La diseñadora peruana Anis Samanez se encuentra en el centro de la controversia luego de sus declaraciones durante el evento Orígenes 2024, celebrado en Lima, donde afirmó haber trabajado con integrantes de la comunidad shipibo-konibo. Estas declaraciones fueron desmentidas por Milka Franco, una mujer shipiba radicada en la comunidad de Cantagallo, quien denunció malos tratos y discrepancias en la narrativa presentada por la modista.
Durante el evento,, realizado el pasado 28 de noviembre en Lima, Anis Samanez relató su experiencia con la comunidad shipibo-konibo. Según la diseñadora, hace cinco años intentó colaborar con este grupo étnico para aprender de su cultura y aplicar sus conocimientos en diseño. “Me encantaría que me enseñen más de su cultura y yo les puedo enseñar, a cambio, mi experiencia en el diseño. Me dijeron que no. Me querían cobrar 5 mil dólares”, expresó en un video que se viralizó en redes sociales.
Samanez, además, afirmó que las shipibas no deberían reclamarle derechos exclusivos sobre los diseños kené por el simple hecho de pertenecer a su cultura, pues ella también nació en territorio nacional. “Yo también soy peruana, que yo haya nacido en la costa no significa que sea menos peruana que ellos. Somos exactamente iguales”, expresó en un video que pronto se viralizó y generó críticas por lo que muchos calificaron como desconocimiento y desdén hacia la comunidad shipibo-konibo.
Denuncia agresión verbal
Ante estas declaraciones, Milka Franco rompió su silencio a través de un comunicado público en el que no solo desmintió la versión de Anis Samanez, sino que también reveló episodios de maltrato verbal y amenazas por parte de la diseñadora. Según dijo, se enteró de la controversia tras regresar a Lima luego de atender asuntos familiares en Pucallpa. Decidió entonces comunicarse con la diseñadora para aclarar lo ocurrido. Sin embargo, la conversación telefónica que sostuvo con la diseñadora resultó, en sus palabras, en un acto de agresión verbal.
“Este pronunciamiento lo estoy realizando a raíz de que, a través de una llamada telefónica que le hice el día de hoy 4 de diciembre del 2024, para preguntarle sobre todo lo sucedido, en vez de explicarme o contarme la situación, la diseñadora me empezó a gritar de manera prepotente y agresiva”, manifestó.
Según la shipiba, Anis Samanez la culpó del acoso que estaba recibiendo en redes sociales. “Me amenazó con denunciarme e incluso sugirió que yo debía disculparme y debería pedirle perdón a ella. Esto, alegando que el bullying que le están haciendo es por culpa mía y mi mal agradecimiento hacia sus buenas intenciones de querer ayudarnos”, mencionó.
Desmentidos sobre los pagos y la colaboración
Milka Franco también refutó la versión de los pagos ofrecida por Anis Samanez durante el evento y en entrevistas posteriores. Explicó que la diseñadora nunca visitó la selva ni trabajó con la comunidad shipibo-konibo, como dio a entender. En cambio, la modista se acercó al Colectivo de Shipibas Muralistas, un grupo de artistas radicado en Barranco.
La propuesta inicial fue cobrar 5,000 soles por diseño, no 5,000 dólares, como afirmó Samanez. Este acuerdo habría incluido cinco diseños que la diseñadora podría usar en su línea de moda. Según Franco, esta propuesta fue rechazada por la modista, quien consideró que el precio no era justo. En su lugar, tres integrantes del colectivo aceptaron trabajar con ella de manera individual debido a sus necesidades económicas, pero bajo condiciones desventajosas.
“El precio que pagó Anis a cada una de nosotras fue de 400 soles por unos bordados que nos hizo hacer en unas telas que ella trajo. El trabajo duró una semana. En total, ella pagó 1,200 soles por una semana del trabajo de tres personas”, afirmó Franco.
El trasfondo del maltrato
Para Milka Franco, el problema va más allá de las diferencias económicas o el conflicto por los pagos. La shipiba denunció un trato despectivo y una falta de respeto hacia el patrimonio cultural del pueblo shipibo-konibo. “Más allá de sus expresiones sobre la propiedad del patrimonio cultural, este pronunciamiento es por el trato que tanto las personas que integran el colectivo y yo hemos recibido por parte de Anis Samanez”, señaló en su comunicado.
La mujer también se mostró indignada por los comentarios de la diseñadora que minimizaban la importancia de los diseños kené, símbolos culturales de su pueblo. Según la shipiba, Anis Samanez habría afirmado que solo quería “inspirarse” en los diseños y no utilizarlos directamente, lo que, en su opinión, refleja una falta de comprensión del valor de estos patrones.