La madrugada del 1 de diciembre marcó un episodio alarmante en la historia del reconocido grupo de cumbia Armonía 10, cuando el autobús de la agrupación fue atacado a balazos en el Callao. El incidente, que afortunadamente no dejó heridos, pone en evidencia el peligro creciente al que se enfrentan los artistas peruanos debido a la extorsión.
Mientras los integrantes de la orquesta de Walther Lozada se alistaban para su presentación en el conocido local Chepita Royal, un hombre a bordo de una motocicleta abrió fuego contra el autobús del grupo en la avenida Dominicos.
Agustín Tavara, mánager de la banda, relató que pasó un motorizado y atentó contra el autobús, impactando en dos oportunidades, un balazo cayó adelante y otro en la ventana trasera.
En conversación con Infobae Perú, Agustín Távara, expresó su preocupación por la seguridad del equipo e indicó que no es la primera vez que los amenazan y les piden cuantiosas sumas en terroríficos mensajes. “Nos amenazan dejando un día, a veces seguido. Estamos acostumbrados a las amenazas, a que nos pidan 20 mil soles, 50 mil soles, 200 mil soles. Ayer mismo nos han amenazado de nuevo, pero no le hice caso. Hasta que hoy día bailaron el bus. Habrán pensado que estamos dentro del bus y dispararon, pero felizmente aún no bajábamos del hotel. Estábamos cambiándonos y tiraron dos balazos, uno en la ventana de adelante, para el lado de los pasajeros, y otro en la ventana de atrás”, relató el mánager.
El hecho ha sido denunciado a las autoridades, que ya están investigando para identificar a los responsables. Sin embargo, el ataque ha generado incertidumbre no solo entre los miembros de la agrupación, sino también en sus fanáticos, quienes exigen mayor protección para los artistas que frecuentemente se enfrentan a estas amenazas. “La situación ya pasó los niveles de la anécdota y de no hacerles mucho caso. Estamos con la policía ahora, aquí en el hotel”, acotó Távara a este medio.
Piden acción al Gobierno
El caso de Armonía 10 no es único. En los últimos meses, artistas y agrupaciones musicales han denunciado un aumento en las amenazas de extorsión, particularmente en regiones como el Callao y San Juan de Lurigancho. Este tipo de delincuencia no solo pone en peligro la seguridad de los músicos, sino que también afecta el desarrollo de la escena artística local.
La situación es alarmante y refleja un problema más amplio de inseguridad que afecta al país. Los artistas, como figuras públicas, se han convertido en un blanco frecuente debido a su exposición mediática y la percepción de que manejan grandes sumas de dinero. “Exijo al Gobierno que tome cartas en el asunto, mucho discuten de qué se hace y qué no se hace, y al final, nadie hace nada”, indicó un indignado Agustín Távara, resaltando que si bien es cierto, no hay muertes que lamentar, los integrantes de la agrupación siguen corriendo peligro.
El incidente no solo ha afectado emocionalmente a los miembros de la agrupación, sino también a sus seguidores, quienes temen que estos episodios se repitan o que la banda tenga que cancelar presentaciones en el futuro.
En redes sociales, los fanáticos han expresado su solidaridad con el grupo y su indignación por la falta de seguridad. Muchos han pedido a las autoridades que refuercen las medidas para proteger a los artistas y garantizar que puedan ejercer su labor sin temor a represalias.