Perú logró un destacado reconocimiento internacional al obtener 24 medallas en el Concurso Mundial de Vinos Extremos y Destilados Heroicos, celebrado en Aosta, Italia.
Este certamen, que se centra en productos elaborados bajo condiciones vitivinícolas extremas, otorgó a los piscos peruanos 7 preseas de gran oro y 15 de oro, además de reconocimientos especiales, según la información proporcionada.
El evento, que se llevó a cabo en septiembre, cuenta con una trayectoria de 32 años y se enfoca en bebidas producidas en terrenos inclinados, altitudes pronunciadas o climas adversos.
La participación de Perú en esta edición fue la segunda en su historia, destacándose por la calidad de sus piscos, que se producen en condiciones únicas desde los desiertos de Pativilca hasta Tacna, abarcando alturas que van desde el nivel del mar hasta los 2 mil metros.
Dos expertos peruanos, Juan Carlos Palma, catador con grado de maestro, y Cesibell Sánchez Pacheco, sommelier y catadora experta en pisco, formaron parte del jurado del concurso. Su participación no solo aportó experiencia y conocimiento en la evaluación de los productos, sino que también fortaleció la presencia nacional en este tipo de encuentros internacionales.
Entre los logros más significativos para Perú se encuentran el Premio Especial otorgado a las Bodegas Caobas y el Premio a la Excelencia para el Pisco Gran Paso. De la misma parte, es importane mencionar que la ceremonia de reconocimiento a los productores premiados está programada para el 30 de noviembre en Roma, Italia.
Origen del pisco
Un documento histórico del año 1587, que revela detalles sobre la producción de pisco en el Perú, fue presentado por la ministra de Cultura, Leslie Urteaga.
Este hallazgo, bajo la custodia del Archivo General de la Nación, está en proceso de ser declarado Patrimonio Cultural de la Nación y se planea su registro en el Comité Peruano Memoria del Mundo y ante la Unesco.
El descubrimiento fue posible gracias al trabajo del historiador Julio Hernández, quien encontró un registro del notario García de Córdoba.
Este documento, fechado el 8 de noviembre de 1587, confirma la existencia del aguardiente de uva, conocido hoy como pisco, en el siglo XVI. Durante la presentación, Urteaga destacó el esfuerzo de los paleógrafos e historiadores del Archivo General de la Nación que hicieron posible este hallazgo.
El documento detalla una controversia entre don Manuel de Azante y Jorge Capelo, en la que Capelo exigía a Azante el pago de la mitad de sus bienes y la devolución de una caldera, herramienta utilizada para la destilación. Este proceso consistía en la ebullición del vino, un método que se realizaba con agua (aguapié) y con una mayor concentración de alcohol en la caldera (aguardiente).
La ministra Urteaga subrayó la importancia de este descubrimiento, ya que los registros encontrados no solo revelan desde qué año se producía pisco en el Perú, sino que también proporcionan detalles sobre el proceso de producción de este aguardiente. Este hallazgo es un testimonio del legado cultural y la tradición vitivinícola del país.
“Es muy importante este evento histórico que estamos viviendo los peruanos, de reconocer nuestros documentos gracias a los estudios e investigaciones que se hacen desde el Archivo General de la Nación, para poner a disposición todo este conocimiento y reafirmar también nuestra posición y reconocimiento que el pisco se hacía ya desde antes de 1600 en estas tierras”, mencionó.