El Ministerio de Salud (Minsa) decidió extender la campaña de vacunación nacional casa por casa del sarampión hasta el domingo 10 de noviembre, con la opción de prolongarla dos semanas adicionales si no se alcanza la meta programada, según informó la entidad en un comunicado oficial.
Desde el inicio de la campaña “Barrido Nacional de Vacunación” el pasado 15 de septiembre, las brigadas de vacunación del Minsa han visitado viviendas, instituciones educativas y centros de salud, alcanzando hasta el 27 de octubre una cobertura de 2 millones 217,567 niños de entre 1 y 6 años, lo que representa el 78% de la meta de 2 millones 862,497 menores.
No obstante, la institución advirtió que aún falta vacunar a más de medio millón de escolares de educación inicial y primer grado de primaria con la dosis adicional de la vacuna SPR (sarampión, paperas y rubéola). Por ello, con esta medida, la institución busca ofrecer apoyo a los padres de familia que, por diferentes razones, no alcanzaron a vacunar a sus hijos en el plazo establecido.
Alerta epidemiológica
La decisión del Minsa se enmarca en la alerta epidemiológica emitida por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC Perú) ante el riesgo de casos importados de sarampión y rubéola. Según esta alerta, se ha pedido a todos los establecimientos de salud del país reforzar la vigilancia epidemiológica y la identificación de casos de fiebre con erupciones cutáneas, para prevenir brotes en el país.
El incremento de los brotes de sarampión a nivel regional y mundial también ha sido un factor relevante en la respuesta del Minsa. En lo que va de 2024, se han confirmado 365 casos en la región de las Américas, de los cuales dos han sido reportados en Perú. Otros países como Estados Unidos, Canadá y México también han registrado brotes significativos, además de focos en países de Asia, Europa, Iraq y Etiopía.
Síntomas del sarampión
Los síntomas del sarampión suelen manifestarse entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. Según Mayo Clinic, estos son los principales signos:
- Fiebre: Suele ser el primer signo del sarampión y puede llegar a ser alta, especialmente en las primeras fases de la infección.
- Tos seca: Acompaña frecuentemente al inicio de los síntomas y puede ser persistente.
- Secreción nasal: Similar a los síntomas de un resfriado, la secreción nasal es común en los primeros días.
- Dolor de garganta: Puede generar molestias en la garganta, agravando la sensación de malestar general.
- Inflamación ocular (conjuntivitis): Los ojos pueden enrojecerse e inflamarse, causando molestias y sensibilidad a la luz.
- Manchas blancas en las mejillas: Aparecen pequeñas manchas blancas con un centro blanco azulado y un fondo rojo en la parte interna de las mejillas (manchas de Koplik), que son características del sarampión.
- Erupción cutánea roja: Se desarrolla una erupción de manchas grandes y planas que suelen unirse entre sí, comenzando en la cara y extendiéndose hacia el resto del cuerpo.
Si presentas síntomas de sarampión, el Minsa recomendó a las personas que presenten fiebre y erupción cutánea acudir de inmediato al centro de salud más cercano y evitar el contacto con otras personas durante siete días. También sugirió reposo, hidratación y el consumo de alimentos ricos en vitamina A, así como evitar la automedicación. En casos de síntomas graves, como dificultad respiratoria o hundimiento de costillas en menores, se debe retornar al centro de salud más cercano de manera urgente.
Qué es el sarampión y cuáles son sus riesgos
El sarampión es una enfermedad viral extremadamente contagiosa, que se propaga a través del aire mediante gotículas respiratorias expulsadas al toser o estornudar. Este virus afecta mayormente a los niños, aunque también puede impactar a jóvenes y adultos, especialmente en comunidades con bajas tasas de vacunación. Su capacidad de contagio es alta: una sola persona infectada puede transmitir el virus a más del 90% de los individuos no vacunados en su entorno.
Las complicaciones del sarampión pueden ser graves y en algunos casos fatales. Entre las más comunes se encuentra la neumonía, una causa significativa de mortalidad infantil asociada a esta enfermedad. La encefalitis es otra complicación peligrosa; esta inflamación cerebral puede provocar convulsiones y dejar daños neurológicos permanentes. Además, el sarampión puede causar diarrea intensa que lleva a la deshidratación, infecciones de oído y, en ciertos casos, ceguera, especialmente en personas con sistemas inmunes debilitados.