Con una apariencia inofensiva, pero un bien elaborado plan, Silvana del Pilar Ávalos Medina, conocida como La Pituca, estafó a los dueños de un minimarket en el distrito de San Borja, por la suma de casi 100 mil soles. Según la investigación, la mujer usó falsos pagos de Yape y Plin para comprar todo tipo de productos. La policía logró detenerla tras meses de investigación, poniendo fin a presunto accionar delictivo.
Ávalos Medina, residente del mismo distrito, realizaba compras frecuentes de productos de primera necesidad y artículos como frutos secos y costosos licores. Empleaba la plataforma de mensajería WhatsApp para solicitar los pedidos por delivery al minimarket El Manzano, con montos que superaban los mil soles por semana. Gracias a su regularidad y trato cordial, nunca levantó sospechas entre los empleados del establecimiento ni siquiera en los dueños.
“Como era una cliente habitual, se confiaba en los pantallazos que enviaba como comprobantes de pago”, explicó Cari Urbano Rojas, propietaria del negocio. Sin embargo, estos depósitos nunca se reflejaron en las cuentas bancarias del minimarket.
Falsificación sofisticada
Las capturas de pantalla que Ávalos enviaba estaban alteradas. Según los propietarios, las imágenes presentaban inconsistencias en la resolución y los montos, señales que solo se detectaron después de una auditoría exhaustiva de los ingresos. Pasó dos años para que se dieran cuenta.
La estafa fue descubierta tras un cambio en la administración del local, cuando Urbano Rojas revisó los registros de pagos realizados a través de aplicaciones como Yape y Plin. “Encontré un depósito reciente que no estaba en la cuenta. Al analizar más a fondo, descubrí que ninguno de los depósitos anteriores existía”, señaló.
Un análisis detallado de las transacciones reveló 168 falsos depósitos en 2023, sumando 34,996 soles, y 186 más en 2024, equivalentes a 62,862 soles.
Método de operación
Ávalos Medina nunca acudía al local físicamente. Su estrategia se basaba en utilizar delivery para recibir los pedidos, lo que le permitía mantener su anonimato. Los encargados del minimarket enviaban los productos directamente a su domicilio, ubicado en la misma jurisdicción.
El modus operandi, de acuerdo a las autoridades, incluía la compra constante de productos básicos y artículos costosos, especialmente los fines de semana. Según los empleados del minimarket, estas transacciones eran diarias y, en ocasiones, alcanzaban montos de hasta casi dos mil soles por pedido.
Tras su detención, Ávalos admitió haber utilizado esta modalidad desde marzo del presente año, argumentando que enfrentaba problemas económicos. Según fuentes policiales, la acusada trabajaba en un puesto administrativo con un ingreso mensual aproximado tres mil soles. Actualmente vive con su esposo, dos hijos y su madre.
Podrían haber otras víctimas
El caso está siendo investigado por la Brigada Especial contra el Crimen de San Juan de Lurigancho, que está verificando si Ávalos tiene antecedentes similares y si existen otras posibles víctimas.
“Estamos cruzando información con otras unidades policiales para determinar si hay más agraviados por esta persona”, indicó un portavoz de la policía.
Este incidente ha llevado a los propietarios del Market El Manzano a implementar medidas adicionales de seguridad financiera. “Ahora verificamos cada transacción digital antes de entregar los pedidos. También separamos las cuentas físicas de las virtuales para evitar errores”, explicó Urbano Rojas.
Las autoridades ya recomiendaron a los pequeños empresarios mantenerse atentos a sus movimientos bancarios y confirmar que los depósitos se reflejen efectivamente en sus cuentas.
Esta situación es una advertencia para los negocios locales sobre la importancia de no confiar únicamente en capturas de pantalla y de realizar controles diarios de ingresos y egresos. Según las autoridades, este tipo de estafas basadas en la confianza son más comunes de lo que se cree.