La necesidad de un incremento en la remuneración mínima vital (RMV) es una de las principales demandas sociales en Perú. El bajo salario que reciben muchos trabajadores no es suficiente para cubrir las necesidades básicas de una familia, lo que genera una creciente presión para que el gobierno tome medidas.
En este contexto, Daniel Maurate, ministro de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), confirmó recientemente que el anuncio del ajuste salarial se dará antes de que finalice el presente año.
Maurate precisó que ya se completó todo el proceso relacionado con el ajuste del sueldo mínimo y que la presidenta Dina Boluarte recibirá el informe final sobre el tema.
“Ya cumplimos con todo el proceso, ya informamos también a la presidenta. Yo he tenido la oportunidad de despachar con la presidenta sobre este tema”, dijo.
Según el ministro, la presidenta tiene toda la información necesaria para tomar una decisión y se espera que se pronuncie públicamente en los próximos días.
“Este anuncio, seguramente, va a salir muy pronto. Va a ser antes de que acabe el año”, añadió Maurate, sugiriendo que el aumento podría ser oficializado en las próximas semanas.
¿De cuánto será el aumento?
Aunque el aumento específico aún no ha sido revelado, varios actores sociales y económicos señalaron las cifras que podrían estar en discusión. Jorge González Izquierdo, exministro de Trabajo y economista, comentó en una entrevista para 24 Horas que el aumento del sueldo mínimo debería ser de aproximadamente 100 soles.
“Creo que es un tiempo razonable para subir el sueldo mínimo. Eso debe estar dando un poco más de 100 soles de aumento”, expresó.
Por su parte, la Confederación General de los Trabajadores del Perú (CGTP), uno de los principales sindicatos del país, ha propuesto un aumento más considerable. La organización solicitó que el salario mínimo suba en 305 soles, lo que elevaría la remuneración a 1,330 soles.
Según la CGTP, este ajuste permitiría reducir la brecha con la Canasta Básica de Consumo Familiar y mejoraría el poder adquisitivo de los trabajadores.
Semanas atrás, se conoció que el MTPE, en representación del gobierno, valoró un incremento del 10 % sobre el sueldo actual, lo que equivaldría a 105 soles. Sin embargo, este aumento aún está por debajo de los 120 soles solicitados inicialmente por algunos sectores, y no ha contado con la aprobación del empresariado, que históricamente ha mostrado resistencia a los ajustes salariales.
La CGTP también advirtió que el salario mínimo ha perdido un 14 % de su capacidad adquisitiva desde 2018, año en que alcanzó su mayor valor real en los últimos 16 años. Esta pérdida de poder adquisitivo, según los sindicatos, afectó gravemente a las familias más vulnerables del país.
¿Qué país tiene el mejor sueldo?
El sueldo mínimo en Perú, actualmente fijado en 1,025 soles, se encuentra por debajo del promedio de muchos países de América Latina. Según un ranking elaborado por Statista, en base a datos de Bloomberg Línea, Perú ocupa la decimotercera posición entre los 17 países analizados, con un salario mínimo equivalente a 270 dólares mensuales.
En comparación, Uruguay lidera la región con un salario mínimo de 556 dólares, seguido de Costa Rica con 675 dólares. Otros países con salarios superiores al de Perú incluyen Chile (532 dólares), Ecuador (460 dólares) y México (416 dólares). A la cola del ranking figuran Venezuela, con 3.56 dólares, y Argentina, con 163 dólares.
En cuanto a los reajustes de salario, varios países sudamericanos ya han implementado aumentos este año. Por ejemplo, Chile, Paraguay, Bolivia y Argentina realizaron hasta cuatro ajustes salariales en 2024. Estos reajustes contrastan con la situación de Perú, donde el salario mínimo se mantiene congelado desde principios de 2023.
Debate sobre el aumento
El aumento del sueldo mínimo en Perú genera un intenso debate entre diferentes sectores. Mientras los sindicatos y organizaciones sociales reclaman un ajuste sustancial, los empresarios expresan su preocupación por los efectos que un incremento abrupto podría tener sobre la economía y el empleo. Este choque de perspectivas podría influir en el tamaño del aumento que finalmente se concrete.
Aunque el aumento no ha sido oficializado, las expectativas son altas y la presión social sigue creciendo. Los trabajadores esperan que el gobierno tome medidas que contribuyan a reducir la desigualdad económica y mejorar las condiciones de vida en el país.