El ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, respondió este martes a las preocupaciones planteadas por la Superintendencia Nacional de Migraciones respecto a la reducción del espacio de salida en el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y aseguró que el ajuste en la distribución de áreas no impactará negativamente las operaciones.
“La recepción de pasajeros es casi del mismo tamaño que el área asignada; lo que se ha reducido es el área de salida del país”, indicó en una entrevista con RPP y explicó que esta decisión busca emular modelos de otros países con altos niveles de seguridad aeroportuaria, como Estados Unidos y “gran parte de Europa”, donde el proceso de salida es más ágil y no requiere un registro tradicional.
“Uno va a un país como EE. UU., que tiene altísimos niveles de seguridad a nivel aeroportuario. En muchos casos, solo hay registros de entrada, pero no de salida, porque ese proceso se hace muy rápido. Incluso muchos de esos procesos se validan en el counter cuando uno va a obtener el boarding pass, o en el proceso de chequeo previo a las maletas que uno lleva de mano”, comentó.
Pérez Reyes también aseguró que ha habido reuniones con representantes de Migraciones y que está en constante comunicación con la empresa operadora Lima Airport Partners (LAP) para gestionar soluciones ante cualquier eventualidad. “Como inicio de toda obra, tiene detalles que afinar. Todas estas cosas se pueden resolver. Hemos estado conversando con LAP para que puedan dar espacios de manera contingente si la demanda aumenta en ciertos momentos del año”, puntualizó.
Anteriormente, el director de Registro y Control Migratorio de Migraciones, Fernando Núñez, advirtió sobre los desafíos operativos que podrían aumentar los tiempos de espera y causar caos para los viajeros. La nueva zona de salidas tendrá un 40% menos de espacio, es decir, una disminución de 805 a 509 metros cuadrados.
En diálogo con Cuarto Poder, Núñez resaltó la urgencia de tomar medidas para evitar un colapso y cuestionó la lógica detrás de estas reducciones, especialmente dado el esperado aumento en el tráfico aéreo internacional en los próximos años. También expresó preocupación por la disminución del 20% en la zona de llegadas.
De acuerdo con el MTC, el nuevo aeropuerto está en su tramo final de construcción con un 95% de avance. “Si el aeropuerto actual tiene una capacidad para 15 millones de pasajeros al año, el nuevo arrancará con una capacidad inicial de 30 millones de pasajeros”, señaló Pérez Reyes. Destacó además la ampliación a 46 mangas, en comparación con las 19 actuales, y la expansión significativa de los espacios disponibles.
Sobre las preocupaciones de Migraciones, el ministro explicó que son principalmente debido a posibles “situaciones anómalas”, donde la demanda exceda la capacidad del sistema. Anunció que el proceso de salida del país cambiará radicalmente. “El método dominante para salir del Perú ya no será el proceso manual de entregar el pasaporte y que a uno le sellen, sino que ahora llegará a una máquina, hará un prechequeo, registrará sus huellas, tomará una foto para reconocimiento facial y se insertará el pasaporte para un escaneo”, explicó.
Esta verificación anticipada proporcionará un código QR al usuario, que se validará al llegar a Migraciones. “Ya tenemos un acuerdo con LAP para utilizar áreas en caso de incrementos notables de pasajeros, como en Navidad, Fiestas Patrias y Año Nuevo, cuando aumenta mucho el flujo de pasajeros hacia y desde Perú”, afirmó.
El proceso de transferencia al nuevo terminal del aeropuerto comenzará a las cero horas del 29 de enero de 2025. Pérez-Reyes defendió la nueva fecha para asegurar la preparación de todos los actores y resolver problemas, incluido el acceso, dado que no se han completado los puentes y vías terrestres a tiempo. Además, refirió que se contratará a policías en sus días libres para reforzar la seguridad en las avenidas de acceso al aeropuerto, debido al alto tránsito de 20,000 trabajadores y 85,000 pasajeros diarios.