Economías informales e intereses particulares de los legisladores ponen en jaque los intereses de todo un país

La censura del ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, por su intento de regular la minería informal, refleja un problema endémico estructural: la influencia de economías informales y grupos de interés en el Congreso. La lucha por la formalización se enfrenta a resistencias políticas y sociales que perpetúan el desorden y la ilegalidad

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Rómulo Mucho, nacido en 1956 en Juli, Puno, ha sido un actor clave en la política y la minería del Perú. Desde febrero de 2024, es el actual ministro de Energía y Minas bajo el gobierno de Dina Boluarte. (Andina)
Rómulo Mucho, nacido en 1956 en Juli, Puno, ha sido un actor clave en la política y la minería del Perú. Desde febrero de 2024, es el actual ministro de Energía y Minas bajo el gobierno de Dina Boluarte. (Andina)

El reciente cese de Rómulo Mucho, exministro de Energía y Minas, evidencia la compleja relación y dependencia entre la minería informal y el poder político en el Perú. Su salida, motivada por la presentación de la Ley MAPE, que pretendía reemplazar el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), pone en jaque los esfuerzos por formalizar una actividad que ha causado enormes daños sociales, ambientales y económicos. Sin embargo, el verdadero problema no es solo la minería informal, sino los intereses particulares que dominan el Congreso.

Esos mismos intereses soterrados y particulares, también atentan contra la aprobación de la ley 28832, ley para fomentar la generación eficiente de energía eléctrica a través de la utilización de fuentes renovables como la energía solar y eólica; esta ley busca abaratar los costos del suministro eléctrico para toda la población, sin además considerar la inversión privada, generación de puestos de trabajo y desarrollo que esto traería para las diferentes regiones del país. Sin embargo, esos mismos intereses tienen esta ley aprobada hace año y medio en comisión, y fomentada también por Rómulo Mucho, sin someterse al pleno para su votación.

Resistencia a la formalización

El Reinfo, creado para formalizar a los mineros artesanales, ha sido poco efectivo. Solo un 2% de los inscritos logró completar el proceso de formalización, mientras el resto opera al margen de la ley, a menudo vinculado a actividades ilegales. Mucho propuso la Ley MAPE como una alternativa para ordenar el sector, pero la iniciativa fue criticada por ser presentada tarde y de manera incompleta, lo que generó su censura en el Congreso.

Este rechazo no es casual. Muchos congresistas defienden la ampliación del Reinfo, argumentando que la nueva ley es un “mamarracho” y que abriría las puertas a más informalidad. Sin embargo, detrás de estas críticas se esconden intereses políticos y económicos que favorecen el desorden actual. La minería informal genera ingresos considerables para ciertos grupos de poder, y cualquier intento de regulación afecta sus intereses.

El costo de la informalidad

La minería informal no solo afecta la economía formal al evadir impuestos, sino que también provoca graves impactos ambientales y sociales. La destrucción de ecosistemas y el uso indiscriminado de mercurio son solo algunos de los problemas asociados a esta actividad. Además, la informalidad perpetúa condiciones laborales precarias y expone a los mineros a situaciones de explotación y riesgo.

Frente a esto, el Estado ha demostrado ser incapaz de ejercer control efectivo. La debilidad institucional, sumada a la falta de voluntad política, ha permitido que la minería informal crezca sin restricciones. La salida de Mucho es un claro ejemplo de cómo los intereses particulares prevalecen sobre el bien común, y como los legisladores han claudicado en sus funciones de legislar por el beneficio de un país y su población.

La política en juego

El caso de Mucho no es un hecho aislado. Refleja una tendencia preocupante en el Perú: el uso del poder legislativo para proteger intereses particulares en lugar de promover el bienestar de la población. La censura al ministro es una señal de que cualquier intento de reforma enfrentará resistencia si amenaza a estos grupos de poder.

El Perú necesita un cambio estructural que permita enfrentar la informalidad con políticas efectivas y el respaldo político necesario. Sin embargo, mientras el Congreso siga dominado por intereses particulares, cualquier intento de reforma estará condenado al fracaso.

Conclusión

La censura de Rómulo Mucho y el fracaso de la Ley MAPE son síntomas de un problema más profundo: la influencia de las economías informales y los intereses particulares en el poder legislativo. Si el Perú quiere avanzar hacia un desarrollo sostenible y justo, es imprescindible que el Congreso deje de ser un espacio de defensa de intereses privados y se convierta en un verdadero representante del bien común. El futuro del país depende de ello.

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