La caída del precio de la anchoveta en la región de La Libertad está generando serias dificultades económicas para los pescadores artesanales de Puerto Malabrigo. Actualmente, el precio de la tonelada de anchoveta ha caído a 300 soles, lo que representa una disminución mayor al 20 % respecto al 2023. Este valor es visto como insuficiente para cubrir los costos de los embarques y sustentar a las familias pesqueras.
En respuesta, decenas de pescadores artesanales y sus familias han acudido a protestas en las calles, con pancartas y arengas exigiendo una intervención urgente del Gobierno y de las empresas pesqueras para regular los precios y mejorar las condiciones laborales. Entre sus demandas destacan el establecimiento de un precio base justo para los hombres de mar y la implementación de subsidios temporales para enfrentar la crisis.
Ana Ramírez, vocera de los pescadores, destacó: “Estamos enfrentando una situación crítica. El trabajo arduo de los pescadores no está siendo valorado, y necesitamos que las autoridades se pronuncien y tomen medidas urgentes”.
Proyecciones contradictorias
Aunque el gobierno peruano ha proyectado una temporada de pesca favorable, con una cuota de 2,5 millones de toneladas de anchoveta asignada desde el 1 de noviembre, la situación local es más compleja. Según el Ministerio de Producción, el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) ha informado sobre una biomasa saludable de 8 millones de toneladas, lo que se espera impulse las exportaciones y genere alrededor de 50.000 empleos directos e indirectos, y expectativas de exportaciones que ascienden a 1.350 millones de dólares, tras un año de recesión en 2023. No obstante, los pescadores en Puerto Malabrigo se sienten desprotegidos, ya que las empresas pesqueras no han explicado por qué el precio de compra de la anchoveta es tan bajo. La desconfianza crece entre los pescadores artesanales, mientras las autoridades nacionales no ofrecen respuestas claras.
Impacto socioeconómico y ambiental
La anchoveta es un recurso clave para la producción de harina y aceite de pescado, influyendo en la economía local y la industria alimentaria global. Rica en ácidos grasos Omega 3, la anchoveta es un superalimento que reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, y su pesca constituye el quinto producto de exportación más importante de Perú.
Sin embargo, la caída de los precios y la sobreexplotación del recurso han intensificado las protestas en Puerto Malabrigo, donde los pescadores exigen condiciones más justas. La mayor parte de la captura de anchoveta, destinada a la producción de harina y aceite de pescado, enfrenta ahora el desafío de la sostenibilidad, mientras los trabajadores del sector piden regulaciones más estrictas y una mayor valorización del recurso marino que es esencial para la economía y salud global.
Reacciones oficiales y demandas de largo plazo
Mientras tanto, las autoridades del Ministerio de Producción aún no han respondido oficialmente a la crisis en Puerto Malabrigo, aunque se ha anunciado una reunión con representantes del gremio pesquero. Los pescadores exigen políticas de largo plazo que fortalezcan el sector pesquero artesanal, mejoren las condiciones laborales y promuevan estrategias para la conservación de los recursos marinos. Sin respuestas claras, los pescadores han amenazado con intensificar las protestas, incluyendo el bloqueo de vías estratégicas y paralización de actividades pesqueras.
La situación en Puerto Malabrigo pone de manifiesto problemas estructurales en la industria pesquera peruana, donde la fluctuación de precios y la falta de regulación generan constantes incertidumbres. A largo plazo, garantizar un equilibrio entre la sostenibilidad económica y ambiental es crucial para el bienestar de las comunidades pesqueras. Mientras aguardan una respuesta de las autoridades, los pescadores de Puerto Malabrigo siguen defendiendo su derecho a condiciones laborales justas, lo que resalta la urgente necesidad de abordar los desafíos que enfrenta el sector pesquero artesanal en el país.