Las cifras delictivas en Lima siguen en aumento tras más de 50 días de estado de emergencia en varios distritos de la ciudad. A pesar de las medidas adoptadas, las víctimas de sicariato y extorsión no disminuyen. Los testimonios de empresarios, familiares de víctimas y las propias investigaciones policiales exponen una compleja red criminal que se reorganiza constantemente para mantener su control en diversas zonas.
En el cono norte de Lima, las investigaciones recientes muestran un mapa actualizado del poder criminal. En Los Olivos y San Martín de Porres, opera el conocido delincuente apodado ‘Seco’, mientras que en parte de Los Olivos se ubica ‘Negro Salvatore’. Por su parte, en Independencia, los ‘Pulpos del Norte’, liderados por el ‘Cojo Carlitos’, dominan el panorama. Comas, Puente Piedra, Carabayllo y parte de Independencia son escenario de enfrentamientos entre facciones rivales: los ‘Chimbotanos’, encabezados por ‘Joe’, se disputan el control con ‘El Monstruo’, generando una escalada de violencia, según informó Panorama.
Además, en San Martín de Porres, la banda del ‘Negro Pol’ ejerce un control significativo. Sin embargo, el personaje que más alarma genera entre las autoridades es ‘El Loco Joe’, líder de los ‘Chimbotanos’, quien cuenta con un historial delictivo que incluye atentados recientes contra transportistas. Según los reportes policiales, este último es señalado como uno de los principales responsables del incremento de los ataques violentos en la zona.
La extorsión como norma
Empresarios del transporte público y de otros rubros continúan siendo víctimas de extorsión. Los criminales imponen pagos exorbitantes bajo amenaza de muerte, lo que obliga a las víctimas a acceder por temor a represalias. Un representante de una empresa extorsionada detalló que los delincuentes primero exigen un pago inicial, conocido como “derecho de inscripción”, que puede ascender a S/ 250 mil. Posteriormente, se imponen cuotas diarias de hasta S/ 10 por unidad de transporte, lo que representa montos mensuales significativos destinados a las arcas criminales.
“Esta emergencia no ha servido de nada porque, lamentablemente, no existe un plan que garantice la seguridad de todas las personas, las empresas, los emprendedores y los ciudadanos en general”, añadió el representante.
La violencia asociada a la extorsión no cesa. La noche del lunes, en Comas, un mototaxista identificado como Joel Valenzuela López fue asesinado mientras trabajaba. Los sicarios, que se movilizaban en una moto lineal, dispararon 11 veces contra la víctima, dejándolo sin vida en su paradero habitual. Según sus familiares, el fallecido estaba al día con los pagos exigidos por los extorsionadores, lo que apunta a posibles disputas internas entre los recolectores del dinero.
En este contexto, las muertes violentas se han convertido en mensajes de advertencia para quienes se niegan a colaborar con las mafias. Incluso quienes cumplen con los pagos no están exentos de caer en medio de ajustes de cuentas o malentendidos.
Adaptación y crecimiento de las bandas
Las declaraciones del general José Baella, exjefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), revelan la estrategia de las bandas para esquivar el accionar policial. “Las cabezas visibles saben que están siendo monitoreadas, pero los lugartenientes y operadores menores siguen expandiendo las redes. Además, están reclutando personas de provincia y extranjeros, lo que complica aún más el panorama”, explicó.
El uso de amenazas cada vez más violentas y la incorporación de nuevos integrantes refuerzan la estructura de estas organizaciones. Asimismo, se observa como líderes como ‘El Monstruo’ continúan operando desde el extranjero, lo que dificulta las acciones de captura.
La desesperación de las víctimas
Las historias de terror que viven las víctimas de extorsión se reflejan en cada testimonio. Empresarios, mototaxistas y pequeños comerciantes coinciden en que el estado de emergencia no ha logrado frenar el avance del crimen organizado. Para muchos, no hay salida, y la seguridad es un lujo inaccesible.
La noche del viernes, otro mototaxista fue asesinado en el cruce de las avenidas Túpac Amaru y Micaela Bastidas, en Comas. La zona, controlada por una facción criminal, es un claro ejemplo de la ineficacia de las medidas de emergencia para proteger a la población.