por otro dios, El-Gabal, quien reemplazó a Júpiter en el panteón romano por orden del emperador Heliogábalo. Este soberano, que gobernó durante solo cuatro años (218-222 d.C.), fue el encargado de instaurar este cambio.

Sol Invictus era una deidad
Sol Invictus era una deidad romana vinculada a Sol. (Difusión)

El culto al Sol Invicto adquirió gran importancia en el siglo III d.C., bajo el emperador Aureliano, quien lo promovió como una de las principales figuras divinas del imperio.

No obstante, fue bajo el mandato de Constantino que se adoptó una decisión trascendental que perdura hasta hoy. En el 312 d.C., el emperador estableció el dies Solis, el día del Sol, asignándolo al séptimo día de la semana, lo que actualmente conocemos como domingo.

La fiesta en honor al Sol Invicto

El Sol Invicto era una deidad central en la religión romana, particularmente venerada en el periodo tardío del Imperio romano, como símbolo de la luz eterna, la victoria sobre las tinieblas y la renovación. Su culto alcanzó gran prominencia durante el reinado del emperador Aureliano, quien en el año 274 d.C. instauró una festividad dedicada al Sol Invicto, celebrada el 25 de diciembre.

Este día coincidía con el solsticio de invierno, el momento en que los romanos observaban que el sol comenzaba a regresar, aumentando su luz y calor. El Sol Invicto representaba esta fuerza de regeneración y esperanza.

El Sol Invicto era una
El Sol Invicto era una deidad central en la religión romana, particularmente venerada en el periodo tardío del Imperio romano. (www.shutterstock.com)

Las festividades dedicadas a esta deidad eran solemnes y llenas de simbolismo, marcando el renacimiento del sol y la continuación de su ciclo vital. Se celebraban con rituales que incluían sacrificios, ofrendas y ceremonias religiosas en templos dedicados al dios solar.

Días antes de la celebración en honor al Sol Invictus, los romanos rendían homenaje a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, durante las Saturnales. Estas festividades paganas, que originalmente se desarrollaban entre el 17 y el 23 de diciembre, eran un tiempo de alegría y celebración por la fertilidad de la tierra.

Durante las Saturnales, los roles sociales se invertían, y los esclavos podían disfrutar de una libertad momentánea, incluso participando en banquetes junto a sus amos.

En otro punto de la entrevista que concedió al medio internacional, Javier Alonso detalló que los romanos establecieron la fiesta de Sol Invicto justo después de las Saturnales debido a una razón astronómica: el solsticio de invierno.

Los romanos rendían homenaje a
Los romanos rendían homenaje a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, durante las Saturnales. (Difusión)

Durante esta fiesta, los romanos realizaban diversas ceremonias religiosas que incluían sacrificios, banquetes y ofrendas en honor a la divinidad, con la esperanza de asegurar la renovación de la luz y la prosperidad para el imperio. Además, se organizaban procesiones y se decoraban los templos con luces y guirnaldas.

Sabiendo que la fiesta de Sol Invictus se celebraba el 25 de diciembre, surge la siguiente pregunta: ¿por qué la Iglesia eligió esta fecha de manera arbitraria para celebrar la Navidad? El historiador y biblista español señaló a BBC Mundo que la festividad del Sol Invicto era perfecta para establecer el nacimiento de Jesús en esa fecha, debido a su significado para los romanos.

Finalmente, la elección del 25 de diciembre para celebrar la Navidad se basa en una creencia transmitida desde la Edad Media. La idea de que el sol derrotaba a las tinieblas, simbolizando la luz y la vida, se conecta con el nacimiento de Jesús, considerado la “luz del mundo”, quien trae esperanza al vencer la oscuridad del pecado.

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