En un hallazgo considerado sorprendente, arqueólogos peruanos han descubierto lo que sería una ruta Wari de la alpaca en el sitio arqueológico de Llaqtapampa, ubicado en la región de Ayacucho. Este descubrimiento aporta nuevas perspectivas sobre las estrategias económicas y sociales de la civilización Wari, que floreció entre los siglos VII y XIII d.C.
El estudio, liderado por el arqueólogo y catedrático ayacuchano Nils Sulca, revela cómo esta cultura utilizaba camélidos para satisfacer necesidades básicas de una población que alcanzaba las 20.000 personas en su capital.
Evidencias de cría y manejo de camélidos
Las excavaciones realizadas en Llaqtapampa revelaron una red de estructuras que habrían servido como corrales para un número alto de alpacas y llamas, animales fundamentales para la civilización Wari. Según el equipo de investigación, estos espacios también habrían sido utilizados para prácticas como el chaccu, una técnica ancestral que consiste en rodear y capturar vicuñas silvestres para cazarlas o cortar su pelaje.
“Se habría tenido alpaca y llama, pero también se habría hecho chaccu, actividad que se practica hasta el día de hoy”, explicó Sulca, docente en la Universidad San Cristóbal de Huamanga, que basó esta teoría en el hallazgo de puntas de flecha en la zona.
El entorno natural de Llaqtapampa, con abundancia de ichu —un tipo de pasto autóctono ideal para la alimentación de alpacas y otros camélidos—, refuerza la hipótesis de que este lugar desempeñó un papel clave en la crianza y manejo de estos animales. Además, los camélidos no solo proporcionaban carne y lana, sino que también eran utilizados como animales de carga, facilitando el transporte de productos y bienes a través de rutas estratégicas diseñadas por los Wari en la extensión de sus dominios.
Un descubrimiento que amplía el conocimiento sobre los Wari
Este hallazgo en Ayacucho subraya la complejidad de la economía Wari, basada en el manejo eficiente de los recursos naturales y animales. La identificación de esta ruta de la alpaca también revela el profundo conocimiento de la cultura Wari sobre las dinámicas ecológicas de los Andes, que se adaptaban a las condiciones del entorno para asegurar su sostenibilidad.
La investigación continúa en el sitio de Llaqtapampa, con el objetivo de recabar más detalles sobre las prácticas económicas de esta civilización y su capacidad de organización para manejar grandes concentraciones de animales. Este hallazgo reafirma el papel de Ayacucho como epicentro de importantes descubrimientos arqueológicos que siguen aportando información crucial sobre las culturas prehispánicas del Perú.
¿Quién fue la cultura Wari?
La cultura Wari, también conocida como Huari, fue una civilización andina que floreció entre los siglos VII y XIII d.C. en la región de Ayacucho, Perú. Su capital, la ciudad de Wari, se ubicaba aproximadamente a 20 kilómetros al noreste de la actual ciudad de Ayacucho. Esta cultura se destacó por su expansión territorial, abarcando gran parte de la sierra y costa peruana, y por su influencia en la arquitectura y organización urbana de la época.
Los Wari desarrollaron complejas estructuras urbanas y sistemas administrativos avanzados. Entre sus principales ocupaciones se encuentran la construcción de centros urbanos como Piquillacta, cerca de Cusco, y Cerro Baúl en Moquegua.
Descubrimientos recientes
Este descubrimiento no es el único en dar luces sobre el imperio Wari. Por ejemplo, en 2022, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga halló más de un centenar de piezas arqueológicas en el complejo Wari de Ayacucho. Estas piezas fueron exhibidas al público en una muestra temporal, resaltando la importancia de la cultura Wari en la historia preincaica del Perú.
Además, recientemente, investigaciones en el complejo arqueológico Wari han revelado importantes conjuntos arquitectónicos en los sectores Vegachayuq Moqo y Monqachayuq, destacando la riqueza y potencial cultural de la región.