De acuerdo con lo informado por la agencia Reuters, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habría cancelado su participación en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se llevará a cabo los días 14 y 15 de noviembre en Lima. La declinación del mandatario ha llevado a diversas interpretaciones, sugiriendo que podría estar relacionada con las protestas convocadas, el incremento de la criminalidad y la baja aprobación del gobierno de Dina Boluarte.
Según el medio, un asesor presidencial aseguró que el presidente brasileño optó por no asistir para centrarse en la próxima cumbre del G20, un foro internacional que reúne a gobernantes y presidentes de bancos centrales, programado para días después. Es importante señalar que el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, y el canciller Elmer Schialer informaron que aún no han recibido una respuesta formal del gobierno brasileño, a pesar de que solo una semana atrás se había confirmado su asistencia.
En este contexto, Infobae Perú conversó con el internacionalista y exministro de Relaciones Exteriores, Miguel Rodríguez Mackay, para profundizar en lo que significaría la eventual ausencia de Lula da Silva en el APEC 2024.
Lula da Silva estaría enfocado en el G20
El excanciller consideró que la posible falta del presidente Lula representaría una “resta” significativa para el evento que reunirá a las 21 economías del Asia-Pacífico. No obstante, destacó que el desistir de una invitación, aun teniendo una agenda apretada, podría significar que se le está restando importancia al encuentro.
“La explicación del presidente Lula parece sensata a la luz de tener una agenda muy apretada, (la cumbre del G20) es casi inmediatamente después de APEC, pero tenemos que ser claros. Aquí se trata de importancia y relevancia que un jefe de Estado le otorga a una reunión”, indicó.
No obstante, Rodríguez Mackay subrayó que no es que el presidente carezca de interés en APEC 2024; más bien, su gobierno podría alcanzar objetivos similares en el contexto del G20 o en un encuentro bilateral, si se presentaran las circunstancias adecuadas.
“Para Lula, si los líderes con los que busca alcanzar sus objetivos estarán presentes en el G20 o en reuniones bilaterales, entonces la cumbre en Lima pierde el sentido o el propósito que él buscaba. Especialmente considerando que Brasil está enfocándose en fortalecer sus relaciones con las grandes potencias del sistema internacional,” puntualizó.
Posible intervención de otros factores
El abogado enfatizó que la posible falta de Lula da Silva es una “baja sustantiva”, dado que se trata del país más influyente de Sudamérica y uno de los líderes del continente. Sin embargo, factores como su estado físico también podrían haber influido en la decisión de Brasil de no participar en APEC.
“Hay otros factores que pareciera están pensando más en Brasil; de ahí que Lula ya no es el de antes: es un Lula más viejo, es un Lula con menos reflejos, es un Lula que aparece a veces medio cansado”, resaltó.
Sobre cómo Brasil percibe a Perú, explicó que el gigante sudamericano está observando con interés nuestro país debido a la inminente inauguración del Megapuerto de Chancay, que debería comenzar operaciones a inicios de 2025. No obstante, el gobierno brasileño debería ver a Perú como un “nexo político natural” hacia el Pacífico.
También destacó que la imagen del Perú se encuentra “bastante deteriorada” a causa de la ola de criminalidad, lo que llevó a Estados Unidos a emitir una alerta sobre la inseguridad en el país. Además, el Estado aún no ha implementado ninguna estrategia para revertir esta percepción negativa.
“Yo creo que la imagen del país está bastante deteriorada, sin estrategia para revertir esa mala imagen y añadiendo la advertencia reciente del gobierno de Estados Unidos a sus nacionales que visitan al Perú mirando todo ese contexto, creo que hay un impacto evidentemente que se produce para el Perú”, subrayó.
Impacto de la ausencia de Lula
Rodríguez Mackay expresó su deseo de que la declinación del presidente brasileño no siente un precedente para que otros mandatarios sigan su ejemplo. “Espero que eso no ocurra. Pero cuidado, a veces hay una diseminación de pareceres,” señaló.
En este sentido, reflexionó sobre cómo la cancelación por parte de México podría repercutir en la asistencia de otros países, sugiriendo que Perú debió haber trabajado en una contingencia frente a estos hechos.
“Puede haber consecuencias de lo que dé la cancelación del presidente de México, y lógica y perfectamente puede afectar también a otros países. Nosotros deberíamos haber trabajado en una contingencia desde hace tiempo”, concluyó.