En los años 80 y 90, Risas y Salsas fue el programa humorístico que arrancaba carcajadas en los hogares peruanos. Emitido por Panamericana Televisión, este icónico espacio debutó el 12 de marzo de 1980 y se mantuvo en el aire hasta 1999 donde regaló momentos inolvidables con sketches como El microbusero, La Santa Paciencia y La banda de Choclito. Su éxito radicaba en un elenco diverso que mezclaba la experiencia de comediantes consagrados con el talento emergente de nuevas figuras. Uno de estos rostros fue Elmer Alfaro, conocido por su entrañable personaje de ‘Machucao’, que logró ganarse un lugar especial en el corazón del público.
Hoy, décadas después de haber sido parte de aquel fenómeno televisivo, la vida de ‘Machucao’ ha dado un giro inesperado. Lejos de los reflectores y los escenarios, Elmer Alfaro ha encontrado éxito en un ámbito totalmente diferente: como notario público en Estados Unidos. Su historia, marcada por cambios drásticos y perseverancia, es un ejemplo de reinvención que sorprende y genera admiración. ¿Cómo pasó de hacer reír a miles en Perú a construir una nueva vida en el extranjero? Aquí te lo contamos.
El origen de ‘Machucao’: el actor cómico que conquistó la pantalla
Elmer Alfaro, nacido en Trujillo, inició su camino hacia la fama cuando llegó a Lima siendo muy joven. Aunque su madre inicialmente no apoyaba su deseo de convertirse en actor, el joven Alfaro siguió su pasión y, contra todo pronóstico, ingresó a la escuela de Marina Mercante. Fue allí donde descubrió su verdadera vocación por la actuación al unirse al grupo teatral de la institución, lo que lo llevó a formar parte del reconocido grupo ‘Histrión’, donde conocería a personas que cambiarían su vida, como Adolfo Chuiman, Rodolfo Carrión y Analí Cabrera.
Su debut en televisión se dio en el icónico programa ‘Risas y Salsa’, donde su personaje, ‘Machucao’, rápidamente se ganó el cariño del público. En este show humorístico de gran éxito, Alfaro compartió pantalla con otros actores talentosos, y juntos hicieron reír a toda una generación con sus inolvidables sketches. ‘Machucao’ era el fiel compañero de ‘Manolo’, un pícaro interpretado por Adolfo Chuiman, y, aunque siempre temeroso, el personaje se destacó por su lealtad y sus cómicas intervenciones. Este papel sería el que lo consolidó como una figura popular en la televisión peruana.
El giro inesperado: de actor cómico a emigrante
En un punto de su carrera, cuando Elmer Alfaro disfrutaba de cierto éxito como actor cómico, surgió una oportunidad para viajar a los Estados Unidos. Inicialmente, su idea era pasar solo un par de meses, trabajar y luego regresar a Lima, pero la vida tenía otros planes. Debido a imprevistos, el actor se vio obligado a quedarse en el país norteamericano y decidió traer a su familia para comenzar una nueva etapa en su vida, bajo lo que sería conocido como el ‘sueño americano’.
Al principio, las cosas fueron difíciles, como es común para muchos migrantes. Alfaro empezó a realizar trabajos humildes, como lavar platos y baños, pero también encontró un pequeño nicho vendiendo dulces tradicionales peruanos, como las chancaquitas de manjar blanco. A medida que pasaba el tiempo, su ingenio y perseverancia lo llevaron a un nuevo giro profesional: alquiló una pared para tomar fotos a los migrantes que necesitaban trámites consulares. Fue así como comenzó a ganar confianza y, poco a poco, le ofrecieron convertirse en notario, un puesto de gran confianza en los Estados Unidos.
La reinvención en Estados Unidos: el éxito como notario público
El paso hacia la notaría no fue sencillo, pero Alfaro no dudó en aceptar el reto. Tras aprobar los cursos necesarios, Elmer Alfaro se convirtió oficialmente en notario público en Estados Unidos, un cambio radical de carrera. Su nueva labor consistía en brindar servicios notariales, incluyendo la apostilla de documentos, un servicio crucial para aquellos migrantes que necesitaban legalizar documentos sin tener que ir hasta los consulados. Este servicio se enmarca dentro de la Ley Nº 29445, vigente desde 2009, y permitió a Alfaro ganarse la confianza de la comunidad peruana en New Jersey.
El éxito como notario fue solo el comienzo de su reinvención. Su labor le permitió tener una estabilidad económica, pero nunca perdió de vista su origen ni sus raíces. A pesar de haber encontrado un camino en Estados Unidos, Elmer Alfaro mantiene su vínculo con el Perú y no descarta, en un futuro, involucrarse en la política para defender los derechos de los migrantes, un grupo con el que se identifica profundamente.
Aunque ahora radica en Estados Unidos, Elmer Alfaro no olvida sus raíces ni la carrera que lo hizo famoso en el Perú. Con el paso de los años, ha considerado seriamente involucrarse en la política peruana. Su propósito es defender a los migrantes, aquellos que, como él alguna vez, dejaron su país en búsqueda de un futuro mejor. La experiencia de haber emigrado y reiniciado su vida le ha otorgado una perspectiva única sobre las dificultades de quienes buscan mejorar sus condiciones en un país extranjero, y está dispuesto a hacer su aporte desde una esfera política.