Una figura singular en la política peruana del siglo XX, Alfonso Augusto Barrantes Lingán destacó no solo por su habilidad como abogado laboralista, sino también como un incansable defensor de los derechos sociales.
Fue un referente indiscutible de la izquierda en el Perú y un protagonista clave en la creación de políticas inclusivas que transformaron vidas. Una de esas fue el programa social llamado ‘Vaso de Leche’.
Vida y estudios
Hijo único de Alfonso Barrantes Castañeda y Peregrina Lingán Celis, nació el 30 de noviembre de 1927 en San Miguel de Pallaques, Cajamarca; Barrantes Lingán creció en un entorno marcado por las tensiones sociales de la época. Realizó sus estudios primarios en Cajamarca y los secundarios en Trujillo, dos regiones que influyeron en su visión del mundo.
Más tarde, en Lima, ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se formó en Filosofía, Educación y Derecho, obteniendo el título de abogado. Su tesis, Asedio a la delincuencia político-social, mostraba ya su interés por las problemáticas sociales y la represión política.
Durante su etapa universitaria, lideró la Federación de Estudiantes de San Marcos, consolidándose como un referente en las luchas estudiantiles. Inicialmente, Barrantes simpatizó con el aprismo, pero su desencanto con la dirección del partido lo llevó a explorar otras corrientes ideológicas. Finalmente, abrazó el socialismo, convirtiéndose en una figura clave dentro del Partido Comunista Peruano.
Enfrentó persecuciones y encarcelamientos bajo el gobierno de Manuel Odría, siendo acusado de “subversión”. Pese a ello, mantuvo su activismo y, en 1980, fundó el frente político Izquierda Unida, un espacio que aglutinó a diversos movimientos progresistas. Este liderazgo lo llevó a postular a la alcaldía de Lima, cargo que asumió en 1984, marcando un hito en la política peruana.
Vaso de leche y comedores populares
Como alcalde, Barrantes impulsó proyectos que respondían directamente a las necesidades de la población más desprotegida. Entre sus iniciativas más notables destacó el Programa del Vaso de Leche, creado para garantizar una ración diaria de alimentos a los niños y madres en situación de pobreza.
Esta propuesta nació como una respuesta a las carencias alimentarias de los sectores marginales, especialmente en los barrios más humildes de la capital.
El programa comenzó con la distribución de leche y avena, beneficiando inicialmente a miles de niños menores de seis años, madres gestantes y lactantes. En menos de un año, logró alcanzar a más de 600 mil personas en Lima, consolidándose como una política de inclusión social sin precedentes.
A través de la participación de los clubes de madres, se generó una red comunitaria que no solo aseguraba la distribución de alimentos, sino que también fortalecía el tejido social en las zonas más desfavorecidas.
Aunque el Vaso de Leche se formalizó posteriormente como un programa nacional, su origen está intrínsecamente ligado a la visión de Barrantes sobre la política como una herramienta para transformar vidas.
Esta iniciativa no solo abordó el problema del hambre, sino que sentó las bases para futuras políticas de asistencia alimentaria en el país.
Además de este logro, su gestión municipal se caracterizó por promover la instalación de comedores populares, fomentar la participación ciudadana y ejecutar obras de infraestructura en zonas olvidadas de la ciudad. Bajo su liderazgo, Lima experimentó una transformación que priorizó a las comunidades más vulnerables.
Intentó la presidencia
Popularmente conocido como “Frejolito”, Barrantes era un político cercano, identificado con las luchas del pueblo. Este apodo, derivado de su campaña electoral, simbolizaba su conexión con los sectores populares y su apuesta por un liderazgo auténtico y sencillo.
Su influencia trascendió los límites de la capital. Aunque en las elecciones presidenciales de 1985 quedó en segundo lugar detrás de Alan García, su impacto político fue innegable. Su decisión de no participar en una segunda vuelta, al reconocer la ventaja de su contrincante, reflejó una ética poco común en la política.
Pese a las divisiones internas que afectaron a la izquierda en los años siguientes, Barrantes mantuvo su compromiso con los valores que lo guiaron desde sus inicios. En 1992, decidió retirarse de la vida política activa, dejando un legado imborrable en la historia del Perú.
Alfonso Barrantes falleció el 2 de diciembre del 2000 en La Habana, Cuba, víctima de cáncer. Sus restos fueron repatriados al Perú para ser sepultados en el Cementerio Jardines de la Paz, en La Molina. Su partida fue ampliamente lamentada, especialmente por las madres de los comedores populares y del Vaso de Leche, quienes lo recordaron como un hombre que dedicó su vida a dignificar a los más necesitados.