La capibara, un animal silvestre poco conocido fuera de Sudamérica hace algunos años, consiguió irrumpir en el mercado mundial como un fenómeno comercial. La figura de este roedor, que en Perú es conocido como ronsoco, dejó de ser simplemente parte de la biodiversidad amazónica para convertirse en el protagonista de productos que abarcan desde juguetes hasta artículos de moda y papelería.
En mercados como el de Mesa Redonda y el Mercado Central, centros neurálgicos de comercio en Lima, los productos inspirados en la capibara se convirtieron en los más buscados de la temporada navideña. Peluches, llaveros, mochilas, álbumes de figuritas y hasta carteras con el diseño del animal están acaparando la atención de consumidores. Sin embargo, esta fiebre por la capibara ha desatado un conflicto comercial inesperado.
En medio de la euforia por el peluche más vendido del momento, Liao Yue, empresario chino, registró la palabra “Capibara” como marca ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi). Según el portal oficial de esta institución, el registro otorga al empresario los derechos exclusivos sobre el uso comercial del término en la clase 16, que incluye productos de papelería, útiles escolares y artículos relacionados.
Renzo Quispe, representante de comerciantes de Mesa Redonda, señaló para Panorama que este registro limita severamente las posibilidades de los pequeños empresarios de competir en igualdad de condiciones. “Esto nos afecta directamente. Los productos que traemos con imágenes de capibaras podrían ser incautados en Aduanas. Incluso podrían destruirlos bajo el argumento de violación de propiedad industrial”, expresó.
Según especialistas en derecho de marcas, el registro presentado por Liao Yue podría ampliar su alcance a otras categorías de productos en el futuro. Este movimiento generó preocupación entre comerciantes locales, quienes temen la imposición de restricciones adicionales.
El impacto en los comerciantes peruanos
En el Mercado Central y en Mesa Redonda, miles de empresarios se abastecen de productos importados para vender en sus tiendas, especialmente durante las campañas navideñas. Con la popularidad de la capibara, muchos comerciantes habían apostado por este artículo como el eje principal de sus ventas.
“Prácticamente, esperaron a que este producto explotara en el mercado para registrarlo a su nombre. Es competencia desleal, porque es un animal que pertenece a nuestra biodiversidad”, declaró una comerciante del Mercado Central.
La exclusividad sobre el uso del término también afecta a los importadores. Según Renzo Quispe, las marcas que intenten comercializar artículos con la imagen de la capibara podrían enfrentarse a procedimientos legales, incluyendo la incautación de mercadería.
En paralelo, otros dos empresarios chinos, Li Zhong y Li Shunde, también buscan registrar variaciones de productos relacionados con la capibara en el mercado peruano. Sin embargo, el especialista en derecho de marcas Darío Morales indica que algunos de estos registros podrían ser rechazados por falta de distintividad.
“La figura de la capibara ya es utilizada de forma generalizada. En el caso de juguetes, por ejemplo, sería complicado obtener exclusividad, ya que es una tendencia que ha sido adoptada masivamente”, explicó Morales.
A pesar de ello, Liao Yue insiste en que su registro es legítimo y que no busca perjudicar a los competidores, pero señaló que en algún momento pedirá una “mínima compensación”.
El futuro de la capibara en el comercio
La tendencia de la capibara no parece estar limitada a esta temporada. Según algunos comerciantes, el fenómeno podría extenderse al inicio del año escolar, con productos como mochilas, loncheras y otros útiles inspirados en el animal.
“Vienen decenas de miles de contenedores con artículos de capibara. Este producto no solo estará en Navidad, sino que también marcará la campaña escolar”, señaló Renzo Quispe.
Mientras tanto, la disputa legal y comercial sigue creciendo. Algunos comerciantes ven con escepticismo las posibilidades de defender su posición frente a las decisiones del Indecopi, mientras que otros apuestan por alternativas para mantenerse en el mercado.
El fenómeno comercial de la capibara contrasta con la realidad de estos animales en su hábitat natural. En lugares como el Parque de las Leyendas, en Lima, el único capibara residente, llamado Wilson, recibe visitas de familias que buscan conocer más sobre este animal.