Alfredo Bryce Echenique ha adoptado una postura radical con el pasado. “Todo eso ya fue”, dice con seguridad al mismo tiempo que está rodeado de libros, películas, fotografías y pinturas que no hacen otra cosa que recordarle los más gratos y agrios momentos de sus casi 86 años de vida.
El mejor refugio para los recuerdos de los que ahora intenta desprenderse han sido sus libros, pero unos cuantos detalles inventados y el pulido durante el proceso de edición los protegieron bajo la etiqueta de ficción. Sus cartas, en cambio, se sienten como la extensión más fidedigna de sus anhelos, preocupaciones, logros y ajetreos.
“Desde la hondonada 1″ (Peisa, 2024) reúne las cartas que el autor de “Un mundo para Julius” escribió a su amigo François Mujica entre 1965-1999, periodo de tiempo en el que el Perú vio la llegada de la Reforma Agraria, el ascenso de Alan García, la barbarie de Sendero Luminoso, la postulación de Mario Vargas Llosa, la dictadura de Alberto Fujimori y la aparición de los primeros libros de Alfredo Bryce Echenique.
Los lectores sabrán apreciar el rescate de cartas donde el escritor detalla a Mujica las dificultades para escribir clásicos como “La vida exagerada de Martín Romaña”, se sorprenderán con sus comentarios políticos pocas veces hecho públicos y la larga lista de amistades, amores, quiebres y reconciliaciones ocurridas en 35 años.
¿Cuál ha sido la reconciliación más grata que recuerda?
Probablemente con François Mujica. (...) Nos fuimos los dos a París. Cuando terminó mi primer año en París me fui a la ciudad de Perugia en Italia con una beca que me dio el gobierno italiano. François vino ahí, él ya se regresaba al Perú al cabo de un año en Europa, y vino a decirme que me iba a morir de hambre, que, en fin, no me podía quedar en Europa, que teníamos que volver, que aquí estaba el porvenir y todo eso. Yo no le hice ningún caso. Resultó admirable que yo hubiera aguantado tanto, dificultades de todo tipo, pero a mí la alegría de escribir hacía que olvidara esas dificultades. François vino a sacarme de Europa para volver al Perú donde él hizo una prominente carrera de abogado y yo mi título de abogado no me ha servido para nada.
“Ya no escribo nada, ni siquiera cartas”, cuenta el narrador confirmando, una vez más, su retiro de la escritura. “Permiso para retirarme. Antimemorias 3″ (Peisa, 2019) fue anunciada como su despedida, aunque no son pocos los lectores los que anhelan que se trate de un extenso descanso o un breve bloqueo creativo. “No es una seca, es un abandono totalmente coherente con mi manera de ser (...) Al final ya ni escribía. Mis últimos libros fueron dictados”, recalcó Bryce Echenique.
La escritura habrá desaparecido de su día a día, pero no los recuerdos de donde escribió sus mejores textos. “La Punta es el sitio donde me quedaba hasta cinco meses escribiendo. Me gustaría que me incineren y me echen al mar de La Punta. He pasado momentos de creación extraordinarios, aislado del mundo, escribiendo. Apenas salía a bañarme al mar en la mañana y me encerraba a escribir”.
Lecturas y relecturas
Alfredo Bryce Echenique ha regresado de Europa con un libro bajo el brazo. No es de su autoría, pero su obra ha influido en la escritura de “Ropa de casa” de Ignacio Martínez de Pisón. El escritor español llama al peruano como su maestro y esto le provoca una sonrisa al narrador jubilado. A sus manos también llegó “Invitación al viaje”, el libro de Julio Ramón Ribeyro que reúne sus cuentos inéditos a 30 años de su muerte.
Me gustó mucho uno, los demás me parecen que son cuentos de Julio Ramón dejó olvidados, descartados.
¿Invitación al viaje?
No recuerdo cómo se llamaba.
¿Fue una buena decisión publicar el libro?
Yo creo que sí.
¿Le gustaría que hagan lo mismo con usted cuando ya no esté con nosotros? ¿Quedó algún material por publicar?
No sé, la verdad no sé. No creo.
¿Se ha encargado de que ya no existan?
No.
¿O prefiere darme esa respuesta diplomática?
Sí, bueno. Ahí andan por ahí manuscritos.
Será trabajo de los arqueólogos literarios
Ya lo creo. Para mí no importa nada.
(...)
Yo creo que tengo muchos amigos escritores jóvenes y todos viven un poco en el pasado
De esos jóvenes escritores ¿A cuáles recomienda leer?
Recomiendo a Fernando Ampuero, Alonso Cueto y Abelardo Sánchez León
Pero esos jóvenes ya pintan canas
Son más jóvenes que yo en todo caso
¿Lee literatura peruana contemporánea?
No
¿Cuáles son los clásicos peruanos?
(José María) Arguedas sobre todo. Me resulta desgarrador
¿Por qué el círculo literario lo criticó tanto?
Porque el indigenismo estaba de salida y se le tomó como uno. Indigenista era Ciro Alegría, Arguedas no.
Ernest Hemingway es un autor recurrente en las lecturas de Bryce Echenique. La mención a Marcel Proust le recuerda a su madre, “cómplice mía frente a la oposición feroz de mi padre de que me fuera a Europa a ser escritor”. El paradero de su correspondencia con ella es desconocido. El autor dice haberlas perdido, pero seis años atrás en otra entrevista dijo haberlas botado. “No, alguien ha oído mal. Yo no boto esas cosas (...) Las cartas son una cosa peligrosa porque se pierden”, sentencia mientras sus lectores aguardan la publicación de algún nuevo libro que repase la vida de uno de los escritores más leídos, queridos, comentados y criticados de la literatura peruana del siglo XX y XXI.