Los restos de Sheyla Mayumi Cóndor Torres, una joven de tan solo 26 años, fueron encontrados en una escena que muestra indicios de planificación y de un comportamiento perturbador. El hallazgo ocurrió el sábado 16 de noviembre en un departamento del condominio Torres de la Pradera, ubicado en Comas. La desaparición de la joven había sido reportada cuatro días antes.
El principal sospechoso es Darwin Marx Condori Antezana, efectivo policial y dueño del inmueble, quien hasta el momento no es localizado. Las investigaciones sugieren que detrás de su aparente imagen de seguridad y profesionalismo se escondía una mente manipuladora. Según el informe presentado por ‘Ocurre Ahora’ de ATV, el agente policial tiene un patrón psicológico dirigido a generar confianza en sus víctimas, un método que permitió que Sheyla ingresara a su vivienda sin recelos.
En chats entre ambos, se evidencia que evitaba dar información personal que pudiera comprometerlo antes de tiempo. Cuando la joven solicitó una transferencia por Yape, el sujeto insistió en usar efectivo, probablemente para evitar que su nombre completo apareciera registrado en la transacción.
El mismo reportaje señala que Darwin no mostró nerviosismo mientras esperaba la llegada de Sheyla. En un video captado por las cámaras del condominio, se observa cómo el agente, acompañado de un perro blanco, le abre la puerta con amabilidad. Este contraste entre su comportamiento inicial y los hechos descubiertos posteriormente viene generando interrogantes sobre su estado mental y su capacidad para disociar sus actos, señaló el programa.
El descubrimiento del crimen
Dentro del departamento, los restos de Sheyla fueron hallados en diferentes estados. Una maleta de viaje contenía parte del cuerpo, mientras que otros elementos habían sido descartados en el baño. Durante los días en que los restos permanecieron en el lugar, el agente policial continuó recibiendo visitas. Vecinos del edificio indicaron que el mismo departamento ya había sido escenario de denuncias previas. En 2023, se reportó un presunto caso de violación grupal, donde tres jóvenes escaparon tras haber sido retenidas y dopadas.
En las denuncias de abuso, las mujeres aseguraron haber sido atacadas dentro del inmueble del agente. Los documentos judiciales indican que las diligencias relacionadas con el caso enfrentaron múltiples retrasos, lo que permitió que el sospechoso continuara ejerciendo su cargo sin restricciones.
A pesar de estas denuncias, el agente policial se mantuvo activo en la institución. Este antecedente levanta dudas sobre los procesos de control interno y las sanciones dentro de la Policía Nacional del Perú (PNP).
Pistas sobre el paradero
La última vez que se tuvo contacto con Darwin fue durante un operativo policial en San Martín de Porres. El día del allanamiento de su vivienda, el supuesto asesino recibió una llamada y abandonó el lugar sin mostrar signos de tensión. Desde entonces, su ubicación es desconocida.
“Según trascendió en el momento en que la policía entró a su casa, Darwin Condori Antezana estaba en pleno operativo en San Martín de Porres. Ahí recibió una llamada telefónica. Un mayor dijo. Darwin le había ordenado retirarse de la zona y sin titubear, sin dar signos de nerviosismo, Darwin se fue. Desde entonces no se conoce su paradero”, se escucha en el clip.
Parientes de Sheyla denunciaron que el hombre habría estado trabajando en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) como parte de sus funciones en la Policía. La tía de la joven señaló que esta información incrementa las dificultades para localizarlo. Según indicó, habría estado uniformado mientras realizaba labores de seguridad en el evento, lo que permite suponer que contaba con acceso a recursos institucionales.
Representantes de la institución han reconocido la necesidad de tomar medidas más estrictas para identificar y retirar a aquellos agentes que representan un riesgo para la sociedad. Sin embargo, estos mecanismos aún enfrentan limitaciones que dificultan prevenir episodios como el asesinato de Sheyla Cóndor Torres.