El Gobierno de Dina Boluarte ha sido acusado de censurar la exposición de dos obras de arte que representaban las protestas de diciembre de 2022 en Puno. La Biblioteca Nacional del Perú prohibió la exhibición de los cuadros titulados “Mi Puno en el Bicentenario” y “Puno es el Perú”, creados por los artistas Juan Condori Tapara y Ruth Ingaluque Flores. Según reportes de Epicentro, estos cuadros formaban parte de la exposición “Brisas del Titicaca, Puno en el Bicentenario, Cultura e Identidad” que se llevaría a cabo en la referida biblioteca.
La decisión de retirar las obras fue comunicada a la Asociación Cultural Brisas del Titicaca, organizadora de la exposición, mediante comentarios que fueron calificados de “discriminatorios, despectivos y humillantes”, de acuerdo con Epicentro. El medio destacó que la vocal de Actividades Culturales e Investigación de la Asociación, Brígida Paca Pantigoso, fue informada “de manera humillante” de que debían retirar las obras de arte. “Los hechos que denunciamos ocurrieron en las instalaciones de la Biblioteca Nacional”, expresaron Juan Carlos Zevillanos y Mariane Molina, presidente y secretaria general de la Asociación, respectivamente.
Al respecto, en la misiva enviada a la jefa institucional de la Biblioteca Nacional, Ana Peña Cardoza, se menciona que se les comunicó que “si no retirábamos dichos cuadros no podíamos realizar la exposición, porque nos cerrarían las puertas de la Biblioteca”. Epicentro informó también que las obras debían ser removidas apenas una hora antes del inicio de la exposición, lo que generó un riesgo significativo para el evento.
El artista Juan Carlos Condori Tapara relató a Epicentro cómo la censura le causó una sorpresa desagradable, sobre todo después de haber superado dos etapas de selección para participar en la muestra. Según Condori, “no me enteré de que mi cuadro no estaba expuesto”, y fue durante la inauguración cuando notó su ausencia. Esta situación lo llevó a cuestionarse, “¿qué pasó?”.
Las obras censuradas pretendían abordar el impacto de las protestas de diciembre de 2022, que Condori describe como un momento en el que “la justicia no llega para aquellos que fueron acribillados, masacrados, asesinados en ese momento”. Tal y como menciona a Epicentro, su motivación fue “plasmar lo que en ese momento sentí”. Por otro lado, la Asociación Cultural ha solicitado a la Biblioteca Nacional ofrecer disculpas por el “maltrato recibido” por el personal y han exigido la autorización para que las obras sean exhibidas de manera adecuada.
La censura de los cuadros no solo ha suscitado críticas hacia la administración gubernamental, sino que también ha generado discusiones sobre la libertad de expresión y el papel de las instituciones culturales en un contexto de protestas y cambios políticos. Este incidente se enmarca en un periodo de fricciones políticas en Perú, donde las manifestaciones han expuesto diversas tensiones sociales y regionales. La expresión “Puno sí es el Perú” se erige como un símbolo de reivindicación y pertenencia, siendo evidenciada por este tipo de obras artísticas que buscan conectar con el sentir popular.
Cabe recordar que la Biblioteca Nacional del Perú es una institución de alto valor histórico y cultural, por lo que el hecho de que sus decisiones sean percibidas como censura genera un debate público sobre su rol y autonomía para apoyar o restringir tópicos considerados políticamente sensibles.
Según datos de diversas organizaciones, incluyendo la Defensoría del Pueblo del Perú, entre fines de 2022 e inicios de 2023, fallecieron alrededor de 60 personas en el contexto de las protestas sociales que sucedieron tras la destitución de Pedro Castillo y la asunción de Dina Boluarte como presidenta. En Puno se registró el mayor número de fallecimientos a nivel nacional. La jornada más violenta fue la del 9 de enero de 2023, donde se produjeron numerosas muertes en enfrentamientos cerca del aeropuerto de Juliaca.