¿Te ha dado ‘hiperfoco’? Conoce los beneficios y complicaciones de esta concentración extrema

Un fenómeno que se ha reportado tanto en personas que tienen ciertos trastornos como en las que no lo tienen

Las personas que experimentan hiperfoco pueden estar haciendo una sola tarea por muchas horas sin darse cuenta. (Freepik)

Ya sea por trabajo, estudios o cualquier otra actividad, muchas personas podrían tener dificultades para concentrarse, lo que es entendible si se considera la gran cantidad de distracciones o preocupaciones del día a día. En ese contexto, el término hiperfoco, a menudo definido como un estado de concentración extrema, ha llamado la atención significativamente, lo cual se refleja en las búsquedas en internet.

El término es una adaptación de la palabra en inglés hiperfocus, que significa hiperconcentración. Pero, ¿qué es realmente?

Un artículo científico publicado en la revista Psychological Research, explica que el hiperfoco es, en términos generales, “un fenómeno que refleja la absorción total de una persona en una tarea, hasta el punto en que parece ignorar o ‘desconectarse’ por completo de todo lo demás”.

“Por lo general, se informa que ocurre cuando una persona está involucrada en una actividad que es particularmente divertida o interesante. Un ejemplo de hiperfoco es cuando un niño se absorbe en un videojuego hasta el punto en que no escucha a sus padres llamándolo por su nombre”, agregan los autores.

Hiperfoco y trastornos

No obstante, aunque la mayoría de personas neurotípicas (sin condiciones neurológicas diagnosticadas) podrían informar haber experimentado un estado de concentración similar al hiperfoco en algún momento de su vida, este fenómeno se menciona con mayor frecuencia en el contexto del autismo (TEA), la esquizofrenia y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

El concepto de hiperfoco se encuentra en una posición ambigua en términos científicos. Según Gabriel Brenner, psiquiatra y cofundador del Instituto de Ciencias Cognitivas Aplicadas (INECAP), este término comenzó como una observación clínica para describir comportamientos, pero sin una base empírica robusta.

A pesar de su uso frecuente, falta una definición consensuada para su investigación sistemática. Además, su medición es difícil debido a su naturaleza subjetiva. Como comenta Manuel Pastene, psicólogo de la misma organización: “Es difícil cuantificar una concentración intensa: ¿cinco minutos o cinco horas?”.

Aunque parezca contraintuitivo, los niños y adultos con TDAH suelen presentar episodios de hiperfoco. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Asimismo, Pastene señala la ambigüedad de esa concentración “intensa y sostenida”. Esto parece contradecir el déficit de atención del TDAH, definido precisamente por dificultades en la regulación atencional.

Por su parte, Brenner explica que el TDAH implica dificultad para regular la atención, por lo que, si algo es motivador, la concentración puede aumentar. Esto no implica una capacidad superior de atención, sino dependencia de la motivación.

¿Beneficio o desventaja?

A priori, el hiperfoco podría parecer beneficioso para quienes tienen problemas de atención. No obstante los expertos sostienen que puede ser negativo si interfiere con actividades cotidianas. Por tanto, aunque parece útil, este estado no es una habilidad deseable, sino indicativo de desregulación atencional.

En cuanto a la medicación, los pacientes de TDAH creen que los fármacos como el metilfenidato pueden inducir hiperfoco. No obstante, según Brenner, esto es una expectativa poco realista. La medicación ayuda a regular, pero no induce concentración extrema.

El especialista advierte que el cerebro humano no está diseñado para concentrarse sin descanso; la medicación mejora la regulación atencional, no transforma a las personas en máquinas de productividad.

Hasta la fecha, la investigación sobre hiperfoco es escasa. No se ha hallado diferencia significativa en su frecuencia o duración entre personas con y sin los trastornos mencionados. Esto sugiere que no es exclusivo de este trastorno.