El reloj sísmico avanza: un megaterremoto de 8 o 9 grados podría sacudir el Perú y el Pacífico Sur

Mientras la ciudadanía peruana recuerda con temor el fuerte remezón de 2007 en Pisco, los expertos del IGP e Indeci reflexionan sobre la posibilidad de que ocurra uno de gran magnitud, pero en Lima

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El Perú se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico y está expuesto a que se desaten movimientos telúricos cada cierto tiempo. (Andina)
El Perú se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico y está expuesto a que se desaten movimientos telúricos cada cierto tiempo. (Andina)

En Lima, la capital del Perú, un gran terremoto podría desencadenar una de las peores tragedias en la historia de la región. Según estimaciones recientes del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), un movimiento sísmico de alta magnitud en esta área podría causar decenas de miles de muertes y millones de heridos. Un panorama muchísimo peor al vivido en el pasado con fuerte sismo de 2007 en Pisco.

Estas cifras alarmantes, de acuerdo a vigentes informes técnicos, son reflejo de una ciudad densamente poblada y con una infraestructura que, en gran parte, no está preparada para resistir los embates de un fenómeno natural de tal magnitud.

El Perú, ubicado en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, tiene una larga historia de sismos que han dejado una huella imborrable en su población.

Erick Maldonado, un sobreviviente del devastador terremoto de Pisco ocurrido el 15 de agosto de 2007, recuerda hasta hoy, con claridad, el episodio que destruyó gran parte de la región de Ica. Ese día, que pensó moriría, un sismo de magnitud 7,9 sacudió el sur del Perú. El resultado: miles de familias sin hogar, cadáveres entre los escombros, desolación y un caos generalizado.

(Andina)
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“Todo colapsó, fue una catástrofe absoluta. Pensé que era todo para mí”, dijo Erick a Infobae Perú, para luego reconocer que “uno puede estar atento, más no preparado realmente” ante la llegada de un fuerte terremoto.

Acumulación de energía

La placa de Nazca desempeña un papel crucial en la actividad sísmica de la región. Según explicó Hernando Tavera, presidente ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú (IGP), la interacción entre estas placas genera una constante acumulación de energía que, al liberarse, provoca sismos de gran magnitud.

“La convergencia de la placa de Nazca con la Sudamericana permite que la primera, al ser más flexible, se introduzca por debajo del continente. Este proceso, conocido como subducción, es el principal responsable de los grandes terremotos en la región”, precisó Tavera a nuestro medio.

El experto también señaló que esta colisión tectónica se extiende a lo largo de cerca de 7 mil kilómetros, que abarca los territorios de Perú, Colombia, Ecuador y Chile. Esta vasta área explica la alta frecuencia de terremotos en ambos países, aunque —de acuerdo a Tavera— cada evento responde a dinámicas locales que no están interconectadas, lo que descarta la posibilidad de que un sismo en un país active otro en el vecino.

Hernando Tavera Huarache, presidente Ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú. (Andina)
Hernando Tavera Huarache, presidente Ejecutivo del Instituto Geofísico del Perú. (Andina)

¿Cuándo ocurrirá el terremoto?

Uno de los mayores temores en el ámbito sismológico es la ocurrencia de un megaterremoto y una de las preguntas frecuentes en la ciudadanía es cuándo podría ocurrir. Aún en la actualidad, en medio del rápido avance de la inteligencia artificial, predecir el momento exacto de un remezón sigue siendo imposible, pero los avances tecnológicos sí permiten identificar áreas donde las placas tectónicas acumulan mayor energía.

En ese sentido, Tavera comentó a Infobae Perú que, frente a la costa central del Perú, existe una zona de aproximadamente 400 kilómetros que muestra signos de deformación tectónica. Esta acumulación de esfuerzos podría dar lugar a un terremoto de magnitud superior a 8,5. Por otro lado, en el sur del país, cerca de la frontera con Chile, se identifica otra área crítica que podría generar un sismo de 8 grados.

