El impacto de la inteligencia artificial (IA) en la sociedad avanza con rapidez, modificando dinámicas cotidianas y procesos clave en diversas áreas. Uno de los escenarios donde su influencia está generando preocupación es el ámbito electoral. Con las elecciones presidenciales de 2026 en Perú a la vista, la utilización de estas tecnologías en el debate político y la gestión de la información es un tema que empieza a ocupar espacios de análisis, debate y previsión. Especialistas advierten que la IA podría convertirse en un arma de doble filo, capaz de optimizar procesos democráticos o de abrir nuevos frentes para la desinformación y la manipulación.
En una época donde la información fluye a través de redes sociales y plataformas digitales, los riesgos de manipulación crecen a la par del desarrollo tecnológico. Francho Barón, especialista en tecnología aplicada al periodismo y el CNN Academy Bootcamp: Digital Journalism & AI, programa organizado en convenio con la Universidad Privada del Norte (UPN), conversó con Infobae Perú y señaló que la IA generativa ya es empleada en contextos electorales recientes, como ocurrió en Estados Unidos. Según sus declaraciones, las herramientas como los deepfakes alcanzaron un nivel de realismo que plantea un reto sin precedentes para la verificación y el control de los contenidos difundidos.
“Creo que debemos dar por hecho que esto continuará, que no ha hecho más que comenzar y que seguirá escalando al siguiente nivel, tanto en el proceso electoral peruano como en muchos otros procesos electorales, especialmente por parte de actores políticos populistas con pocos escrúpulos, cuyo principal objetivo es desestabilizar las democracias tradicionales. Es decir, no te estoy diciendo nada nuevo. Creo que debemos estar preparados para esto. A partir de ahí, considero que el periodismo, o los periodistas, debemos estar bien equipados”, afirmó el experto,
La influencia de la IA en los procesos democráticos no es una cuestión hipotética, sino un fenómeno en pleno desarrollo. En el caso peruano, las condiciones de polarización política y el uso intensivo de redes sociales en campañas electorales convierten al país en un terreno fértil para el despliegue de estas tecnologías.
Desinformación en el debate público
Los efectos de la desinformación en contextos electorales son conocidos, pero la IA incrementa exponencialmente las posibilidades de difundir información falsa. Según Barón, las fake news y los contenidos manipulados ya no son simples publicaciones en redes, sino productos diseñados con precisión para manipular percepciones.
“Hoy en día, hay algo que considero indiscutible: ahora mismo, al ver un video o una imagen, es muy difícil determinar si el contenido es verídico o falso en un primer momento. Sin embargo, también existen herramientas que permiten realizar un trabajo de verificación y chequeo bastante sofisticado para determinar la autenticidad de esos contenidos, como la geolocalización, la búsqueda inversa, la exploración de los metadatos de los archivos que nos llegan, o incluso otras herramientas de inteligencia artificial disponibles actualmente, que nos ayudan a verificar la veracidad de estos contenidos. Por lo tanto, hay una mala noticia para el gran público: cada vez estaremos más bombardeados o asediados por contenidos de dudosa procedencia”, explicó.
El abogado especialista en derecho digital, Erick Iriarte, coincide con esta evaluación. En una entrevista reciente en el canal del Jurado Nacional de Elecciones, destacó cuatro momentos clave en los que la IA podría incidir en el proceso electoral: en la creación de contenidos para redes sociales, en el manejo de información por parte de autoridades electorales, en la contabilización de votos y en la publicación de resultados. Según el especialista, si bien la IA puede facilitar procesos como el conteo de votos o la automatización de información oficial, su mal uso puede tener efectos negativos en la confianza pública y la legitimidad del proceso.
“El uso de la tecnología no es inherentemente bueno o malo; depende de cómo se emplee. Por eso es fundamental establecer regulaciones claras y garantizar la auditoría de los sistemas que se implementen”, destacó Iriarte.
Además, insisten en la importancia de establecer lineamientos claros para el uso de estas tecnologías. “La regulación no solo debe centrarse en prevenir su mal utilización, sino también en fomentar su aplicación en áreas que fortalezcan la democracia, como la automatización de procesos y la transparencia en la gestión de datos”, afirmó.
Los retos éticos del periodismo frente a la IA
El avance de la inteligencia artificial no solo plantea desafíos técnicos, sino también éticos, especialmente en el ámbito periodístico. Barón señala que el periodismo debe encontrar un equilibrio entre aprovechar las herramientas de IA para optimizar su labor y garantizar que estas no sustituyan el trabajo esencial del periodista. “La IA no debe reemplazar la creatividad, la investigación y la capacidad de análisis humano. Debe ser una asistente que permita al periodista concentrarse en lo que realmente importa: encontrar y contar historias relevantes”, apuntó.
La transparencia es otro de los pilares éticos que debe guiar el uso de la IA en la generación de contenidos. El especialista resalta la importancia de informar al público sobre cuándo y cómo se emplean herramientas tecnológicas en el trabajo periodístico. Este enfoque no solo refuerza la confianza en los medios, sino que también ayuda a mitigar la desinformación al educar a las audiencias sobre el rol de la IA en el ecosistema informativo.
Por otro lado, se plantea la necesidad de desarrollar y perfeccionar herramientas capaces de detectar contenido falso. Mencionó que ya existen proyectos en marcha que emplean IA para identificar deepfakes y verificar información en tiempo récord, pero también destacó que estos avances deben ir acompañados de un compromiso firme por parte de las redacciones. “El buen periodismo sigue siendo la mejor defensa contra la desinformación”, afirmó.
Una lucha constante contra la manipulación
La desinformación no es un fenómeno nuevo, pero las plataformas digitales y la IA han ampliado su alcance y sofisticación. Según el experto en tecnología aplicada al periodismo, la viralidad de contenidos falsos se ha convertido en una característica inherente del ecosistema informativo actual. “Creo que ante ese fenómeno, lo único que cabe hacer y lo único a lo que podemos apelar es al ejercicio del periodismo en su mejor expresión: la búsqueda de la verdad. Debemos contar con que la misma tecnología que, como te mencioné, ha actuado como un ‘esteroide’ para propagar la desinformación a la velocidad de la luz, también nos ayudará a detectarla y neutralizarla”, añadió.
En este sentido, el desarrollo de herramientas de fact-checking y la formación de periodistas en el uso de tecnologías avanzadas son esenciales para enfrentar los retos que plantea la IA. Sin embargo, Barón advierte que esta batalla no se ganará solo con tecnología. “Es necesario combinar el buen oficio periodístico con el uso inteligente de las herramientas disponibles. Solo así podremos mantener un equilibrio frente a los riesgos y aprovechar las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial”, concluyó.