La noche del 26 de noviembre, Río de Janeiro se convirtió en el epicentro de la gastronomía latinoamericana. Más que una premiación, la gala de los Latin America’s 50 Best Restaurants se convirtió en una celebración de los sabores, las historias y los vínculos que unen a los protagonistas de la alta cocina de la región. En su decimosegunda edición, la lista mostró cómo los restaurantes reflejan su destreza culinaria, al igual que la identidad y los afectos de quienes los conducen.
En el escenario principal, bajo los reflectores y los aplausos, Pablo Rivero, propietario de Don Julio, recibió el reconocimiento más esperado de la velada: el premio al mejor restaurante de Latinoamérica. Sin embargo, las palabras que pronunció apenas tomó el micrófono desviaron la atención del galardón hacia un mensaje cargado de admiración y camaradería.
“La verdad es que no esperábamos esto. Trabajamos como siempre, como cada día, como cada noche en el restaurante. Estoy muy feliz por muchas razones: por Guido, por todo el equipo, por Valeria, por Diego, por Yamila. No quiero olvidarme de ninguno de ellos. Estoy muy feliz por mi país, por supuesto, por nuestra cultura”, expresó Rivero, antes de dedicar elogios a Mitsuharu ‘Micha’ Tsumura, chef del restaurante peruano Maido, a quien calificó como el mejor no solo de la región, sino del mundo.
“Estoy sorprendido y quiero felicitar a Álvaro, a todos los colegas, sobre todo a Micha, porque para mí, es el mejor restaurante del mundo, no solo de Latinoamérica. Y, como dije antes, creo que esta vez quizás no ganó el mejor restaurante, sino el más querido. Así que les agradezco mucho a todos”, finalizó el dueño de Don Julio.
Un reconocimiento que trasciende las fronteras
Don Julio, una casona ubicada en el barrio porteño de Palermo, se ha convertido en un referente de la parrilla argentina. Las filas interminables frente a su puerta son una constante que refleja la devoción de locales y turistas por experimentar su propuesta. Pero más allá de la perfección en el manejo del fuego y la carne, Rivero destacó que el reconocimiento obtenido en esta ocasión va más allá del menú. Para él, la clave está en la conexión con sus comensales, su equipo y su tierra.
En su discurso, Rivero no dejó de mencionar a Guido Tassi, el cocinero que lidera la cocina de Don Julio, y a su equipo. También aludió al entorno que sustenta el proyecto: las 230 hectáreas en las que crían ganado, producen miel y cultivan tomates, respetando un enfoque holístico que prioriza el equilibrio natural.
La victoria de Don Julio en 2024 marca su segundo ascenso a lo más alto del ranking, tras el conseguido en 2020. A diferencia de aquella ocasión, marcada por las restricciones sanitarias de la pandemia, esta vez el equipo pudo celebrar a lo grande, abrazarse y compartir el momento con sus colegas.
Maido es un referente que no cede
Aunque esta edición dejó a Maido en el segundo lugar, el restaurante limeño sigue consolidándose como uno de los pilares de la gastronomía peruana y latinoamericana. Bajo la dirección de Micha, el establecimiento fue cuatro veces el número uno en el listado (2017, 2018, 2019 y 2023). Su propuesta de cocina nikkei, que combina las tradiciones culinarias japonesas y peruanas, es un ejemplo de la capacidad de la región para innovar y reimaginar sus raíces.
El dueño de Don Julio, consciente del peso histórico de Maido en la lista, no dudó en rendir homenaje al chef peruano. “Para mí, Micha es el mejor. No solo de Latinoamérica, sino del mundo”, señaló durante su discurso.
Desde su creación en 2013, el ranking de los Latin America’s 50 Best Restaurants fue un espacio de celebración y competencia para los mejores restaurantes de la región. Perú, en particular, dominó la cima de la lista en 10 de las 12 ediciones previas, con Central, Maido y Astrid y Gastón como protagonistas. En este sentido, el ascenso de Don Julio al primer puesto en 2024 no solo reafirma el nivel de excelencia de la cocina argentina, sino que también diversifica el panorama gastronómico de la región.
El podio de este año se completó con El Chato, un restaurante bogotano que ganó reconocimiento por su enfoque innovador y la creatividad de su propuesta. En cuarto lugar, quedó Kjolle, liderado por Pía León, otra representante de la potente escena culinaria peruana, mientras Boragó, en Santiago de Chile, ocupó el quinto puesto.