El Ministerio Público de Perú ha iniciado una investigación preliminar para esclarecer el asesinato de David Reátegui Apaza, un periodista y funcionario de la Municipalidad de Carabayllo. La tarde del pasado viernes 8 de noviembre, Reátegui fue acribillado a solo unas cuadras del edificio municipal, lo que ha desatado conmoción en la comunidad y una ola de denuncias por la falta de seguridad en la zona.
El Segundo Despacho de la Tercera Fiscalía Penal de Carabayllo ha dispuesto una serie de diligencias para avanzar en la investigación del asesinato bajo el supuesto de “presunto delito de homicidio”. Las autoridades han recolectado pruebas en la escena del crimen y han realizado el levantamiento del cadáver, además de ordenar el análisis de grabaciones de cámaras de seguridad cercanas al lugar de los hechos.
Además, se confirmó que se han solicitado las declaraciones de familiares, colegas y testigos, así como el protocolo de necropsia. Estas pruebas serán claves para establecer el contexto y las circunstancias exactas del ataque, y podrían ser determinantes en la identificación de los autores materiales del crimen.
Pronunciamientos de la Municipalidad y el Colegio de Periodistas
La Municipalidad de Carabayllo lamentó el asesinato a través de un comunicado, donde expresó sus condolencias a la familia de Reátegui, quien era el subgerente de Educación, Cultura, Deportes y Juventud del municipio. Además, se comprometió a colaborar con las investigaciones correspondientes.
“Pedimos a la ciudadanía respeto ante esta lamentable pérdida y nos comprometemos a seguir con las investigaciones pertinentes”, se lee en la publicación.
Del mismo modo, el Colegio de Periodistas de Lima manifestó su rechazo al asesinato y recalcó su “máxima preocupación” por la situación de inseguridad que enfrentan los periodistas en el país, instando a las autoridades a actuar con prontitud para esclarecer el caso.
“Confiamos que la Policía Nacional del Perú realizará todas las acciones para ubicar a los responsables de este crimen”, señalaron desde el gremio, subrayando además que “la libertad de prensa no se doblegará ante amenazas o actos de violencia”.
El caso
David Reátegui fue atacado la tarde del último viernes, cuando se dirigía a su vehículo tras culminar su jornada laboral en la biblioteca de la municipalidad. En ese momento, fue interceptado por dos sicarios que le dispararon en al menos cuatro ocasiones, dejándolo gravemente herido en la avenida Alfonso Ugarte, a pocos metros del palacio municipal.
A pesar de que algunos vecinos intentaron asistirlo, el periodista falleció debido a la gravedad de las heridas. Las primeras investigaciones también contempla una hipótesis de extorsión como posible móvil del crimen, ya que David Reátegui había denunciado en junio de 2023 recibir amenazas.
De acuerdo con información difundida por América Televisión, el periodista había recibido mensajes extorsivos en los que se le exigían cinco mil dólares a cambio de no atentar contra su vida y la de su familia. Las amenazas incluían imágenes de su hija menor como método de intimidación, lo que había generado preocupación en su entorno familiar y profesional.
Asesinato en pleno estado de emergencia
El distrito de Carabayllo, donde se produjo el asesinato, ha sido escenario de una creciente inseguridad. A pesar de haber sido declarado en estado de emergencia en septiembre de este año debido a altos índices de criminalidad, los vecinos denuncian que la presencia policial es escasa y que los actos de violencia se han intensificado. Vecinos y familiares de Reátegui han expresado su indignación por la inseguridad en el distrito y señalaron que el crimen se cometió a plena luz del día, cerca de lugares concurridos como la Plaza de Armas y el Centro Cultural de Carabayllo.
La zona en la que ocurrió el crimen es un área que, según los residentes, debería contar con seguridad policial permanente debido a la proximidad con el edificio municipal. Sin embargo, varios testigos y vecinos han denunciado que los patrullajes policiales y del serenazgo son limitados, lo que genera una percepción de abandono y vulnerabilidad. Uno de los vecinos expresó su preocupación porque el asesinato se produjo en un horario en el que menores de edad suelen salir de clases, subrayando los riesgos a los que se expone la comunidad diariamente.