San Juan de Marcona, localidad ubicada en el departamento de Ica, a una hora de la provincia de Nasca y a ocho horas desde Lima, se ha convertido en un destacado punto turístico de la costa sur peruana. Destacan su riqueza histórica, natural, económica y cultural, a la que se han sumado sus espectaculares playas y una cocina que crece sin límites.
Este distrito es conocido como la Capital del Hierro, por ser el único productor de este mineral en el país, y como la Cuna del Pingüino de Humboldt debido a su relevancia ecológica. Dos actividades diametralmente opuestas que han logrado convivir en armonía en este paraje.
La historia moderna de Marcona comenzó en 1953 con la explotación de mineral de hierro, que trajo el muelle en la bahía de San Juan. Sin embargo, los orígenes de esta región se remontan a épocas prehispánicas, como lo demuestran vestigios arqueológicos hallados en las zonas de San Nicolás y San Fernando. Además, Marcona ha sido escenario de accidentes marítimos notables, como el naufragio del BAP Rímac en 1855, donde perecieron más de 500 personas, y el hundimiento del trasatlántico italiano “Italia” en 1885.
El interés en la minería comenzó en 1870, cuando el sabio italiano Antonio Raimondi documentó la existencia de hierro en la región. En 1925, el presidente Augusto B. Leguía declaró a Marcona como Reserva Nacional para la explotación del recurso. En la actualidad, hay extracción de hierro y cobre. Esta última está a cargo de la empresa peruana Marcobre, que ha emprendido varias acciones de responsabilidad social, a favor de la ecología y conservación.
Cuidado de la naturaleza
La biodiversidad es un sello de este distrito. Cuenta con extensas reservas naturales como San Fernando y Punta San Juan. Este enclave, parte de la Reserva Nacional Islas, Islotes y Puntas Guaneras, alberga la mayor colonia peruana de pingüinos de Humboldt, junto con lobos marinos y aves guaneras como guanayes, pelícanos y piqueros peruanos.
En declaraciones a Infobae Perú, la directora del Programa Punta San Juan, Susana Cárdenas-Alayza, comentó que las poblaciones de fauna marina han disminuido significativamente debido a eventos climáticos como el Fenómeno del Niño y la influenza aviar.
Según refiere, en Punta San Juan existían alrededor de 2 mil lobos finos, 7 mil lobos chuscos, 1.500 pingüinos, y 200 mil aves marinas. “Ahora, tenemos menos de mil lobos finos, como 500 lobos chuscos, 600 pingüinos. El cambio climático ha golpeado fuerte a esta a este grupo de fauna. El cambio climático ha golpeado fuerte a esta a este grupo de fauna. Es por ello que se necesita estos esfuerzos de conservación para que estos animales puedan recuperarse rápidamente después de estos eventos”, indicó.
El programa Punta San Juan, con más de 40 años de trabajo, combina investigación y conservación, además de contar con la colaboración de la Universidad Cayetano Heredia, y la empresa Marcobre, para la protección del entorno natural.
Asimismo, Cárdenas-Loayza se refirió a la Marcona Wind Trail, una carerra que se realiza cada año en esta zona y que reúne a cientos de deportistas de distintos países para recorrer los parajes de la localidad en distintas distancias. El pasado 2 de noviembre se realizó una nueva edición. Al respecto, la bióloga expresa: “Se utilizó el hashtag #CorremosPorLaConservación. Hemos tenido una muy buena relación con Marcobre [empresa organizadora de la competencia], ya que tienen mucho interés en trabajar con las reservas, el cuidado de la naturaleza, el mantenimiento del paisaje de la biodiversidad”.
“Queremos que las personas disfruten del potencial natural que tiene Marcona, el mismo que se mantiene en su mejor estado posible. Estamos trabajando para ello”, añadió.
Cultura y turismo
El turismo ha crecido exponencialmente en Marcona. Según el chef Daniel Purilla, pionero en la gastronomía local, el distrito ha pasado de ser un “pueblo fantasma” a un destino turístico reconocido, gracias a la riqueza de sus productos marinos como erizos, lapas y cangrejos. El ceviche de Marcona, famoso por su frescura y preparación artesanal, se ha convertido en un atractivo culinario.
Es así como la gastronomía se ha convertido en otra excusa para visitar este distrito. La frescura de sus productos del mar destaca tanto en los platillos clásicos como en los más innovadores.
Otro punto obligado para un paseo por este balneario es El Museo Gráfico Lítico de Marcona, bajo la dirección de Luis Uchuya Torres, documenta la riqueza geológica y cultural de la región, además de haber identificado más de 100 formaciones rocosas con formas animales y humanas, creadas naturalmente.
Deporte al aire libre
La Marcona Wind Trail no solo promueve el deporte, sino también la apreciación del entorno natural. Según el corredor y coach Claudio Revatta, esta prueba ofrece una experiencia única, al combinar paisajes marítimos y desérticos con desafíos técnicos como subidas, bajadas y fuertes vientos. El también comediante participó de la más reciente edición en la modalidad de 42K.
Asimismo, Carla Morón Jiménez, artesana local, contribuye a la identidad cultural de la región con su elaboración de trofeos para la competencia, inspirados en la icónica y emblemática formación rocosa del ‘Elefante’. Este evento congregó recientemente a 893 atletas de diversas nacionalidades, quienes recorrieron distancias de entre 10K y 100K en los paisajes desérticos y costeros del distrito.
Es así como San Juan de Marcona se posiciona como un destino integral donde convergen historia, naturaleza, gastronomía y deporte, consolidándose como un lugar privilegiado en la costa del Perú.