En el corazón de San Juan de Lurigancho, uno de los distritos más importantes de Lima, se encuentra una institución educativa que ha sido testigo del desarrollo de la comunidad a lo largo de más de un siglo. Fundado en 1911, el colegio que hoy conocemos como la Institución Educativa 1173 Julio César Tello ha jugado un papel fundamental en la formación de generaciones de estudiantes. A lo largo de su historia, esta escuela ha logrado evolucionar y adaptarse a las nuevas necesidades de la educación, manteniendo siempre un compromiso firme con su misión.
Década tras década, la escuela ha sido un pilar para las familias de San Juan de Lurigancho, sobre todo en los momentos más difíciles, como los años de los fuertes terremotos que afectaron la región. La institución, que comenzó en condiciones humildes, ha sabido superar estos retos y transformarse. Hoy, el colegio no solo es un referente en la educación básica, sino que también ha integrado talleres prácticos y recursos modernos, lo que le ha permitido ofrecer a sus estudiantes una educación integral, que va desde lo académico hasta lo técnico.
Los orígenes del histórico colegio de San Juan de Lurigancho
Fundado en 1911, el emblemático colegio de San Juan de Lurigancho marcó un hito en la historia educativa del distrito. En sus inicios, esta institución fue creada para brindar educación a los hijos de los trabajadores de las históricas haciendas Ascarrunz, Canto Grande, Campoy y Zárate, que conformaban el paisaje agrícola de la zona. Construido con paredes de adobe, reflejaba las condiciones modestas de una comunidad que buscaba forjar un futuro mejor a través del conocimiento.
Según la información proporcionada por la página de la institución, está ubicado originalmente a más de una cuadra de El Pueblito, el hoy emblemático centro histórico del distrito, fue testigo del crecimiento de San Juan de Lurigancho mucho antes de su oficialización como distrito en 1967. Durante décadas, se convirtió en un punto de encuentro para familias que valoraban la educación como motor de cambio. A pesar de los desafíos impuestos por los constantes sismos que afectaron la estructura original, la institución se mantiene firme en su misión de educar, estableciendo las bases para su evolución en los años venideros.
De adobe a cimientos firmes: la evolución tras los terremotos
Desde sus inicios, la histórica institución educativa se ha enfrentado a grandes retos, siendo los constantes sismos de la década de 1940 uno de los más significativos. La estructura original, construida en adobe, sucumbió ante los embates de la naturaleza, lo que obligó a la comunidad a reconstruirlo repetidamente. Sin embargo, estos contratiempos fortalecieron el compromiso de los docentes y estudiantes, quienes trabajaron para mantener viva la misión educativa del colegio.
Finalmente, el colegio se desarrolló de manera definitiva en la plaza de Armas de El Pueblito, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia para el distrito. Además, según el medio La República, en 1958 recibió el reconocimiento oficial del Ministerio de Instrucción Pública, hoy Ministerio de Educación, como la IE 1173 Julio César Tello. Este impulso permitió que la institución ampliara su oferta educativa. Inicialmente, solo se ofrecía el nivel primario, pero en 1978 se incorporó el nivel secundario, y más tarde, el nivel inicial. Así, el colegio pasó de ser una estructura modesta a consolidarse como un referente educativo que une tradición y modernidad en San Juan de Lurigancho.
Educación para el futuro: talleres y recursos innovadores
La Institución Educativa 1173 Julio César Tello se ha transformado en un referente educativo que combina tradición e innovación. Actualmente, cuenta con laboratorios de ciencias, módulos de conectividad y espacios dedicados a la innovación pedagógica, diseñados para fortalecer el aprendizaje en áreas clave como la tecnología, la investigación y el pensamiento crítico. Estas herramientas permiten a los estudiantes acceder a métodos educativos modernos y estar mejor preparados para enfrentar los retos del siglo XXI.
Además, el colegio ofrece una variada gama de talleres prácticos a través de su programa de Educación para el Trabajo (EPT). Entre las habilidades que pueden aprender destacan el corte de cabello, la confección y el patronaje, brindando a los estudiantes herramientas para generar ingresos en el futuro. Asimismo, fomenta la creatividad y la expresión artística con cursos de danza, teatro y arte. Estas iniciativas no solo amplían las oportunidades formativas de los alumnos, sino que también los preparan para contribuir de manera significativa al desarrollo de sus comunidades.