Javier Alva Orlandini: la historia del ministro que habló 16 horas seguidas en el Congreso de la República

El entonces titular de la cartera de Gobierno y Policía enfrentaba la censura de su gestión como ministro, un episodio que trascendió como un hito en la política peruana.

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El 25 de octubre de 1966, Javier Alva Orlandini comenzó una intervención de 16 horas en el Congreso. Su discurso, destinado a defender su gestión como ministro, desafió el límite de la paciencia parlamentaria. (Andina)
El 25 de octubre de 1966, Javier Alva Orlandini comenzó una intervención de 16 horas en el Congreso. Su discurso, destinado a defender su gestión como ministro, desafió el límite de la paciencia parlamentaria. (Andina)

En octubre de 1966, Javier Alva Orlandini vivió un episodio político que quedaría grabado en la historia parlamentaria del Perú. El entonces ministro de Gobierno y Policía enfrentó una acusación tras un enfrentamiento violento entre policías y manifestantes en Toquepala (Tacna), que dejó una víctima fatal.

Con la moción de censura en su contra sobre la mesa, Alva decidió no ceder ante la presión. Con documentos y una cinta cinematográfica sobre sus viajes oficiales como defensa, se preparó para una exposición que desafiaría la capacidad de resistencia de los congresistas.

La intervención de Alva comenzó en la madrugada del 25 de octubre, extendiéndose durante toda la jornada hasta las 7:20 de la noche del mismo día. La sesión del Congreso se convirtió en una maratón de oratoria, con interrupciones mínimas y una defensa incansable de su gestión.

Los diputados, muchos de ellos opositores de la coalición Apra-UNO, no lograron interrumpir el discurso de Alva, que, aunque no logró evitar la censura, dejó una marca en la historia parlamentaria por la extensión de su exposición.

La censura

Aunque la censura fue inminente, Alva Orlandini se mantuvo firme ante sus opositores, declarando que la votación en su contra solo reafirmaba su lucha por la democracia y la justicia. (El Peruano)
Aunque la censura fue inminente, Alva Orlandini se mantuvo firme ante sus opositores, declarando que la votación en su contra solo reafirmaba su lucha por la democracia y la justicia. (El Peruano)

El 27 de octubre, tras más de 13 horas de intervención ininterrumpida, la tensión aumentaba en el hemiciclo. Alva, con su oratoria precisa y su resistencia casi sobrehumana, convirtió el ambiente de la Cámara de Diputados en un campo de batalla simbólico, donde la victoria parecía estar lejos.

Durante la larga exposición, varios congresistas abandonaron la sala o tomaron descanso, mientras algunos incluso optaron por buscar espacio para dormir o comer.

A pesar del cansancio generalizado, el momento culminante llegó cuando se votó la moción de censura. Alva Orlandini fue destituido con 61 votos a favor, en una votación que reflejaba el apoyo mayoritario de sus opositores.

Sin embargo, lejos de dejarse abatir, Alva recibió la decisión con una postura desafiante: la censura fue, para él, un acto que no haría más que reafirmar su lucha por la democracia y la justicia política en el país.

Una maratón parlamentaria

La sesión del Congreso, que se extendió durante casi cuatro días, se transformó en una maratón. Mientras Alva hablaba sin cesar, muchos congresistas optaron por descansar ante la intensidad de su exposición. (El Peruano)
La sesión del Congreso, que se extendió durante casi cuatro días, se transformó en una maratón. Mientras Alva hablaba sin cesar, muchos congresistas optaron por descansar ante la intensidad de su exposición. (El Peruano)

La jornada, que se extendió por casi cuatro días, incluyó momentos de tensión y cansancio para todos los presentes. Algunos parlamentarios, ya agotados por la exposición interminable, no resistieron la presión y se retiraron temporalmente de la sala, mientras que otros se acomodaron en espacios contiguos para descansar un poco.

En un momento, uno de los miembros de la mesa directiva instó a Alva a finalizar su intervención, aludiendo al tiempo que ya había transcurrido desde que comenzó a hablar.

La intensidad de la exposición hizo que la sesión se volviera un tanto surrealista. Con cada minuto que pasaba, la resistencia de Alva parecía desafiar los límites de lo que se consideraba posible en el ámbito parlamentario.

Mientras tanto, la coalición Apra-UNO esperaba ansiosa el momento en que Alva finalmente cediera ante la presión. Sin embargo, su constancia y actitud impidieron que esto sucediera.

Nada lo derrotaba

Javier Alva Orlandini, tras ser censurado, mantuvo su postura desafiante. Declaró que la censura no lo frenaría, sino que lo impulsaría a seguir luchando por sus ideales democráticos. (El Peruano)
Javier Alva Orlandini, tras ser censurado, mantuvo su postura desafiante. Declaró que la censura no lo frenaría, sino que lo impulsaría a seguir luchando por sus ideales democráticos. (El Peruano)

Javier Alva Orlandini no solo dejó una huella en la política peruana por su maratónica intervención en la Cámara de Diputados, sino que también marcó un precedente en la historia parlamentaria internacional.

Su intervención, que duró más de 16 horas, fue reconocida como una de las más largas y exhaustivas de la historia parlamentaria, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Pese a su censura, Alva Orlandini se mostró firme en su postura. En sus declaraciones posteriores, afirmó que la censura no sería un obstáculo para su carrera política. De hecho, bromeó sobre el asunto, mencionando que enmarcaría la decisión en su oficina junto a otras condecoraciones. A través de su actitud, demostró que, más allá de la derrota política, lo que realmente importaba era su compromiso con los principios democráticos y con su país.

Este episodio, junto a su prolífica carrera política, lo consolidó como uno de los personajes más influyentes en la historia reciente del Perú, y su legado sigue siendo recordado como un símbolo de resistencia política y determinación.

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