Mientras el premier Gustavo Adrianzén recibió al presidente Joe Biden, la mandataria Dina Boluarte acogió al líder del régimen chino, Xi Jinping. Luego de saludar a las delegaciones, las altas autoridades ingresaron a Palacio de Gobierno, lugar donde la jefa de Estado le dedicó un optimista discurso, materializado en proyectos como el megapuerto de Chancay y la optimización del tratado de libre comercio, que a la vez genera inquietudes sobre la creciente dependencia económica.
Además de resaltar los “enormes beneficios” de la relación bilateral y el “firme compromiso” de trabajar juntos a futuro, la dignataria destacó la expansión “de nuestros lazos en los ámbitos políticos, económicos y cultural”, y la firma de un tratado de libre comercio. Palabras que, para algunos, encubren una estrategia china para consolidar su influencia económica y política en América Latina, generando tanto oportunidades como desafíos para la región.
Cabe mencionar que un informe de 2023 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas señaló que los proyectos liderados por China han tenido efectos negativos en el medio ambiente y en comunidades indígenas. No obstante, la jefa de Estado ha mantenido una defensa férrea al trabajo conjunto.
“Su presencia marca un nuevo capítulo en la historia de la relación bilateral que cultivamos y mantenemos firme a través de nuestra asociación, la cual simboliza nuestros lazos de amistad y cooperación, y refleja el firme compromiso de trabajar juntos hacia un futuro compartido de prosperidad y desarrollo. Durante mi visita a Beijing tuvimos la oportunidad de conversar sobre los enormes beneficios de nuestra asociación estratégica integral y hoy con su presencia reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer y expandir nuestros lazos en los ámbitos políticos, económicos y cultural”, mencionó Boluarte.
“En ese marco, el protocolo para la optimización del tratado de libre comercio que tenemos previsto firmar hoy será un paso transcendental en el objetivo de promover la exportación de servicios y más producto con valor agregado y hacer aún más sólida nuestra relación. [...] Estoy convencida de que nuestros intercambios permitirán a nuestros pueblos construir un futuro de crecimiento compartido fortaleciendo así nuestras relaciones en beneficio de las próximas generaciones. Sea usted bienvenido. Está usted en casa”, acotó.
En ese sentido, resaltó el Megapuerto de Chancay como uno de los proyectos que “consolidará a nuestro país como un puente entre América Latina y Asia facilitando un comercio transoceánico más dinámico y eficiente”. “Esta iniciativa refleja cómo la conversión china y cooperación mutua pueden ser motores de desarrollo sostenible y progreso para nuestras naciones”, expresó.
Este proyecto, que se perfila como un importante hub comercial para la región, ha estado en desarrollo desde 2007. Actualmente, el 60% del proyecto pertenece a la empresa estatal china Cosco Shipping Ports Limited, mientras que el 40% restante es propiedad de la minera peruana Volcan. En la última década, el área de influencia directa del proyecto ha experimentado un crecimiento significativo, pasando de 3,3 km² a 25,9 km², según datos proporcionados por la empresa al Servicio Nacional de Certificación Ambiental (Senace).
Los habitantes de los barrios de La Puntilla, Santa Rosa y Peralvillo reportaron daños en sus viviendas, como rajaduras y hundimientos, atribuibles a las obras del puerto. Tan es así que decidieron organizarse como el Frente de Defensa por la Libertad y Dignidad de Chancay para recolectar y formalizar. No obstante expresaron que sus reclamos han sido recibidos con indiferencia y hostigamiento.
Durante la visita de OjoPúblico en julio, el equipo intentó registrar imágenes con un dron cerca del humedal de Santa Rosa, próximo a las obras del puerto. Sin embargo, el dron fue bloqueado y no volvió a funcionar hasta que se alejó del área.