Originario de la ciudad de Amara, en la provincia de Cotabambas (Apurímac), Wilson Ccopa soñaba con convertirse en psicólogo. Al igual que muchos jóvenes de su comunidad, su camino hacia la universidad no fue sencillo.
Sin los recursos para pagar una academia preuniversitaria, se inscribió por su cuenta para prepararse con el objetivo de ingresar a la Universidad San Antonio Abad del Cusco. Después de un año de esfuerzos, logró su meta en 2018. Pero fue en medio de la pandemia por COVID-19 cuando su historia dio un giro inesperado.
La suspensión de las clases presenciales y la incertidumbre de un futuro incierto empujaron a Wilson a explorar nuevos horizontes. Durante ese tiempo, se sumergió en el aprendizaje de temas como emprendimiento y tecnología. Pronto se dio cuenta de la necesidad de transformar su frustración en una solución que pudiera beneficiar a otros estudiantes como él.
Idea hija de la necesidad
Recordando las dificultades económicas que enfrentó para pagar su preparación preuniversitaria, Wilson visualizó una idea: ofrecer acceso gratuito a contenido educativo para jóvenes de zonas rurales y de bajos recursos.
La propuesta era sencilla, pero poderosa: crear una aplicación que brindara acceso a videos educativos, resúmenes y otros recursos esenciales para los exámenes de admisión.
Sin embargo, su camino no fue fácil. Al principio, la idea parecía lejana. Sin conocimientos en desarrollo de aplicaciones, Wilson comenzó a promover su propuesta mediante videos en TikTok, aunque aún no había creado la app.
Para su sorpresa, la reacción fue positiva. Los estudiantes se interesaron en el proyecto y le enviaron mensajes de apoyo. Ese fue el momento decisivo que lo impulsó a aprender a programar y desarrollar la plataforma.
El nacimiento de Cachimboz
El lanzamiento de su app, llamada “Cachimboz”, fue todo un éxito desde el primer día, alcanzando 800 descargas. La cifra creció rápidamente y, para mediados de 2022, la app llegó a 10.000 usuarios.
Lo que comenzó como una iniciativa altruista, pronto se convirtió en una plataforma ampliamente utilizada por estudiantes en todo el país. Sin embargo, el éxito también trajo consigo desafíos: Cachimboz seguía siendo gratuita y Wilson no obtenía ganancias.
Para sostener su proyecto, empezó a incorporar publicidad dentro de la app y aplicó a concursos para recibir financiamiento. A finales de 2022, Wilson logró un financiamiento de 10.000 soles gracias al programa de incubación de la Universidad San Antonio Abad. Este apoyo económico fue crucial para darle el impulso necesario al proyecto.
Reconocimiento y expansión
Con el financiamiento recibido y la popularidad creciente de Cachimboz, Wilson vio cómo su app se consolidaba como una herramienta de gran utilidad para los estudiantes de todo el país. En 2023, la plataforma creció un 200% respecto al año anterior.
El incremento en el número de usuarios también permitió que Wilson desarrollara una nueva versión de la app, “Prepason”, que alcanzó a estudiantes en otras regiones como Apurímac, Cusco y Lima. Este crecimiento fue reconocido por diversas instituciones, y en 2024, Wilson recibió un importante premio otorgado por Entel por su contribución al ámbito educativo.
El reconocimiento no solo llegó en forma de premios, sino también con el impacto tangible que la app generó en la vida de miles de estudiantes. A través de su innovadora plataforma, Wilson logró crear un puente para aquellos jóvenes que enfrentan dificultades económicas, permitiéndoles acceder a la educación que tanto anhelan.
La historia de Wilson Ccopa es un claro ejemplo de cómo, a partir de la adversidad, pueden surgir ideas transformadoras que tienen el poder de cambiar realidades. Con su aplicación, no solo hizo frente a su propia necesidad, sino que también ofreció una solución a un problema común de muchos jóvenes peruanos.