El líder del régimen chino, Xi Jinping, ha destacado que el megapuerto de Chancay, construido cerca de Lima por la estatal COSCO Shipping, busca ser el “nuevo punto de partida del camino inca de una nueva era” en América Latina. Este movimiento refuerza la influencia china en el continente, un hecho que no ha pasado desapercibido en Washington.
Aunque Estados Unidos sigue siendo el principal mercado para las exportaciones peruanas de valor agregado, con 5.000 millones de dólares, China se ha consolidado como su principal socio comercial, con inversiones que alcanzan los 38.800 millones de dólares entre 2001 y 2023, enfocándose principalmente en minería, pesca, energía, finanzas, petróleo, gas y puertos.
Recientemente, Zijin Mining, una de las principales productoras de oro y cobre de China, obtuvo permisos para operar la mina aurífera La Arena, con una inversión de 245 millones de dólares. Según un informe difundido este viernes por Hildebrandt en sus trece, el régimen ha manifestado interés en financiar dos importantes proyectos en Perú: el tren de cercanías que conectaría Lima con Ica, y el corredor ferroviario bioceánico central, también conocido como el tren bioceánico.
Este último proyecto pretende unir Brasil y Bolivia desde el megapuerto de Chancay, con una ruta total de 3.755 kilómetros que atravesaría el territorio peruano. China también ha solicitado autorización para establecer Zonas Económicas Especiales (ZEE) en áreas específicas del país, como Chancay y Ancón, con el objetivo de impulsar la inversión privada mediante normativas tributarias y aduaneras flexibles.
Sin embargo, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha manifestado resistencia, lo que ha generado tensiones en el gabinete, de acuerdo con el semanario. Más de 200 empresas chinas operan en el país con inversiones que alcanzan los 31 mil millones de dólares. La minería es uno de los sectores más dominados, con empresas como MMG Las Bambas, Chinalco y Shougang liderando la producción de cobre y hierro.
En el sector energético, el régimen controla casi la mitad de los activos eléctricos del Perú tras adquisiciones importantes como la de Luz del Sur por Yangtze Power y Enel por China Southern Power Grid. Además, el sector financiero también refleja su presencia a través del Bank of China.
La infraestructura estatal ha sido otro campo de expansión para empresas chinas como China Railway Engineering y China Gezhouba Group, que han ganado licitaciones significativas en años recientes. Esta influencia se extiende a los puertos, con importantes inversiones previstas en el Chancay, que podría superar al Callao en importancia.
Analistas citados por el semanario apuntan a que el siguiente foco de expansión será la tecnología de comunicaciones, previendo un incremento en la presencia de marcas chinas como Huawei. Además, el mercado automotor peruano muestra ya una creciente participación de automóviles y dispositivos móviles chinos.
Respecto al puerto de Chancay, Brian A. Nichols y Daniel J. Kritenbrink, subsecretarios de Estado de EE. UU., subrayaron que “los países de todo el hemisferio deben asegurar que las actividades económicas chinas respeten las leyes locales, así como salvaguardar los derechos humanos y la protección ambiental”.
Además, enfatizaron que la política de EE. UU. promueve que los países “escojan libremente”, sin imponer decisiones, sino ofreciendo opciones para decisiones autónomas sin coerción.