En el asentamiento humano Miguel Grau en Paita, Piura, dos jóvenes fueron violentamente asesinados y otras dos personas resultaron gravemente heridas en un tiroteo. Según las primeras investigaciones, el ataque fue perpetrado por dos sicarios que llegaron hasta un bar y abrieron fuego contra Andy Jander Miñan Farfan, de 28 años, y Kevin Antony Rosell Paredes, de 21 años, quienes perdieron la vida en el lugar.
Los heridos, identificados como Luis Alberto Navarro Fernández y Clever Zalazar Bayona, presentan múltiples heridas de bala y su estado de salud es reservado. Las autoridades presumen que el motivo detrás de estos crímenes podría ser un ajuste de cuentas relacionado con cupos en el sector de la construcción civil.
La policía se desplazó al lugar de los hechos para iniciar las investigaciones pertinentes y esclarecer las circunstancias del ataque. Este incidente ha generado conmoción en la comunidad local, que se enfrenta nuevamente a la violencia en sus calles.
En agosto, también en la provincia de Paita, un trabajador fue asesinado tras retirar dinero de una entidad bancaria, según informó Diario Correo. El incidente ocurrió cuando César Alberto Cango Cunya, empleado de una empresa pesquera, fue interceptado por delincuentes mientras se desplazaba en su camioneta por la avenida Miguel Grau. Los atacantes dispararon en repetidas ocasiones, impactando a Cango en el corazón, lo que provocó su muerte poco después en el Hospital Las Mercedes.
El ataque tuvo lugar cuando Cango Cunya se dirigía a realizar pagos a los trabajadores de la empresa. Un mototaxista que pasaba por el lugar fue quien encontró a la víctima y lo trasladó al hospital, donde lamentablemente falleció debido a la gravedad de sus heridas.
Los residentes de Paita piden la realización de operativos constantes en colaboración con el Ministerio Público para combatir el creciente índice de inseguridad en la región.
Ola de violencia en la región de Piura
El pasado 6 de septiembre, Ana Lisbeth, una joven de 24 años, fue asesinada a quemarropa en su primer día de trabajo en una obra pública en el asentamiento humano Villa Primavera, en la provincia de Sullana, Piura. Dos delincuentes en motocicleta le dispararon, y aunque su hermano intentó llevarla al hospital, su muerte fue rápida. Este trágico suceso ha puesto de manifiesto el incremento de la delincuencia en la región, según informó Norte Sostenible.
La madre de Ana Lisbeth, visiblemente afectada, ha exigido justicia frente a las cámaras, sostenida por su hijo para no derrumbarse. “¿Cómo a la presidenta la resguarda la Policía, el Ejército? ¿Y a nosotros quién nos cuida?”, reclamó, reflejando la indignación y el sentimiento de desprotección que sienten los ciudadanos de Piura. Vecinos, familiares y amigos se unieron a su clamor por seguridad y justicia para Ana, quien era topógrafa y el principal sostén de su familia, incluyendo a su hermana menor con habilidades diferentes.
El aumento de la delincuencia en Piura no es un fenómeno reciente. La región ha experimentado un incremento en los índices delictivos, lo que ha generado una sensación de inseguridad entre sus habitantes. La falta de una estrategia eficaz para combatir el crimen ha sido señalada como una de las principales causas de esta situación.
En Sullana, una ciudad en la región de Piura, se ha convertido en el epicentro de una creciente ola de violencia criminal en los últimos años. Desde la pandemia, los índices de criminalidad han aumentado significativamente, con un alarmante incremento de asesinatos y otros delitos violentos. En 2022, se registraron 56 homicidios, de los cuales el 80% fueron atribuidos al sicariato, según datos recopilados por Norte Sostenible. Este aumento de la violencia llevó a la presidenta Dina Boluarte a declarar el Estado de Emergencia en la ciudad en septiembre de 2023.
El problema de la delincuencia en Sullana no es nuevo, pero ha alcanzado niveles críticos en los últimos años. En 2020, se reportaron 16 asesinatos, cifra que casi se duplicó al año siguiente con 29 homicidios. La situación empeoró en 2022, con un aumento significativo en los crímenes violentos, incluyendo 96 personas heridas por disparos de armas de fuego. A pesar de estos datos, las cifras de asesinatos en 2024 aún no se han revelado, y expertos en seguridad ciudadana advierten sobre un posible subregistro debido al miedo de las víctimas a denunciar.