El Ministerio de Salud (Minsa) tenía programado iniciar entre noviembre y diciembre del 2024, el plan piloto para la vacunación contra el dengue a un grupo identificado de 222 mil 750 niños y adolescentes de 6 a 16 años en las zonas más afectadas por este virus en el Perú. Sin embargo, hasta la fecha, los avances han sido lentos, con apenas un 10% de la población objetivo inmunizada con la primera dosis.
El retraso en la vacunación revela deficiencias en la logística y ejecución de los programas de prevención del Minsa, en medio de una crisis sanitaria. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Latinoamérica está enfrentando la epidemia de dengue más severa desde 1980, con más de 12,6 millones de casos reportados, una cifra casi tres veces mayor que la registrada en 2023. La situación en Perú es de suma gravedad, pues es el país con la tasa más alta de muertes por dengue en la región, y la CDC proyecta más de 290 mil enfermos para el primer semestre de 2025.
Minsa no alcanza metas propuestas
El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, ha golpeado principalmente a las regiones de Piura, Tumbes, Loreto y Ucayali, donde las condiciones climáticas favorecen la proliferación del vector. Estas áreas, además de enfrentar altas temperaturas y lluvias, registran deficiencias en saneamiento básico, un factor que agrava el riesgo de transmisión.
Para enfrentar esta crisis, el Minsa adquirió 445 mil 500 dosis de la vacuna tetravalente que protege contra las cuatro variantes del virus del dengue. El esquema de vacunación consta de dos dosis administradas a los niños con un intervalo de tres meses, en establecimientos de salud previamente designados por el Minsa en las 4 regiones de alta incidencia. Sin embargo, según un reporte de Salud Con Lupa, el proceso de vacunación enfrenta serios obstáculos, como la baja cobertura alcanzada hasta el momento y la necesidad de mayor concientización sobre la importancia de la vacuna.
Además, la vacunación, si bien es una herramienta clave, no detendrá la propagación del dengue a corto y mediano plazo, como explicó el director de la OPS, en un llamado a los países a poner sus planes en acción contra la enfermedad. La vacuna está orientada principalmente a reducir el impacto del dengue, especialmente en términos de hospitalizaciones y casos graves, pero no afectará la raíz del problema.
Déficit hídrico agrava el problema
El déficit hídrico en regiones como Loreto, Piura y Cusco ha intensificado la epidemia de dengue, ya que la escasez de agua potable obliga a las familias a almacenar agua en recipientes improvisados, como baldes y tanques. Si estos no son correctamente tapados y limpiados, se convierten en criaderos ideales para las larvas del Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue. Esta situación es especialmente crítica en zonas con temperaturas elevadas, donde el ciclo de reproducción del vector se acelera, favoreciendo la expansión de la enfermedad.
La población de 10 a 16 años, priorizada en el plan de vacunación, es especialmente vulnerable. Según el reporte del Minsa, este grupo presenta un riesgo elevado de desarrollar dengue grave, lo que puede generar un aumento en hospitalizaciones, saturación de los servicios de salud y un incremento en la tasa de letalidad. Solo en 2024, 256 personas murieron y se reportaron 278 mil casos, las cifras más altas en la historia del país.
Este verano, las condiciones climáticas crearán un ambiente favorable para la reproducción del mosquito Aedes aegypti, vector transmisor del dengue, lo que podría provocar su propagación hacia regiones donde antes su presencia era menos frecuente, como Lima Metropolitana. Sin embargo, los menores en la capital no son incluidos en el plan piloto porque según el viceministro de Salud Pública, Ricardo Peña, no están incluidos en el criterio técnico.
¿Cuáles son los síntomas?
Es importante que ante la presencia de cualquier síntoma acudas a un centro médico y evitar automedicarte porque podría complicar tu situación. Esto son los signos que puedes identificar ante la presencia de la enfermedad:
- Fiebre alta
- Dolor de cabeza severo
- Dolor de los ojos
- Dolores musculares y articulares
- Náuseas
- Sarpullido en la piel
- Sangrado de nariz o encías
Otros síntomas pueden ser:
- Irritabilidad
- Enrojecimiento en la piel
- Fatiga extrema
- Dificultad respiratoria