Cirugía robótica se prepara para transformar el tratamiento del cáncer en el Perú. El Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), bajo la dirección del Ministerio de Salud (Minsa), está en proceso de integrar esta tecnología avanzada en sus procedimientos oncológicos, según informó el jefe institucional del la entidad, Dr. Francisco Berrospi Espinoza.
Esta innovación, utilizada con éxito en Estados Unidos y Europa, permite realizar intervenciones mínimamente invasivas con una precisión superior a las técnicas tradicionales.
De la misma forma, la tecnología incluye sistemas avanzados de visualización y herramientas de alta precisión, y se aplica en procedimientos complejos como la cirugía digestiva, urológica y torácica.
Uno de los principales beneficios es la reducción de la invasión de los tejidos, lo que se traduce en menos riesgos para los pacientes y tiempos de recuperación más cortos.
El titular del INEN señaló que la entidad ha atendido a más de 200 mil pacientes con diagnóstico de cáncer en las últimas dos décadas, lo que refleja una creciente demanda de servicios médicos de alta calidad.
La incorporación de la cirugía robótica busca ampliar la capacidad quirúrgica del instituto y optimizar su capacidad operativa con el objetivo de reemplazar de forma gradual los métodos tradicionales.
“Nos estamos preparando para incorporar esta nueva tecnología. Esperamos ampliar la capacidad de oferta y aún más, la capacidad quirúrgica del instituto, con el fin de atender las necesidades de la población”, señaló.
El Dr. Berrospi Espinoza destacó que esta iniciativa no solo mejorará la precisión de las operaciones, sino que también reducirá de forma significativa los tiempos de recuperación para los pacientes.
La implementación de esta tecnología representa una nueva esperanza para los pacientes oncológicos, quienes podrán acceder a tratamientos más efectivos y disfrutar de una mejor calidad de vida tras la cirugía.
De la misma forma, entre otras ventajas de esta innovación destacan el menor sangrado, menos dolor postoperatorio, cicatrices más pequeñas y tiempos de recuperación más breves. Estas características representan una valiosa esperanza para las personas, quienes podrán acceder a tratamientos más eficientes y mejorar su calidad de vida luego de la operación.
Cáncer en el mundo
El cáncer se ha convertido en la principal causa de mortalidad a nivel global, cobrando cerca de 10 millones de vidas en 2020, lo que equivale a una de cada seis muertes en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre los tipos más frecuentes se encuentran el de mama, pulmón, colon, recto y próstata.
Factores como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el exceso de peso, una dieta pobre en frutas y verduras, y la inactividad física son responsables de aproximadamente un tercio de las muertes relacionadas con esta enfermedad. En el caso del cáncer de pulmón, la contaminación del aire se suma como un factor de riesgo significativo.
Además, las infecciones relacionadas con el cáncer, como las causadas por los virus de la hepatitis o los papilomavirus humanos, contribuyen a cerca del 30 % de los casos en países con ingresos bajos y medianos. A pesar de estas cifras alarmantes, la detección precoz y un tratamiento adecuado pueden ofrecer altas tasas de curación en muchos pacientes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer del Gobierno de Estados Unidos, se proyecta que para 2040 los casos anuales de esta enfermedad ascenderán a 29,9 millones, mientras que las muertes asociadas alcanzarán los 15,3 millones.
En términos generales, las mayores tasas se registran en naciones donde la población goza de una elevada esperanza de vida, niveles altos de educación y mejores estándares de calidad de vida. Sin embargo, hay excepciones, como el cáncer de cuello uterino, cuya incidencia más alta se presenta en países con bajos índices en estas mediciones.