A más de 2.300 metros sobre el nivel del mar, Arequipa sobresale entre los Andes como una de las ciudades más cautivadoras de Perú. Rodeada por volcanes que parecen resguardar su historia, esta urbe mezcla tradición y modernidad, ofrece a los visitantes un recorrido por su arquitectura, cultura y paisajes que narran siglos de historia.
Además de ser un destino turístico lleno de historia y belleza natural, se posiciona como un centro de encuentro para líderes empresariales y políticos, especialmente durante el CADE (Convención Anual de Empresarios). En este contexto, este evento refleja la capacidad de la región para ser un punto de diálogo entre el sector privado y las políticas públicas, mientras se disfruta de la impresionante vista de los volcanes y la arquitectura colonial que caracteriza a la ciudad.
Un mundo dentro de la ciudad
Detrás de altos muros de sillar blanco, el Monasterio de Santa Catalina se revela como un recinto que parece detenido en el tiempo. Fundado en 1579, este convento no solo fue un espacio de retiro religioso, sino también un lugar donde las mujeres, muchas de ellas provenientes de familias adineradas, iniciaron una vida de oración y servicio. Sus patios y pasillos están pintados en tonos vivos como el rojo y azul, los cuales crean un contraste con el blanco característico de la ciudad. Los visitantes pueden recorrer sus capillas, celdas y cocinas, que conservan utensilios y artefactos de épocas pasadas.
Entre las recomendaciones para disfrutar plenamente del lugar, los guías sugieren llevar protector solar debido a la exposición prolongada al sol y no olvidar una cámara para capturar los detalles arquitectónicos y las vistas desde el mirador, donde el volcán Chachani domina el horizonte.
El epicentro de la vida arequipeña
En el centro de la ciudad, la Plaza de Armas se despliega como un espacio que une historia y cotidianidad. Rodeada por la Catedral de Arequipa y antiguos portales construidos con sillar, este lugar combina el esplendor arquitectónico con la vida moderna. La fuente central y la estatua del “Tuturutu”, figura representativa del mensajero colonial, recuerdan un pasado donde la plaza era el punto de encuentro principal para los habitantes.
Desde este punto, es posible admirar al volcán Misti, cuya presencia es un recordatorio constante de la conexión entre la ciudad y la naturaleza. La Plaza de Armas no solo es un lugar de paso, sino también el inicio de recorridos hacia otros sitios importantes de la ciudad.
Un emblema de fe y arte
Con una historia que se remonta al siglo XVII, la Basílica Catedral de Arequipa se impone como uno de los sitios más representativos de la ciudad. Construida íntegramente con sillar, esta edificación ha enfrentado diversos terremotos, que llevaron a su reconstrucción en más de una ocasión. Su fachada destaca por sus dos torres y una serie de arcos que invitan a descubrir su interior.
Los recorridos por la catedral incluyen una visita a su museo, donde se exhiben piezas de arte religioso y objetos históricos que reflejan la importancia de la fe en la vida de la ciudad. Uno de los momentos más esperados es escuchar el sonido del órgano, cuyas melodías llenan los espacios con una atmósfera solemne.
Historia en cada detalle
En una esquina cercana a la Plaza de Armas, la Iglesia de la Compañía resalta por la riqueza de sus detalles arquitectónicos. Este templo jesuita, conocido como la “Capilla Sixtina de Arequipa”, destaca por su fachada barroca, donde se entrelazan elementos religiosos con iconografía andina.
Dentro del complejo, los visitantes pueden recorrer capillas y claustros que narran siglos de historia. Además, las visitas guiadas permiten comprender cómo la mezcla de culturas se refleja en los ornamentos del templo.
Un puente al pasado
El Museo Santuarios Andinos ofrece una de las experiencias más únicas en Arequipa. Su pieza central, la momia de “Juanita”, conocida como la “Dama de Ampato”, permite explorar las creencias y prácticas de la cultura inca. Este hallazgo, realizado en 1995, abrió una ventana al pasado, mostrando cómo los incas realizaban sacrificios en honor a sus dioses.
El recorrido por el museo incluye una serie de salas que exhiben textiles, cerámicas y herramientas utilizadas durante los rituales. Los guías sugieren evitar llevar cámaras, ya que la toma de fotografías no está permitida, lo que deja a los visitantes enfocarse en la experiencia educativa y cultural.
El rincón más antiguo
El Barrio de San Lázaro, con sus callejones estrechos y construcciones de sillar, es un testimonio de los primeros asentamientos españoles en la ciudad. Este lugar combina historia y tradición, siendo conocido también por sus picanterías, donde se pueden degustar platos típicos de la gastronomía arequipeña.
Los visitantes pueden explorar su plaza principal, la iglesia y un puente que conecta diferentes áreas del barrio. Este rincón de la ciudad ofrece una experiencia más tranquila, ideal para quienes buscan adentrarse en la historia cotidiana de Arequipa.
Escenarios naturales
A pocos minutos del centro histórico, el Mirador de Yanahuara se convierte en una parada obligatoria. Sus arcos de sillar están grabados con frases que reflejan la identidad de la ciudad, mientras que el paisaje ofrece una vista inigualable de los volcanes Misti, Chachani y Pichu Pichu.
Los locales recomiendan visitar el mirador al atardecer, cuando los colores del cielo se funden con las siluetas de los volcanes, lo que crea un espectáculo natural que permanece en la memoria de quienes lo contemplan.
Naturaleza y tradición
Fuera del área urbana, el Cañón del Colca se presenta como uno de los atractivos más destacados de la región. Considerado uno de los cañones más profundos del mundo, este lugar es también hogar del cóndor andino, ave emblemática de los Andes.
El recorrido hacia el Cañón del Colca pasa por pueblos tradicionales donde se pueden observar terrazas agrícolas y conocer costumbres locales. Chivay, la entrada principal al cañón, es un punto de partida hacia miradores desde los cuales es posible observar la magnitud del paisaje.
La entrada al Cañón del Colca tiene tarifas diferenciadas según la nacionalidad de los visitantes, esto fue establecido por la página oficial de Autocolca:
- Extranjeros: S/70
- Latinoamericanos: S/40
- Niños: S/20
Este beneficio especial aplica únicamente a los ciudadanos peruanos. Para ingresar al Circuito Turístico, los estudiantes peruanos de pregrado deben presentar su carné de estudiante o un documento vigente que certifique su condición. Además, por cada delegación de 15 estudiantes y/o niños peruanos, dos adultos acompañantes pagarán S/5.00 cada uno. Los visitantes peruanos, ya sean niños entre 6 y 15 años o adultos mayores de 60 años, deberán presentar su DNI para certificar su edad.