El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses del Ministerio Público practicó el exámen de necropsia al cadáver de Darwin Condori Antezana, principal sospechoso del brutal feminicidio de Sheyla Cóndor, para determinar la causa de su muerte.
La prueba fue practicada el pasado 19 de noviembre, el mismo día en que se encontró sin vida al suboficial de tercera de la Policía Nacional del Perú (PNP) en la habitación de un hotel en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Según el certificado de necropsia, que difundió RPP, Darwin Condori murió a causa de “asfixia mecánica” por ahorcamiento. Además, tras las pruebas, se determinó que hubo intervención de un “agente constrictor” que hace referencia a la correa de cuero que este usó para acabar con su vida.
En medio de las especulaciones entorno a la causa de muerte del policía, el examen forense zanjó el tema: se suicidó. La PNP ya había confirmado que Condori Antezana acabó con su propia vida, a los días de supuestamente asesinar y descuartizar a la joven de 26 años. Sin embargo, la familia y su defensa legal se mostraron incrédulos.
“Lo concreto es que Darwin Condori se ha suicidado. Lo que le correspondía era una pena de muerte o una cadena perpetua. Nosotros no nos identificamos con esta persona. La Policía Nacional reafirma su compromiso en defensa del ciudadano”, dijo el coronel Ricardo Espinoza, jefe de la División de Investigación de Homicidios, en la Dirincri.
Aarón Alemán, abogado de la familia de Sheyla Cóndor, deslizó la posibilidad de que se tratara de un “asesinato por parte de otros policías involucrados en el crimen”.
“Todavía está por corroborarse por parte de las autoridades policiales con un comunicado oficial para que, una vez confirmado este deceso (…), verificarse si es que ha sido una muerte provocada, es decir si ha habido un asesinato para silenciarlo o, por el contrario, es solamente un suicidio”, declaró el letrado.
¿Qué le pasó a Sheyla Cóndor?
Sheyla Cóndor Torres fue encontrada sin vida y desmembrada en el interior de una maleta escondida bajo una cama, dentro del departamento 307, propiedad del policía Darwin Condori. El inmueble, ubicado en la torre E11 del condominio Torres Las Praderas, en el distrito de Comas, al norte de Lima, se convirtió en el escenario del macabro hallazgo el pasado fin de semana.
La madre de la joven relató que su hija viajó desde Santa Anita hasta la vivienda de Condori, engañada con la excusa de conocer a su mascota, según quedó registrado en las conversaciones de WhatsApp que ambos sostuvieron.
Las cámaras de seguridad del condominio captaron a Sheyla y a Condori entrando juntos al edificio, acompañados de un perro. Estas imágenes se convirtieron en las últimas pruebas de que la joven estaba con vida. Posteriormente, la familia vivió horas de incertidumbre y temor por su desaparición, hasta que se confirmó la trágica noticia: Sheyla había sido asesinada.
Días después, la Policía Nacional informó que los restos de la víctima estaban ocultos en una maleta bajo la cama del suboficial de tercera, quien en ese momento tenía asignaciones relacionadas con la seguridad previa del foro APEC 2024 en Lima.
El caso conmocionó a la población peruana, no solo por la brutalidad del crimen, sino también por involucrar a un miembro de la policía, institución encargada de salvaguardar la vida de los ciudadanos. El director de Investigación Criminal de la PNP, general Marco Conde Cuellar, afirmó: “No protegemos a ningún efectivo policial que infrinja las normas administrativas o penales; quien comete un delito será tratado como delincuente”. Por su parte, el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, respaldó esta postura.
La madre de Sheyla exigió justicia por la muerte de su hija y denunció la violencia de género. “Esto no puede continuar. No es solo mi hija, son muchas mujeres desaparecidas de las que nadie se ocupa”, declaró con firmeza.
El caso también desató la indignación de colectivos feministas, que alzaron su voz contra la impunidad y el feminicidio en el país. Carmen González, activista de uno de estos movimientos, expresó: “La falta de sanciones permitió que este hombre continuara en funciones y tuviera la oportunidad de cometer este acto atroz”.
Expertos y organizaciones advierten que el feminicidio constituye una crisis de salud pública en el Perú. Las cifras oficiales lo confirman: entre enero y septiembre de 2024, se registraron 121 casos, superando los reportados en el mismo período de 2023, según la Defensoría del Pueblo. Sheyla se suma a esta alarmante estadística que evidencia la magnitud del problema.
Números de ayuda
En Perú, las personas pueden denunciar casos de violencia contra la mujer a través de los siguientes números de emergencia:
Línea 100: Un servicio gratuito y confidencial que brinda información, orientación y soporte emocional las 24 horas del día.
911: Número de emergencia general para situaciones urgentes que requieran intervención de la policía.
Central de Emergencias de la Policía Nacional del Perú - 105: Atiende emergencias policiales.
Centro de Emergencia Mujer (CEM): Ofrecen asesoría legal y apoyo psicológico. Se puede acudir de manera presencial a sus oficinas distribuidas a nivel nacional.
Además, las víctimas pueden buscar asistencia en comisarías especializadas en violencia familiar o Centros de Salud, donde se ofrecen servicios integrales.