Alana Viera y Yago Martínez se han atrevido a escribir de filosofía sin ser filósofos. Enhorabuena. El resultado ha sido un libro que ha despertado la alarma entre los teóricos más conservadores y la curiosidad de un importante número de lectores que les siguen. En conversación con Infobae Perú, Viera asegura que la filosofía o teoría queer “viene a discutir la violencia que incorporamos a los roles de identidad y cómo estos cumplen un rol de productividad dentro del capitalismo”. Junto a Martínez reflexiona sobre este concepto apoyados en las reflexiones de Karl Marx, Jean Paul Sartre, Donna Haraway, Angela Davis, entre otros.
¿Cuáles son los debates más complicados a los que se enfrenta la filosofía queer?
Hay sectores del feminismo que no lo aceptan mucho porque proponen discusiones que van más allá de reivindicar los roles de la mujer. Se cuestiona la necesidad del sujeto femenino y masculino dentro de la dinámica social porque son roles que, de cierta manera, limitan las posibilidades de libertad de las personas y subyugan a uno al rol productivo dentro del sistema en el que estamos. La teoría queer tiene exponentes como la estadounidense Judith Butler y el español Paul B. Preciado de quienes hablamos en el libro.
¿Estos autores también motivaron que el texto le quite ese espectro reverencial a la discusión sobre la filosofía?
Hemos puesto en un altar a quienes se dedican a la filosofía y algo interesante que propone la teoría queer es hablar a quienes históricamente han sido puestos al margen de la sociedad. Eso nos motiva a hacer filosofía aunque no tengamos el título de filósofos, pero también porque creo que parte de la vida es reflexionar sobre nosotros y nuestro rol en el mundo y cómo podríamos estar reforzando estructuras violentas. Decidimos abrir muchos temas que tienen relación con nuestras vidas personales para poner la filosofía en la vida cotidiana, para fomentar la capacidad de reflexionar, hurgar en uno mismo y para transformar nuestra alrededor.
¿Cómo se toman los más puristas que escriban sobre filosofía?¿Qué les cuestionan y qué les cuestionas tú a ellos?
En redes sociales cuestionan lo que estamos haciendo porque tiene que ver con ciertas catedrales de la izquierda, preguntan por qué tenemos que meter lo queer a Marx u otra gente seria. Para nosotros, la audacia ha sido tomar autores que no necesariamente comulgan con la teoría queer como Slavoj Zizek o Karl Marx, quien nunca habló del tema, pero hemos tomado el marco conceptual que ofrecen para desarrollar una perspectiva más desde el lado de las disidencias sexuales. Los comentarios de los marxistas no han sido muy amables, pero sucede cuando tomas un texto para algunos sagrado y lo discutes y lo llevas a otros contextos.
¿Qué textos son sagrados para ti?
No creo que tenga uno. “(Pre)textos” combina la teoría queer con la marxista. Yago, mi coautor, ha estudiado la nueva canción chilena y el proceso chileno que utiliza canciones de Víctor Jara que para la izquierda son solemnes. No es que los queremos sacar de su altar, solo traerlos al presente en el contexto de personas no heterosexuales de una provincia que, de alguna manera, los vivimos de otra forma a través de nuestras reflexiones.
¿De dónde nace la idea de escribir el libro a modo de cartas?
Nace desde el momento en que había pasado meses leyendo filosofía y tenía la sensación de que si no hacía algo más que discutirlo verbalmente se perdería. A Yago se le ocurrió la idea luego de leer las cartas de dos personas que discutían sobre la fe y el ejercicio se dio bien, creo que de alguna manera el libro termina siendo un proceso de aprendizaje y desaprendizaje de conceptos que yo había creído normales y que no había cuestionado.
¿Fue clave perder mi miedo al reconocimiento de la ignorancia cuando es el único camino para seguir aprendiendo?
En el activismo había aprendido a sentirme orgullosa de no tener una propuesta teórica de lo que hacía. Hubo un momento en que intenté leer a Simone de Beauvoir y no pude. Hice lo que hace falta cuando uno no quiere asumir que nunca comprenderá lo que está leyendo: tener la humildad de preguntarle a otros aquello que no sabemos. Eso le hace mucha falta a lo que hoy se entiende como activismo: meterse en la parte conceptual porque te da un poder mayor con respecto a lo que estás promoviendo.
¿Qué hizo falta para generar este vínculo entre la teoría queer y Marx?
Hizo falta Yago. Él es militante de izquierda desde hace muchos años y amigo mío desde 2016, siempre nos peleábamos por temas políticos porque se ha asumido como comunista. Recuerdo que desde mi activismo lo miraba con sospecha, pero al abrir nuestra amistad quise escucharlo más y le tomé la palabra sobre ciertas ideas que logran combinar lo queer desde lo comunista. Pensar políticamente las estructuras sociales desde la propuesta de Marx no es algo que estemos haciendo por primera vez, gente como Foucault o Butler han recurrido a Marx en múltiples ocasiones para sustentar lo escrito.
¿Cómo explicar ese vínculo?
Como uno necesario porque pensar solo desde las ideas de la identidad LGBT o queer no bastan. Es importante traer a la mesa las lecturas de las estructuras económicas y sociales que propone Marx. No el marxismo, sino Marx que es distinto.
(Pre)textos. La audacia de escribir filosofía desde la cama
Autores: Alana Viera y Yago Martínez
Editorial: Mesa Redonda
Sello: Marco Lateral
Año: 2024