La Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso enfrenta una controversia por su reciente impulso para reconocer las corridas de toros y la pelea de gallos como manifestaciones culturales del Perú. El proyecto de ley, propuesto por los legisladores Juan Burgos y Jorge Flores Ancachi (Podemos), destaca la importancia de salvaguardar y promover estas prácticas, debido a su significativo “aporte cultural y turístico”.
La iniciativa busca declarar de interés nacional la protección y crianza de razas ganaderas de reses de lidia y gallos de combate. Además, subraya que la gallística peruana es una tradición profundamente arraigada en el territorio nacional, enfocándose en la crianza, cuidado y selección del gallo peruano, así como en las peleas de estos animales. La gallística y la tauromaquia son consideradas por varias comunidades, especialmente campesinas, como una dimensión cultural relevante, se lee en el texto.
La propuesta legislativa busca “revalorar estas manifestaciones culturales” dentro de la diversidad cultural, pese a que los animalistas enfatizan que se trata de una forma de tortura animal. La congresista Susel Paredes (Cambio Democrático - Juntos por el Perú) criticó la iniciativa y señaló que podría ser un paso para declarar estas prácticas como “patrimonio cultural inmaterial”.
En diálogo con Epicentro TV, la parlamentaria cuestionó la postura de Burgos al recordar su voto en contra de proyectos que promovían el respeto a las minorías, como la unión civil, y convocó a movimientos antitaurinos a oponerse al proyecto.
Además, subrayó la importancia de evaluar cuáles tradiciones deben cambiar y aseguró que continuará “dando lucha contra” el proyecto, el cual se encuentra en cuarto intermedio por no considerar opiniones clave, como la del Colegio de Abogados.
Según Humane Society International, las corridas de toros son legales en Ecuador, España, Francia, México, Perú, Portugal y Venezuela. Sin embargo, esta legalidad no es absoluta. En México, por ejemplo, los estados de Sinaloa, Sonora, Guerrero, Coahuila y Quintana Roo prohíben las corridas, aunque en el resto de los 32 estados siguen siendo comunes. En España están protegidas por leyes y decisiones judiciales.
En 2020, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) rechazó una solicitud de la Asociación Internacional de Tauromaquia para considerarla como patrimonio inmaterial de la humanidad, debido a la falta de respaldo formal y documentos necesarios. Ese mismo año, el escritor Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura 2010, defendió la tauromaquia en su columna Piedra de Toque y alabó una decisión del Tribunal Constitucional que entonces rechazó su prohibición en el país.
“Detrás de la prohibición de las corridas, hay algo mucho más grave y siniestro que aquella compasión por los animales que es el pretexto que utilizan los antitaurinos para combatir las corridas. Es la falta de respeto para no decir el desprecio por la libertad, la misma cerrazón mental que llevó a los inquisidores a prohibir las novelas durante los tres siglos coloniales en América Hispana con el pretexto de no llenar la cabeza de los indígenas con patrañas, el origen de todas las censuras que persiguen domesticar el pensamiento y la libre elección de los ciudadanos”, escribió.
Sin embargo, en una columna publicada por Infobae Perú en 2023, la activista Heidi Paiva señaló que “la tauromaquia y las peleas de gallos son injustas porque esos animales no eligen estar ahí. No eligen pelear, no eligen ser sometidos a batallas sangrientas en las que nunca van a ganar, no eligen ser privados de comida si pierden, no eligen ser separados de sus familias y obligados a competir con otro individuo de su especie que en condiciones naturales no sería su enemigo. Ninguno de ellos elige morir”.