En un contexto de crecientes eventos meteorológicos extremos debido al cambio climático, Lima se prepara para un jueves en el que las condiciones atmosféricas ofrecen nubosidad y ráfagas de viento, con escasa probabilidad de lluvias.
En los últimos tiempos, un día claro de verano ha dejado de ser una garantía de estabilidad, y las variaciones repentinas invitan a los limeños a prever las inclemencias del tiempo.
Para este jueves, los pronósticos señalan que la posibilidad de lluvias en la capital peruana será baja, apenas alcanzando el 2% durante el día y disminuyendo al 1% en la noche. La cobertura de nubes estará presente de manera significativa, con una nubosidad que alcanzará el 55% durante las horas de luz, incrementándose a un 79% durante la noche.
Temperaturas moderadas y radiación UV elevada
En términos de temperatura, se espera que la región oscile entre los 21 grados Celsius como máximo y los 17 grados Celsius como mínimo, lo cual refleja el clima templado que caracteriza a Lima durante esta temporada. A pesar de las nubes, el índice de rayos ultravioleta alcanzará un nivel de hasta 11, una cifra que representa un riesgo considerable para quienes permanezcan al aire libre sin protección solar.
La jornada en Lima se verá además acompañada por vientos moderados, con velocidades de hasta 30 kilómetros por hora durante el día, que se reducirán a 22 kilómetros por hora en el transcurso de la noche. Este fenómeno, típico de la costa limeña, suele aportar una sensación de frescura, sin llegar a alterar de forma significativa las actividades cotidianas en la capital.
Clima árido en el departamento de Lima
La región de Lima cuenta con hasta doce tipos de climas que se distribuyen principalmente en zonas costeras áridas y templadas, y regiones más húmedas hacia el este. En la costa, la influencia de la corriente marina peruana, también conocida como corriente de Humboldt, y la presencia de la Cordillera de los Andes han generado un clima árido que cubre gran parte del territorio departamental.
De hecho, este ambiente seco domina alrededor de la mitad de Lima, manifestándose en ciudades como la propia capital, donde las lluvias son prácticamente inexistentes, limitadas a finas lloviznas entre los meses de julio y septiembre.
El clima árido y seco se extiende de sur a norte desde la provincia de Cañete hasta Barranca, formando ecosistemas únicos como las “lomas”. Estas áreas, ubicadas en las provincias de Cañete, Lima, Huaral y Huaura, dependen de las neblinas y lloviznas para conservar su humedad en pleno desierto. Es en estos parajes donde se da un respiro verde, que contrasta con la aridez que domina en el resto del territorio.
A medida que se avanza hacia el este y aumenta la altitud, el clima árido da paso a condiciones semiáridas y eventualmente a un clima más fresco, con lluvias ocasionales en verano. Este gradiente climático se explica por la cercanía a la Cordillera de los Andes, que modera la temperatura y trae consigo precipitaciones en ciertos puntos, haciendo que el estado del tiempo sea mucho más diverso conforme se sube en altitud..
Diversidad climática de Perú: la amplitud del clima nacional
Perú es un país que se distingue por su impresionante variedad climática. De acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), el territorio peruano cuenta con hasta 38 tipos de clima, resultado de su posición en el Trópico de Capricornio y la influencia de la Cordillera de los Andes. Esta diversidad se distribuye en tres grandes áreas que abarcan la costa, la sierra y la selva.
La costa, donde se encuentra Lima y que representa solo el 11.6% de la extensión nacional, está marcada por un clima predominantemente árido y templado, caracterizado por una notable escasez de lluvias. Estas características convierten a esta región en una de las más secas del país, con inviernos fríos y veranos cálidos, en contraste con la frescura de las lomas.
La sierra, una región que ocupa el 28.1% de Perú y se encuentra a lo largo de los Andes, presenta un clima mayormente lluvioso y frío, especialmente en altitudes superiores, donde las temperaturas descienden y las precipitaciones se intensifican, favoreciendo el desarrollo agrícola y ganadero en sus fértiles valles.
Finalmente, la selva peruana representa la porción más vasta del país, cubriendo el 60.3% del territorio. Aquí se manifiesta en toda su extensión el clima tropical, caracterizado por lluvias intensas y una temperatura cálida que se mantiene estable a lo largo del año. Esta región alberga un ecosistema denso y exuberante, donde las lluvias constantes alimentan ríos y una vegetación densa, formando el paisaje más húmedo y verde del país.