A lo largo y ancho del país, la infraestructura aeronáutica del Perú refleja una diversidad interesante. Sin embargo, pese a contar con múltiples terminales aéreos, una región sigue dependiendo exclusivamente del transporte terrestre.
Se trata de Huancavelica, el único departamento sin un aeropuerto propio. Esta peculiaridad obliga a los viajeros que desean conocer este territorio a recurrir a buses o trenes para llegar a su destino.
El viaje más eficiente desde Lima implica un vuelo hacia Ayacucho. En esta ciudad se encuentra el aeropuerto Coronel FAP Alfredo Mendívil, desde donde los visitantes continúan su recorrido por carretera.
Este trayecto, aunque largo, ofrece una experiencia única, permitiendo observar la belleza de los paisajes andinos y adentrarse en la riqueza cultural de las comunidades locales antes de llegar a la región huancavelicana.
Aunque Huancavelica no cuenta con un aeropuerto, las autoridades han planteado un proyecto para cambiar esta situación. La construcción de un aeródromo en la región está prevista, con una inversión que ronda los seis millones de soles, informó el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Se anticipa que esta nueva infraestructura estará operativa en 2026, con una pista de 3,000 metros de longitud que facilitará el acceso aéreo y dotará a la región de una mejor interconexión con el resto del país.
En un panorama más amplio, Perú dispone de aproximadamente 59 aeropuertos operativos. De estos, 18 son de importancia nacional e internacional, gestionados por concesionarios privados, mientras que los demás, de menor tamaño o alcance regional, son administrados por el estado a través de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial (Corpac).
La importancia del Jorge Chávez
Entre todos, el aeropuerto Jorge Chávez, en el Callao, destaca por su papel fundamental. Situado en la capital peruana, es el eje central del tráfico aéreo nacional e internacional, manejando la mayoría de los vuelos que entran y salen del país.
Otros aeropuertos cruciales incluyen al Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete en Cusco, que cuenta con un alto volumen de pasajeros debido a su cercanía a Machu Picchu y el Valle Sagrado; el Aeropuerto Internacional Rodríguez Ballón en Arequipa, vital para la región sur del país; y el Aeropuerto Capitán FAP Guillermo Concha Iberico en Piura, que respalda el turismo hacia las playas del norte.
En cuanto a desarrollos futuros, el Jorge Chávez se encuentra en una fase de expansión significativa. Para el 29 de enero de 2025, el renovado aeródromo estará listo para iniciar operaciones, habiendo triplicado su capacidad actual con una extensión de 270,000 metros cuadrados en un área de 900 hectáreas.
Este ambicioso proyecto se complementa con mejoras viales destinadas a facilitar el acceso al aeropuerto, destacando la optimización de la avenida Morales Duárez, en el Callao.
Estas mejoras implican una inversión superior a 13 millones de soles para mejorar 4.2 kilómetros de carretera. La implementación incluye el reciclado del pavimento actual y la introducción de nuevos puentes modulares, los cuales optimizarán la fluidez vehicular entre las avenidas Faucett y Morales Duárez. Estas obras serán cruciales mientras se aguarda la finalización del puente Santa Rosa, cuya culminación está proyectada para 2027.
El desarrollo de la infraestructura aeroportuaria y vial busca no solo satisfacer demandas inmediatas de conectividad, sino también impulsar el crecimiento económico y turístico del país.
Con estos proyectos, se plantea un futuro en el que cada vez más regiones peruanas estén conectadas tanto por tierra como por aire, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y facilitando el flujo de visitantes y comercio, según el MTC.
Las iniciativas emprendidas reflejan un compromiso con el progreso, evidenciando un esfuerzo sostenido para integrar todas las regiones en la dinámica de un país que mira hacia el futuro con optimismo y determinación.
Dificultades y colapso
No obstante, en las últimas horas, se informó que la ampliación del Jorge Chávez, un proyecto que busca modernizar y optimizar el principal terminal aéreo del país, ha generado preocupación entre las autoridades migratorias.
Fernando Núñez, director de Registro y Control Migratorio de la Superintendencia Nacional de Migraciones, lanzó una seria advertencia sobre los desafíos operativos que traerá la reducción del espacio en las zonas de salida y llegada del nuevo terminal, lo que podría traducirse en mayores tiempos de espera y caos para los viajeros.
La preocupación radica en que la zona de salidas contará con un 40% menos de espacio que el actual, una situación que quedó en evidencia en el primer ensayo realizado por la concesionaria Lima Airport Partners (LAP), en el cual un solo vuelo internacional provocó que las filas sobrepasaran los límites de la sala de migraciones, extendiéndose incluso fuera del área asignada.