En una época marcada por cambios y restricciones, Enrique Mollá emergió como un joven visionario dispuesto a desafiar las barreras impuestas por el contexto socioeconómico del Perú. Este emprendedor, con apenas 18 años, se aventuró en un camino que pocos se atrevían a recorrer: crear una empresa desde cero utilizando los recursos limitados que tenía a su disposición.
Lo que comenzó como una respuesta ante la prohibición de importar útiles escolares pasó a ser un referente de innovación y perseverancia, un ejemplo de cómo transformar una idea modesta en un éxito palpable.
A medida que Artesco evolucionaba, Mollá enfrentaba constantes desafíos, desde la falta de financiamiento hasta las crisis financieras que amenazaban con derrumbar todo lo construido. Sin embargo, su compromiso inflexible con la calidad y la confianza de sus empleados y clientes resultó ser su mayor fortaleza. La organización no solo sobrevivió a las dificultades, sino que las utilizó como impulso para expandir sus horizontes más allá de las fronteras nacionales, demostrando que las verdaderas empresas se forjan en momentos de adversidad.
Los inicios en una cochera limeña
En los turbulentos años 70, el Perú atravesaba cambios económicos y sociales bajo el gobierno de Juan Velasco Alvarado. Durante este período, las restricciones a las importaciones fueron un obstáculo para varios negocios, incluyendo las librerías del padre de Enrique Mollá en el centro de Lima. Este joven emprendedor, que hace poco tiempo había salido del colegio, encontró en la adversidad su mayor impulso.
En medio de un contexto adverso, montó una pequeña fábrica de reglas y fólderes en la cochera de su hogar. Este primer paso, utilizando una máquina artesanal construida por su padre, marcó el comienzo de Artesco, según destaca Infomercado.
Con tan solo 18 años, Mollá aprovechó el conocimiento y los recursos familiares para empezar su negocio y abastecer las librerías afectadas por las restricciones. Lo que comenzó como una necesidad inmediata se convirtió en la génesis de una empresa que, con el tiempo, se consolidaría como líder en el mercado de útiles escolares en el país. La innovación y la adaptabilidad fueron las claves que permitieron a nuestro compatriota sentar las bases de lo que sería un gigante del sector, como se menciona en el portal Artesco.
Artesco ante la adversidad
A medida que Artesco crecía, también lo hacían los desafíos. En sus primeros años, el empresario enfrentó la dificultad de financiar su incipiente empresa, ya que los bancos se mostraban reacios a otorgarle créditos debido a la falta de avales. Sin embargo, su determinación le llevó a buscar soluciones alternativas, consiguiendo beneficios de amigos y estableciendo relaciones de crédito con proveedores.
Esta etapa, crucial en el desarrollo de la empresa, permitió a Artesco expandir su producción y cumplir con la demanda cada vez mayor de sus clientes. Con el paso del tiempo, la empresa fue fortaleciendo su presencia en el mercado local gracias a su reputación de cumplimiento y seriedad.
No obstante, según la información del portal Infomercado, Mollá atravesó una crisis financiera en 1997. La quiebra de varios distribuidores dejó a la compañía con una deuda significativa llevando al hombre de negocios a hipotecar su casa para proteger a sus empleados y asegurar el futuro de su empresa. Este episodio subrayó la importancia de la resiliencia y la capacidad de adaptarse para superar momentos difíciles.
Superar crisis y construir confianzas
La capacidad de Artesco para enfrentar y superar crisis se convertiría en una característica distintiva de su historia. La crisis de 1997 sirvió de lección y fortaleza para Mollá. Este período de dificultad consolidó la cultura empresarial de la organización en torno a la lealtad y el respeto hacia sus trabajadores. Esta filosofía, además de la innovación constante, preparó el camino para la siguiente fase de crecimiento de la compañía.
Al haber superado estos desafíos, Artesco no solo ganó la confianza de sus colaboradores, sino también la de sus clientes y socios comerciales. Este compromiso fue clave para forjar alianzas estratégicas y así posicionarse en un mercado tan competitivo como el de los útiles escolares. Hoy, Artesco es sinónimo de calidad y cumplimiento, cualidades que le han permitido expandirse a nivel internacional, como subraya Artesco .
La expansión internacional de Artesco
La consolidación de Artesco en el mercado nacional fue solo el preludio de su aventura internacional. En 2018, se unió a STAEDTLER, una de las compañías industriales más antiguas de Alemania y líder en la fabricación de instrumentos de escritura y dibujo. Esta alianza no solo representó un reconocimiento a la calidad y prestigio de la marca peruana, sino que también le brindó la plataforma necesaria para proyectarse en el escenario global, como lo cuentan en Infomercado.
Gracias a esta sinergia, Artesco amplió su producción y presencia, llegando a estar en 16 países de Latinoamérica. La empresa no solo exportó a naciones cercanas como Ecuador y Argentina, sino que también hizo envíos significativos a Alemania y Brasil, incrementando notablemente su alcance. Este crecimiento internacional muestra cómo una pequeña fábrica en una cochera limeña se ha transformado en una marca influyente en el sector de útiles escolares a nivel internacional.