El árido y polvoriento desierto de Ocucaje, ubicado en la región Ica, al sur de Perú, se volvió a convertir en escenario de un descubrimiento paleontológico de gran relevancia científica. Se trata de un fósil casi completo de un extinto cocodrilo juvenil perteneciente a la especie Piscogavialis, que vivió hace aproximadamente 10 millones de años.
El ejemplar descubierto se encuentra en condiciones excepcionales, lo que ha permitido a los investigadores obtener información valiosa sobre la evolución de los reptiles marinos y la biodiversidad de la época.
El fósil, que mide alrededor de tres metros de largo, fue identificado por un equipo de paleontólogos liderados por el peruano Mario Gamarra, investigador del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).
Aunque el hallazgo tuvo lugar a finales de 2023, fue recientemente que los especialistas presentaron oficialmente el descubrimiento a la comunidad científica y al público en general. Se destaca no solo por su calidad, sino también porque el ejemplar encontrado es el primero de un cocodrilo juvenil de esta especie.
Según Gamarra, el fósil descubierto representa una pieza clave para comprender la evolución de los cocodrilos marinos de la prehistoria, especialmente aquellos que habitaron la región durante el Mioceno. En esta época, el área que hoy conocemos como Ocucaje era muy diferente, con un entorno marino y una fauna diversa que incluía tanto reptiles como mamíferos marinos.
El hallazgo del Piscogavialis ofrece una oportunidad única para estudiar los procesos de crecimiento y las adaptaciones morfológicas de esta especie. A diferencia de otros cocodrilos y caimanes actuales, según los investigadores, este era un cocodrilo gavial, lo que implica que su hocico era largo y estrecho, adaptado a una dieta piscívora (principalmente basada en peces).
“Fue un trabajo duro”
El proceso de excavación fue complicado debido a la dureza del terreno arenoso de Ocucaje. Los científicos, que trabajaron durante varias semanas para extraer el fósil, utilizaron herramientas especializadas para liberar el esqueleto del cocodrilo, que se encontraba incrustado en un bloque de roca compacta.
“Fue un trabajo arduo, pero la recompensa ha sido impresionante. Este fósil está en un estado de conservación excepcional, lo que nos permitirá realizar estudios más detallados sobre la anatomía de este animal”, señaló Gamarra durante la presentación del hallazgo a la agencia AFP.
El descubrimiento de este fósil se enmarca dentro de los múltiples hallazgos que se han realizado en Ocucaje, una zona reconocida internacionalmente por su alto valor paleontológico. En esta mismo desierto se encontraron restos de especies emblemáticas, como el Perucetus colossus, un cetáceo que vivió hace 38 millones de años y que, en su tamaño adulto, pudo haber alcanzado entre 60 y 70 toneladas.
La abundancia de fósiles marinos en esta área, que incluye ballenas, tiburones, delfines y otros reptiles prehistóricos, hace de Ocucaje un sitio privilegiado para este tipo de estudios.
“Es la primera vez que encontramos un juvenil de esta especie, lo que nos da información valiosa sobre cómo esta especie crecía y se adaptaba a su entorno”, explicó Gamarra en una rueda de prensa.
Gavial de la India
El Piscogavialis, aunque similar en apariencia a otros cocodrilos actuales, presenta una serie de características morfológicas que lo diferencian. Su hocico largo y estrecho, que le daba un aspecto similar al del gavial de la India, está adaptado para capturar peces, su principal fuente de alimento.
Al ser un cocodrilo gavial, Piscogavialis comparte una línea evolutiva con el gavial moderno, un animal que habita en el río Ganges, en India. Este parentesco sugiere que, hace 10 millones de años, los ancestros del gavial moderno ya estaban presentes en otras partes del mundo, como Sudamérica.
El fósil será exhibido en el Museo de Historia Natural de Ingemmet, en Lima, a partir del mes de diciembre, lo que permitirá que el público en general pueda apreciar este descubrimiento en persona. Gamarra destacó la colaboración entre su equipo y el colegio La Unión, cuyos estudiantes participaron activamente en el proceso de excavación y preservación del fósil.
A medida que el estudio del fósil avanza, los investigadores esperan obtener más información sobre la especie Piscogavialis y su papel en los ecosistemas marinos del Mioceno. Este hallazgo, junto con otros descubrimientos de la región, confirma a Ocucaje como un sitio crucial para entender la fauna prehistórica de Sudamérica y su evolución a lo largo de millones de años.