El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) informó que el 52,3 % de los feminicidios ocurridos en Perú entre enero y octubre de 2024 fueron perpetrados por la pareja de la víctima. Además, el 31,8 % de los casos tuvo lugar en la vivienda de las mujeres asesinadas, consolidando el hogar como el espacio donde se cometen más actos de violencia fatal.
Entre enero y octubre de 2024, el MIMP registró 132 feminicidios, de los cuales 69 fueron cometidos por parejas, 26 por exparejas, y los casos restantes por familiares, conocidos o personas desconocidas. Según el reporte, el acuchillamiento fue la principal modalidad de agresión en el 22,7 % de los casos.
Un análisis de la Defensoría del Pueblo muestra que la mayoría de los feminicidios se concentran en regiones urbanas. Lima lidera con el mayor número de casos, seguida por Arequipa y Piura. Estas zonas coinciden con las regiones donde se registran más denuncias por violencia familiar, según datos del Ministerio del Interior.
A pesar de las cifras alarmantes, el 47,6 % de las víctimas no había solicitado medidas de protección frente a su agresor. Esto refleja una barrera en el acceso a servicios de protección, ya sea por desconocimiento, temor o falta de confianza en las instituciones.
Desde 2015, cuando se empezó a contabilizar de manera oficial los feminicidios en Perú, las cifras han oscilado, pero el problema persiste. Según estadísticas del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, 2024 muestra una ligera reducción en comparación con 2023, pero el porcentaje de casos vinculados a parejas o exparejas se mantiene constante.
Un caso reciente que conmocionó al país
El feminicidio de Sheyla Cóndor, joven de 26 años, desató indignación. Su presunto asesino, un policía en actividad, descuartizó el cuerpo tras reportarse su desaparición. Según la familia, las autoridades no atendieron oportunamente las pruebas que ofrecieron sobre el paradero de la víctima, retrasando la investigación durante dos días cruciales.
La falta de acción policial en casos de desaparición de mujeres es un patrón preocupante. Según la Defensoría del Pueblo, entre enero y octubre de 2024, se han registrado 5.518 denuncias de mujeres desaparecidas, muchas de las cuales tienen un desenlace fatal. “Los casos de desapariciones tienen conexión con los feminicidios, y la muerte de Sheyla Cóndor lo evidencia”, señaló Luz Mejía, adjunta para los Derechos de la Mujer.
Un informe del Ministerio Público revela que el 60 % de los casos de feminicidios tiene antecedentes de denuncias previas por violencia, lo que pone en evidencia fallas en la respuesta institucional. Colectivos feministas han exigido una mejora en los protocolos de búsqueda y atención inmediata.
Llamado urgente a las autoridades y organismos internacionales
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ya ha advertido que el hogar es considerado uno de los lugares más peligrosos para las mujeres en todo el mundo. En Perú, las cifras de feminicidios reflejan esa misma realidad, donde las agresiones más graves ocurren en espacios de confianza y a manos de personas cercanas.
En el marco del Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, la Defensoría del Pueblo instó a las autoridades a “asumir un rol activo, articulado y eficaz frente a los altos índices de violencia”, destacando la urgencia de garantizar acciones preventivas y reacciones inmediatas ante denuncias.
El Gobierno peruano ha implementado diversas campañas de prevención, como el programa “Aurora”, que brinda atención psicológica y legal a las víctimas. Sin embargo, los colectivos de derechos humanos consideran insuficientes estas medidas. Según ONU Mujeres, solo el 30 % de las mujeres víctimas de violencia busca ayuda formal en Perú, lo que subraya la necesidad de fortalecer los canales de atención.