Cada 18 de diciembre, el Perú y el mundo celebra el Día Internacional del Migrante, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2000. Este día especial para aquellos que por algún motivo, se ven obligados a vivir lejos del lugar de donde nacieron, recuerda la adopción, en 1990, de la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias. Este documento marcó un precedente al enfatizar la importancia de garantizar derechos fundamentales a quienes se trasladan en busca de un futuro mejor.
En un contexto de flujos migratorios en constante aumento, la jornada busca no solo destacar la valiosa contribución de los migrantes al desarrollo económico y social, sino también exponer los retos que enfrentan.
Las desigualdades económicas, los conflictos armados y las catástrofes naturales continúan desplazando a millones, provocando impactos profundos en las sociedades de origen y destino.
Qué impulsan los movimientos migratorios
Las motivaciones detrás de la migración son tan variadas como complejas. En primer lugar, las carencias económicas figuran como una de las principales razones para dejar el lugar de origen.
Muchas personas provienen de países con niveles de vida bajos, salarios insuficientes y una limitada diversificación económica. En busca de estabilidad y mejores condiciones, optan por emprender un camino lleno de incertidumbres.
El ámbito político también juega un rol significativo. Gobiernos autoritarios, sistemas de protección social ineficientes y corrupción administrativa llevan a muchos a huir en busca de seguridad y transparencia. Estas condiciones se agravan con persecuciones por motivos raciales, religiosos o ideológicos, que muchas veces resultan en desplazamientos masivos y forzosos.
Por otro lado, conflictos armados, tanto internos como internacionales, y desastres medioambientales contribuyen al fenómeno. Las guerras y las catástrofes climáticas han obligado a millones de personas a abandonar sus hogares, destacando la vulnerabilidad de quienes viven en regiones en riesgo.
Impacto de la migración en las sociedades
A pesar de las adversidades que enfrentan, los migrantes se convierten en pilares clave para las economías. Su aporte es evidente en la solución de déficits laborales, la dinamización de los mercados y la innovación en múltiples sectores.
Al mismo tiempo, las remesas que envían a sus países de origen representan un sustento esencial para sus familias y comunidades, fomentando el desarrollo y la reducción de la pobreza.
La integración de los migrantes también trae consigo desafíos. Las sociedades receptoras deben trabajar en políticas que favorezcan la inclusión, respeten los derechos humanos y promuevan una coexistencia armoniosa.
En este sentido, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular se presenta como una herramienta crucial para gestionar de manera responsable los flujos migratorios.
Un llamado a la acción global
Desde 2014, cerca de 70,000 migrantes han perdido la vida o desaparecido en rutas terrestres y marítimas, según las Naciones Unidas. Este trágico saldo evidencia la urgente necesidad de fortalecer la cooperación internacional para proteger a los migrantes en situación de peligro.
El tercer informe del Secretario General sobre el Pacto Mundial para la Migración sugiere medidas concretas, como la mejora en los mecanismos de búsqueda e identificación y el apoyo a las familias afectadas.
La migración, aunque a menudo rodeada de controversias, representa una oportunidad para fomentar el progreso global. Garantizar vías seguras y legales no solo protege a los migrantes, sino que también permite a las naciones beneficiarse del talento y la diversidad que aportan. En este esfuerzo colectivo, cada paso cuenta para construir un mundo en el que la movilidad humana sea segura, digna y beneficiosa para todos.