China ha instalado su primer megapuerto en América Latina, ubicado en el distrito de Chancay, en la provincia de Huaral, Perú. La obra, inaugurada el pasado jueves 14 de noviembre, representa el inicio de una expansión mayor en la zona que algunos expertos han señalado que podría tener implicancias geopolíticas relevantes y que la megaconstrucción no necesariamente impulsará la industrialización del país.
Para Jesús Salazar Nishi, inclusive, se podría hablar de la desindustrialización del Perú. El presidente del Instituto de Desarrollo Industrial Sostenible (IDIS) —y expresidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI)— cree que el Perú no está preparado para el rol que China ha impuesto con su Megapuerto en el país, y no podría avanzar a la velocidad ni estaría preparado tanto como otros países vecinos.
“Es toda la región Latinoamérica [la que está más preparado que Perú]. En especial, quienes han mostrado intereses ya y han venido, inclusive, a ver las condiciones logísticas en la que podrían proceder con sus exportaciones son Bolivia, Chile, Colombia y Brasil. Este, con un especial interés por ser el gran exportador para el Asia, Brasil exporta anualmente US$ 161 mil millones y la ruta natural para sacar sus granos y productos tiene que ser Chancay”, expone Salazar Nishi.
Perú es el menos preparado para aprovechar el Puerto chino
China ya tiene un gran puerto en Perú. A pesar de que la infraestructura se encuentra en Chancay, distrito peruano, esta será operada al ciento por ciento por el consorcio mayoritariamente chino Cosco Shipping Ports Chancay Perú S.A. Es una gran inversión china en territorio peruano que para Jesús Salazar Nishi necesita aún mayor preparación para que Perú pueda sacar provecho de esta.
“Si bien tenemos una carretera ya trabajada que une Brasil con nuestras costas del Pacífico, necesitamos, por ejemplo, ese famoso Tren Bioceánico, porque para el tipo de carga que trae en grano suelto Brasil, se necesitan trenes para ese transporte. Entonces lo que nos falta es generar infraestructura”, agrega Salazar Nishi.
Para el presidente del IDIS, el Gobierno se ha demorado en sus planes para generar la logística necesaria y la infraestructura necesaria para sacar provecho a esta obra. “Ese megapuerto va a traer un millón o un millón y medio de contenedores al año. Esa cantidad de flujo logístico que va a haber no soporta nuestra actual red de carreteras”, señala.
Asimismo, para el IDIS, la preocupación es que el foco del “hub portuario” parece afianzarse en los productos del Asia tengan fácil entrada al Perú más que los productos nacionales salgan con mayor celeridad. “El hub no es suficiente para el desarrollo. Un megapuerto del tamaño de Chancay lo que nos asegura es traer grandes embarcaciones (un millón y medio de contenedores al año en una primera etapa), pero de lo que nos estamos asegurando es que los productos de Asia lleguen a nuestro país”, alerta.
“¿Estamos en capacidad de llenar ese millón y medio de contenedores con productos nacionales. con productos peruanos y, ojalá, con valor agregado de no solo materia primas? Eso es algo que nadie va a poder responde en este momento”, cuestiona el presidente del IDIS
La “maldición” de la materia prima
Es cierto que China es el mayor socio comercial del Perú; sin embargo, los envíos hacia el país asiático mayoritariamente se enfocan en materias primas, más que productos con un valor agregado. A diferencia del foco extractivo que ahora parece validado con la cantidad de productos tradicionales que se envían al gigante del Asia, los productos no tradicionales involucran un mayor aporte a la cadena productiva.
Mientras, las exportaciones tradicionales incluyen básicamente productos mineros, agrícolas, hidrocarburos y harina de pescado, las exportaciones no tradicionales son productos que tienden a tener un mayor valor agregado, como la pota procesada o los arándanos frescos.
En este contexto, Salazar Nishi habla de la importancia de la Ley de industrias, “un proyecto de ley que hasta ahora sigue dormido en el Congreso. Estamos hablando de un proyecto de zonas económicas especiales que complementan la actividad del puerto, tampoco sale la ley. En el caso de la infraestructura de vial para el tema de organizar un ecosistema productivo que esté a la altura de responder a la necesidad de logística del megapuerto, tampoco se ha trabajado en eso. Estamos ya tarde”.
“El Perú vive en su zona de comfort. Se ha acostumbrado a hacer de gran exportador de materias primas y en eso nos hemos quedado. Yo muchas veces, hasta de manera irónica, digo que esto es la maldición de la materia prima. Si bien es cierto, hemos sido bendecidos por tener tanta cantidad de materia prima, no buscamos el valor agregado. Nuestra materia prima se va al mundo para ser transformada. ¿Dónde se queda el valor agregado? ¿Dónde se genera tecnología, dónde se genera desarrollo, dónde se genera trabajo de primer nivel, mejores remunerados? En el mundo y nosotros nos conformamos con solamente extraer materias primas y exportarlas”, reflexiona.
Lamentablemente, Salazar Nishi no ha visto mayor avance y preocupación real desde el lago del Gobierno. “Por más que conversado muchas veces con la Presidenta de la República, y, en su momento con los presidentes del Congreso, y todos manifiestan que es cierto lo que manifestamos desde el IDIS, que lo necesitamos industrializar nuestro Perú, solo hay simples voluntades y deseos, y no se ve materializado en acciones que nos lleven realmente al desarrollo industrial”, explica.
Para el expresidente de la Sociedad Nacional de Industrias es vital recuperar el espacio de la economía de la manufactura, que se ha venido perdiendo año a año. Si no, la “maldición de la materia prima” dejaría al Perú aún como el país con el mayor megapuerto de la región, que impulsaría la industria de las naciones vecinas, pero no la propia.