Por ejemplo, en Chile, específicamente en el norte, no se ha registrado un terremoto de gran magnitud desde 1877, mencionó el experto. Esto convierte a esa región en otra área de alto riesgo, con la posibilidad de que un evento futuro supere la magnitud 8,5.

Sin embargo, según Tavera, un gran sismo en ese país podría sentirse en el Perú, pero “el impacto sería limitado” debido a la distancia. De manera similar, un evento de magnitud comparable en territorio peruano afectaría levemente a algunas regiones de la vecina nación.

Los simulacros de sismos también ayudan a identificar posibles debilidades en los planes de emergencia y en la infraestructura, permitiendo así tomar medidas preventivas y de mejora. Foto: Andina.
Los simulacros de sismos también ayudan a identificar posibles debilidades en los planes de emergencia y en la infraestructura, permitiendo así tomar medidas preventivas y de mejora. Foto: Andina.

“No estamos preparados”

El terremoto de Pisco en 2007 es un recordatorio constante de la vulnerabilidad del Perú ante desastres naturales, reflexionan los expertos. Veinte años después, aún son visibles los daños en algunas edificaciones de la región, lo que evidencia la falta de preparación y la lenta respuesta para reconstruir zonas afectadas.

Maldonado, quien aún reside en Pisco, relata que la infraestructura de la ciudad no ha mejorado lo suficiente para enfrentar un nuevo evento de magnitud similar. “Si un terremoto así vuelve a ocurrir, será lo mismo: destrucción, muertos y heridos. No estamos preparados”, afirmó.

El ingeniero Mario Valenzuela, especialista en Gestión de Riesgos de Desastres del Indeci, remarcó la importancia de sumarse activamente a los simulacros multipeligros que se practican de forma periodica.

Un fuerte sismo de magnitud 5.6 ocurrió en el Océano Pacífico Norte cerca de la costa de las Islas Marianas del Norte. (Andina)
Un fuerte sismo de magnitud 5.6 ocurrió en el Océano Pacífico Norte cerca de la costa de las Islas Marianas del Norte. (Andina)

“En un simulacro multipeligro se practica respuesta ante diversos eventos; en la costa se va a realizar simulacro de sismo seguido de tsunami. En el país ocurren casi el 85% de peligros que existen a nivel mundial: sismos, derrumbes, deslizamientos, aludes”, dijo el ingeniero.

Actualmente, de acuerdo a las cifras que maneja el Indeci, entre 60 % y 70 % de población participa de los simulacros , por lo que Valenzuela hizo un llamado para que este porcentaje se acerque lo más posible al 100 %, con la finalidad de estar preparados ante un terremoto.

“Según el estudio del escenario de riesgos, casi un millón de personas podrían ser afectadas por este sismo de gran magnitud. Es un sismo muy fuerte el que se espera, de magnitud 8.5, hasta podría ser de 9.5″, acotó.
Sismo en Lima (Andina)
Sismo en Lima (Andina)

Avances en monitoreo y prevención

En la actualidad, la tecnología ha permitido desarrollar métodos más avanzados para monitorear la actividad tectónica. Las estaciones GPS y los satélites ofrecen datos precisos sobre el movimiento de las placas, lo que facilita identificar áreas de mayor acumulación de energía.

Estos avances han permitido a los científicos realizar pronósticos más detallados sobre posibles zonas de riesgo. Sin embargo, los especialistas coinciden en que el reto principal sigue siendo traducir esta información en políticas efectivas de prevención y preparación. Según informes oficiales, las autoridades peruanas aún tienen mucho por hacer para garantizar que la población esté lista para enfrentar un desastre de gran magnitud.

Los efectos de un gran terremoto no se limitan a las pérdidas humanas. La destrucción de infraestructura, la interrupción de servicios básicos y el impacto económico son factores que agravan la tragedia. En el caso de Pisco, la economía local tardó años en recuperarse, mientras que miles de familias enfrentaron dificultades para acceder a viviendas seguras.

Un estudio reciente del Banco Mundial destaca que los países en desarrollo son particularmente vulnerables a los desastres naturales, debido a la limitada capacidad de respuesta de sus sistemas de emergencia y la falta de inversión en infraestructura resiliente.

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