La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) han presentado los proyectos para las líneas 3 y 4 del Metro de Lima, ambas completamente subterráneas. Estas obras, diseñadas para mejorar la movilidad en la capital, buscan también minimizar los impactos en el tránsito durante su construcción. Sin embargo, la pregunta es si lograrán evitar por completo las afectaciones.
¿Las obras afectarán las vías de Lima?
Ambas líneas del Metro se construirán mayormente bajo el método de “caverna”, una técnica subterránea diseñada para evitar interrupciones en la superficie. Este sistema permite excavar y construir estaciones sin necesidad de cerrar avenidas importantes, desviar el tráfico vehicular o generar impactos severos en el comercio local. Las avenidas Javier Prado y La Marina, por ejemplo, no serán cerradas gracias a esta forma de construcción.
La Línea 3 contará con 28 estaciones, de las cuales 20 se construirán utilizando el método de caverna, 7 con la técnica “cut and cover” y 1 de forma mixta. Por su parte, la Línea 4 tendrá 20 estaciones, de las cuales 16 emplearán la técnica de caverna y 4 el sistema “cut and cover”. Este último método, actualmente utilizado en la construcción de la Línea 2 del Metro, requiere excavaciones abiertas que interrumpen el tránsito y generan inconvenientes.
En la técnica “cut and cover” las estructuras subterráneas del Metro se construirán en el interior de excavaciones a cielo abierto y posteriormente se cubrirán hasta recuperar el terreno natural. Según la ATU, aunque este método es menos ideal debido a su impacto en la superficie, será utilizado en áreas específicas con vías amplias y sin intersecciones.
Características clave de las líneas 3 y 4
Las nuevas líneas del Metro prometen modernizar el transporte público de Lima y Callao, beneficiando a millones de ciudadanos. La Línea 3 abarcará 34,8 kilómetros de recorrido totalmente subterráneo, conectando distritos como Comas, Los Olivos, San Martín de Porres, Miraflores y Surquillo. Con 56 minutos de viaje, se proyecta que esta línea reducirá significativamente los tiempos de traslado para más de 5 millones de personas. Además, los beneficios sociales estimados para su primer año de operación alcanzan los 1.772 millones de dólares.
En el caso de la Línea 4, su trazado cubrirá 23,6 kilómetros, con un ramal adicional de 8 kilómetros que incluirá el tramo Faucett-Gambetta. Esta línea conectará distritos clave como Bellavista, San Isidro, La Molina y Santa Anita, reduciendo los tiempos de viaje a 44 minutos. Alrededor de 2 millones de personas se verán beneficiadas, y se estima que los beneficios sociales durante su primer año asciendan a 442 millones de dólares.
Ambas líneas serán construidas bajo el sistema NATM (Método Austriaco de Construcción de Túneles) y tuneladoras, lo que garantizará mayor eficiencia y precisión en el proceso.
Proyecto atraerá inversión internacional
Los proyectos de las líneas 3 y 4 del Metro de Lima fueron presentados en un evento dirigida a representantes de 29 embajadas acreditadas en el país, con el objetivo clave de fomentar la cooperación internacional para hacer realidad estas importantes obras bajo el modelo de colaboración de Estado a Estado.
Más allá de mejorar la movilidad urbana, estos proyectos buscan promover el uso del transporte público y reducir la dependencia de los automóviles particulares. Esta estrategia no solo aliviará la congestión vehicular, sino que también contribuirá a disminuir las emisiones contaminantes, un problema crítico en una ciudad con serios retos ambientales.
De acuerdo con el presidente de la ATU, David Hernández, las líneas 3 y 4 representarán un cambio significativo en la vida diaria de los limeños. “Estas obras no solo transformarán la movilidad, sino que también aportarán a la sostenibilidad ambiental y mejorarán la calidad de vida de las personas”, aseguró.