Hace unas semanas se llevó a cabo el INC-5 o Quinta Sesión del Comité Intergubernamental de Negociación (INC), un encuentro dirigido por las Naciones Unidas para desarrollar un tratado internacional legalmente vinculante. El evento se realizó en Busan, Corea del Sur, del 25 de noviembre al 1 de diciembre de 2024, donde representantes de 175 países y más de 600 organizaciones observadoras intergubernamentales, de la sociedad civil, del sector privado y las comunidades científicas se reunieron para alcanzar un tratado global que ponga límite a la contaminación plástica.
Esta reunión sigue la resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) adoptada en el 2022. Así, se encargó al director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que convocara un Comité de Negociación Internacional (INC) para desarrollar y recoger un instrumento jurídicamente vinculante sobre la contaminación plástica basado en un enfoque integral que aborde el ciclo de vida completo de los plásticos.
Las primeras cinco reuniones para la realización del acuerdo se dieron en 2022, 2023 y 2024 en Uruguay, Francia, Kenia y Canadá, y esta última en Corea del Sur. En las negociaciones dadas durante estos años existen dos corrientes o puntos de vista: los países que están a favor de la circularidad de los plásticos y los que están a favor de eliminar el plástico. Desde mi punto de vista debemos fomentar la circularidad apelando al triple impacto: social, económico y ambiental.
En la que pensábamos era la última reunión hace unas semanas en Corea, llegó a su fin sin concretar un acuerdo. Fueron siete días de negociaciones en los que se escucharon los argumentos de los Estados que son miembros de la ONU. Al respecto existen 3 posiciones bastante marcadas: High Ambition Coallition – HAC son los países de ambición alta que persiguen un tratado anheloso y vinculante con miras a erradicar la producción de productos plásticos, Perú se encuentra en esta posición junto a 65 países. También están los países neutrales con tendencia a favorecer la elaboración de un tratado y finalmente los Like Minded Countries que hace referencia a los países con enfoque no vinculante y flexible que tienen un pensamiento similar, Rusia y Arabia Saudita lideran esta posición.
Después de siete días de negociaciones no se concretó el tratado. El comité acordó que habrá una reunión intersesional en el primer trimestre del 2025, en la que se buscará que los países lleguen a un acuerdo en los puntos más discordantes previo a la continuación del INC-5, llamado INC-5.2 que será posiblemente en junio de 2025.
Las negociaciones tendrán como punto de inicio el non-paper, una propuesta de tratado que levanta las observaciones y comentarios que surgieron durante las reuniones de acuerdo. En ella se discuten temas como determinar la definición de un producto plástico y si el tratado debe abarcar el ciclo de vida, desde su fabricación hasta su disposición final; la lista de polímeros y sustancias químicas que deben o no ser prohibidas, los límites y las reducciones a la producción de plásticos y el mecanismo de financiamiento y qué países serán los que financien.
El tratado global sin duda será clave para las futuras generaciones, marcará un antes y un después. Resultará importante que se tome en cuenta la circularidad de los plásticos para abordar los desafíos ambientales, económicos y sociales asociados con el uso intensivo de este material.
Este enfoque implica mantener los plásticos en uso durante el mayor tiempo posible mediante estrategias como el reciclaje, la reutilización y el rediseño de productos y procesos. Adoptar la circularidad de los plásticos no solo mitiga los impactos negativos del material en el medio ambiente, sino que también genera beneficios económicos y sociales, avanzando hacia un modelo de desarrollo más equilibrado y respetuoso con el planeta.