Mientras el bullicio de Halloween se apodera de las calles con disfraces y alegría, el Día de Todos los Santos, celebrado el 1 de noviembre, trae consigo un aire de introspección y reverencia en Perú. Dejando atrás las máscaras y dulces, esta fecha invita a la reflexión y al recuerdo, siendo una tradición profundamente arraigada en la cultura del país.
Tradiciones ancestrales y ritos religiosos se entrelazan en una jornada dedicada a honrar a quienes han partido. Familias enteras se congregan en cementerios y hogares, transformando el duelo en una oportunidad para conectar con sus raíces y fortalecer los lazos familiares. Esta fecha, cargada de historia y significado, ofrece una pausa en el ritmo frenético de la vida.
¿Por qué se celebra el Día de Todos los Santos en Perú?
En el Perú, el Día de Todos los Santos ha evolucionado de una celebración puramente religiosa a un evento cultural que une tradición y memoria colectiva.
Originalmente, la festividad se dedicaba a honrar a las almas de los beatificados y santos canonizados, celebrando su entrada al paraíso junto a su creador. Sin embargo, con el tiempo, esta celebración ha adoptado una mayor inclusión al rendir homenaje no solo a los santos, sino también a las personas comunes que han partido.
Este cambio refleja un deseo de unificar el respeto y la memoria, extendiéndolos más allá de figuras religiosas. El Día de Todos los Santos se ha transformado en un momento para que las familias peruanas se reúnan, conmemorando la vida y el legado de sus ancestros. Cada 1 de noviembre, los camposantos se llenan de ofrendas y recuerdos que mantienen viva la conexión con quienes ya no están físicamente presentes.
¿Por qué el Día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre?
El Día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre debido a una serie de eventos históricos y decisiones papales que buscaron consolidar esta fecha en el calendario litúrgico. El origen de esta celebración se remonta a los años en que el papa Gregorio III lideró la Iglesia católica, entre 731 y 741. Fue él quien impulsó la conmemoración al consagrar una capilla en la Basílica de San Pedro en honor a todos los santos. Este rito se repitió en los años siguientes, sentando las bases para la oficialización de la festividad.
En el año 835, el sumopontífice Gregorio IV estableció oficialmente el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos, consolidando así la celebración en el calendario litúrgico.
Esta decisión se tomó en parte para cristianizar festividades paganas existentes, como el Samhain o Año Nuevo Celta, que coincidían con esa época del año. En el Perú, al igual que en otros países de la región con tradición católica, se adoptó la festividad, integrando rituales religiosos y culturales en un día destinado a honrar tanto a los santos canonizados como a los seres queridos que han partido.
Costumbres y rituales significativos de los peruanos
- Arequipa
En la icónica región del sur peruano, el Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos se celebra con visitas a los cementerios. Los arequipeños acuden con flores, fotografías y otros presentes para rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos. Parte de esta celebración es la ‘fiesta de las guaguas y mazapanes’, donde se realiza el simbólico bautizo de guaguas, panes dulces con forma de recién nacido. En este ritual, un niño es obsequiado a un amigo o amiga, y se realiza una improvisada ceremonia de bautizo, con roles asignados a amigos y familiares. Durante la ‘ofrenda para los difuntitos’, se comparten estos alimentos entre quienes visitan la necrópolis.
- Piura
En la emblemática región del norte peruano, la celebración se caracteriza por las ‘velaciones’, donde los piuranos acuden de noche a los cementerios a rezar por sus seres queridos fallecidos. La iluminación de las velas transforma los oscuros panteones en espacios de luz y recogimiento. Durante esta vigilia, los visitantes comparten anécdotas y recuerdos del difunto, usando estos relatos para mantener viva su memoria.
- Cusco
En la ciudad imperial y sus alrededores, la festividad comienza el 1 de noviembre con reuniones familiares donde se sirve lechón acompañado de tamales de maíz cocidos en hornos tradicionales de barro. El 2 del mismo mes, las familias visitan los cementerios llevando ofrendas de flores y platos que eran del gusto del difunto. En los camposantos, se ofrecen oraciones, serenatas y canciones. Las tradicionales tanta wawas y los caballos, panes con forma de bebé y equino, son colocados sobre las tumbas como parte de las ofrendas.
- Huancavelica
En la región del sur andino peruano, especialmente en el distrito de Lircay, provincia de Angaraes, las festividades incluyen visitas a cementerios y concursos de tatas wawas, panes dulces con forma de niños. Además, se celebra una feria gastronómica donde se pueden degustar los platos típicos de la región, combinando la memoria de los seres queridos con la rica tradición culinaria local.