El Día Internacional de la Mujer Emprendedora, celebrado cada 19 de noviembre, resalta el impacto de las mujeres en el ámbito empresarial. En Perú, el fenómeno ha tomado una relevancia especial tras reportarse un incremento del 34% en micro y pequeñas empresas (mypes) lideradas por mujeres, sumando más de 1.3 millones en 2023. Este crecimiento, divulgado por el Ministerio de Producción (PRODUCE), refleja no solo una recuperación económica postpandemia, sino también un cambio profundo en el perfil y las dinámicas del emprendimiento femenino.
El aumento registrado en el último año contrasta con la abrupta caída que enfrentaron las mypes lideradas por mujeres durante 2020. Según PRODUCE, la pandemia generó una reducción del 37,6%, equivalente a la salida de 896 mil mujeres del ecosistema empresarial. La cifra actual, aunque alentadora, sigue por debajo del récord de 2 millones 389 mil mypes alcanzado en 2019.
Especialistas coinciden en que este retorno al emprendimiento muestra un perfil renovado en las mujeres empresarias. María José Ibáñez, economista y directora del Centro de Investigación Núcleo, señala que este incremento no solo contribuye a la reactivación económica, sino que también diversifica y fortalece la competitividad del sector de mypes.
“El impacto de estas mujeres no se limita al crecimiento económico, sino que promueve modelos de negocio más sostenibles y adaptativos”, afirmó.
Características del nuevo perfil emprendedor
La pandemia, más allá de sus efectos adversos, impulsó cambios significativos en la manera de emprender. Las mujeres, frente a desafíos sin precedentes, han adoptado estrategias innovadoras que las posicionan con ventajas en un mercado altamente competitivo. Entre las principales características que definen a las nuevas emprendedoras destacan:
- Adaptabilidad ante el cambio: La experiencia acumulada durante la crisis sanitaria permitió a muchas mujeres ajustar rápidamente sus modelos de negocio. Este enfoque las llevó a responder con agilidad a las nuevas dinámicas del mercado, desde el cambio en las preferencias de los consumidores hasta la implementación de modelos de trabajo híbridos.
- Innovación como diferenciador: Sectores como la moda sostenible, el bienestar y la tecnología experimentaron un crecimiento notable gracias a la capacidad de estas emprendedoras para identificar nichos y ofrecer productos o servicios innovadores. Su enfoque busca satisfacer demandas emergentes, creando propuestas únicas.
- Uso estratégico de herramientas digitales: Las plataformas de comercio electrónico y los medios digitales juegan un papel clave en esta transformación. La incorporación de tecnologías permite a las emprendedoras ampliar su alcance, gestionar operaciones con mayor eficiencia y conectar con audiencias más diversas.
- Orientación hacia el crecimiento profesional: Muchas emprendedoras no solo buscan estabilidad económica, sino también expandir sus operaciones mediante acceso a financiamiento, programas de capacitación y asesoramiento especializado. Este enfoque refuerza sus oportunidades de competir en mercados locales e internacionales.
A pesar de la mejora, la brecha continúa
A pesar del avance logrado, las emprendedoras aún enfrentan barreras relacionadas con el acceso a financiamiento, brechas tecnológicas y la carga desigual de roles familiares. Sin embargo, la presencia de programas de apoyo gubernamentales y privados ha comenzado a generar un entorno más favorable para su desarrollo.
Para la economista, las políticas públicas y los recursos destinados al fortalecimiento del emprendimiento femenino son cruciales para sostener este crecimiento. “El aporte de las mujeres emprendedoras va más allá del impacto económico. Representan una oportunidad para construir un ecosistema empresarial más inclusivo, capaz de adaptarse a los retos globales”, subrayó.
Origen de esta celebración
El Día Internacional de la Mujer Emprendedora fue instaurado en 2014 por el Consejo de las Naciones Unidas, estableciendo una jornada dedicada a destacar la contribución y el esfuerzo de las mujeres en el ámbito empresarial. Esta fecha busca más que un simple reconocimiento, promoviendo una mayor sensibilización sobre las barreras que enfrentan las mujeres en el ecosistema económico mundial.
El propósito central de esta conmemoración es visibilizar las desigualdades y los retos estructurales que persisten en el acceso a financiamiento, capacitación y redes empresariales. Asimismo, fomenta la adopción de políticas y acciones que contribuyan al empoderamiento femenino, promoviendo un entorno más inclusivo que permita a las mujeres desarrollar su potencial en igualdad de condiciones. Esta fecha, celebrada cada 19 de noviembre, no solo destaca los logros alcanzados por las emprendedoras, sino que también impulsa diálogos sobre las oportunidades y desafíos pendientes, consolidando un camino hacia un futuro más equitativo e inclusivo.