Un asesor del equipo de transición de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone, propuso aplicar un arancel del 60% a los productos provenientes de China y de otros países de América Latina que pasen por el puerto de Chancay, en Perú. Esta sugerencia se basa en la preocupación de que el puerto, que está siendo desarrollado y controlado por el gigante asiático, podría convertirse en un punto de entrada de productos de bajo costo provenientes de China, lo que perjudicaría el comercio de Estados Unidos.
Claver-Carone, quien también fue director principal para el Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, argumentó que cualquier mercancía que pase por el puerto de Chancay debería ser tratada como si proviniera directamente de China, dado que el puerto es una infraestructura clave dentro de la estrategia de Beijing para expandir su influencia en América Latina.
En entrevista con Bloomberg, Claver-Carone afirmó: “Cualquier producto que pase por Chancay o cualquier puerto de propiedad o controlado por China en la región debería estar sujeto a un arancel del 60%, como si el producto fuera de China”.
Motivación detrás de la propuesta
La propuesta tiene como objetivo evitar el transbordo, una práctica en la que productos de otros países son enviados a puertos como Chancay para luego ser reexportados a su destino final, en este caso, Estados Unidos. Esta práctica permite que los productos eviten los aranceles más altos que se aplican a los envíos directos desde China. Al imponer este arancel, se busca nivelar el campo de juego para los productos que compiten con los provenientes directamente de China, los cuales, según Claver-Carone, pueden ingresar a los mercados internacionales de manera más barata debido a la falta de tarifas elevadas.
Además, la medida tiene un componente geopolítico. Al aplicar el arancel a los productos que pasen por puertos controlados por China, se busca desincentivar a los países latinoamericanos de permitir que el régimen chino construya infraestructuras estratégicas en sus territorios. Según un informe de la ONU, China ha dominado las inversiones y el comercio en la región, desplazando a otros actores internacionales.
El puerto de Chancay y la creciente influencia de China
El puerto de Chancay es uno de los proyectos más emblemáticos de la inversión china en América Latina. Inaugurado en noviembre de 2024, el puerto está ubicado a 60 kilómetros al norte de Lima y está controlado principalmente por la empresa estatal COSCO Shipping, una de las mayores operadoras portuarias del mundo. Durante la inauguración, el líder del régimen chino, Xi Jinping, destacó la importancia estratégica de este puerto para conectar Perú con China, lo que reducirá significativamente los tiempos de envío y los costos logísticos entre ambos países.
Xi Jinping celebró que este proyecto facilitará una ruta directa desde Chancay hasta Shanghai, con el objetivo de impulsar aún más el comercio entre ambos países. Se espera que esta infraestructura atraiga inversiones por más de 3 mil millones de dólares, un valor que subraya la magnitud del proyecto y la influencia económica de China en la región. La presencia de China en América Latina, a través de proyectos como Chancay, ha aumentado considerablemente en los últimos años, generando preocupaciones sobre el control de recursos estratégicos y el impacto de estas inversiones en la soberanía económica de los países de la región.
Preocupaciones en Estados Unidos
La inauguración del puerto de Chancay ha generado no solo preocupaciones económicas sino también de seguridad. Laura J. Richardson, ex jefa del Comando Sur del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, expresó en una entrevista con el Financial Times que el puerto podría albergar, en un futuro, buques de guerra de la marina china, lo que convertiría a la instalación en un punto estratégico dentro del Plan de Expansión Militar de China en la región.
Desde una perspectiva económica, la presencia de China en Perú a través de proyectos como Chancay podría aumentar la dependencia económica de Perú con el país asiático. La creciente interdependencia con China es vista con cautela por expertos, quienes temen que Lima pueda volverse aún más vulnerable a los intereses comerciales de Beijing.
La respuesta de China y las perspectivas de futuro
A pesar de las tensiones, tanto Estados Unidos como China han expresado su disposición a trabajar juntos. Durante su visita a Perú, Xi Jinping subrayó que China está “dispuesta a trabajar con la nueva administración de EE. UU. para mantener la comunicación, expandir la cooperación y gestionar las diferencias”. Por su parte, el presidente Joe Biden ha manifestado su esperanza en que la relación bilateral de competencia no escale hacia un conflicto, a pesar de la creciente rivalidad geopolítica y económica.
El puerto de Chancay es solo una parte de una serie de proyectos estratégicos de China en América Latina. En Argentina, la estación espacial en Neuquén ha sido objeto de críticas por su uso exclusivo por parte del ejército chino. En Ecuador, la construcción de represas hidroeléctricas ha generado tensiones por su impacto ambiental y social. Mientras tanto, en Chile y Bolivia, las operaciones mineras de China para extraer litio han causado preocupación por el control de recursos estratégicos.